Voluntarios
de la memoria histórica entregarán el domingo los restos de tres
vecinos de Boimorto (La Coruña), fusilados en 1936 . La fosa se exhumó en 2007 y las
pruebas de ADN se practicaron este abril
Exhumación en septiembre de 2007 de los restos de tres vecinos de Boimorto fusilados en agosto de 1936. / armh |
La Opinión La Coruña 22 Junio 2012
Cada vez que se abre una fosa del
franquismo no se desentierra a los muertos, sino la historia robada a
muchos vivos. A metros bajo tierra, en cunetas, tapias de cementerio,
montes, están miles de esqueletos enmarañados de raíces. El próximo
domingo, tres familias de Boimorto cerrarán el último capítulo de su
historia robada. Las pruebas de ADN revelaron que los restos exhumados
en septiembre de 2007 son los de sus familiares, ‘paseados’ en agosto de
1936: Isidro Filloy López, Andrés Filloy y Caitán García Vázquez
R. PRIETO| A CORUÑA Durante
los años más duros del franquismo, muchas familias mantuvieron
encendida una luz entre las tinieblas de la represión. Hoy, viejos y
todavía temblorosos, rebuscan en sus recuerdos y señalan el sitio donde
están enterrados los más de 100.000 desaparecidos en la Guerra Civil,
entre ellos unos mil gallegos. Algunos siempre supieron dónde descansan
esos cuerpos vencidos. Aún hoy van a rezar a sus muertos en cunetas,
montes o tapias de cementerios. Otros no saben en qué lugar están
enterrados sus familiares, pero sobre esos viejos huesos algunos
colocaron piedras para que no se olvidara que allí yacen los restos de
algún paseado durante la dictadura.
Al
abrir una fosa del franquismo no se desentierra a los muertos, sino la
historia robada de muchos vivos. Esa historia robada de tres familias de
Boimorto dejará de serlo este domingo. El duelo de más de 75 años
termina con la entrega de los restos de tres hombres asesinados por un
grupo de falangistas el 20 de agosto de 1936. Las pruebas de ADN
practicadas el pasado mes de abril permitieron poner nombre a los tres
esqueletos exhumados en septiembre de 2007 por voluntarios de la
Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH): Isidro
Filloy López, Andrés Filloy y Caitán García Vázquez.
Los
trabajos de exhumación fueron dirigidos por Andrés Crespo con el apoyo
de voluntarios de diversas partes de España. Una vez recuperados los
restos fueron trasladados al País Vasco para ser analizados por el
forense Francisco Etxeberría, el experto que ha puesto nombre a más
paseados durante el franquismo.
Más
de setenta años después de que comenzase la Guerra Civil, esos viejos
huesos enterrados en fosas comunes siguen clamando por la memoria. Este
domingo, los restos de tres vecinos de Boimorto serán entregados a sus
familiares y ya podrán descansar en paz.
En
los próximos meses, el equipo de voluntarios de la ARMH y de la
Agrupación de Familiares esperan retomar los trabajos de exhumación en
la zona tan pronto como obtengan los permisos de acceso a la finca donde
presumiblemente se encuentra una segunda fosa en la que podrían
encontrarse los restos de Ramón Sánchez Rapela y Ramón Vázquez Garea.
Los testimonios recabados durante los últimos años indican que las dos
fosas estarían próximas. En 2007 y después de una semana de búsqueda,
por otras fincas anexas, los arqueólogos no hallaron indicio de la
segunda fosa, por lo que aseguran que tiene que estar próxima a la ya
exhumada en 2007.
Más de 100 fosas
Las
fosas del franquismo se reparten por toda Galicia. San Amaro (A Coruña),
Boisaca (Santiago), Camposancos (Vigo), Becerreá (Lugo) o O Barco
(Ourense). Desde que en el año 2000 fue exhumada la primera fosa común,
en Priaranza del Bierzo, la ARMH ya ha abierto en España más de 200
tumbas de la Guerra Civil y ha puesto nombre a más de cinco mil
fusilados. En Galicia, la primera exhumación se realizó en 2003 en
Soutadoiro (Ourense) y la última, en septiembre de 2010 en San Mamede do
Río (Lugo).
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