Por cortesía de D. Jose Antonio Muñoz Devesa, al que le damos las gracias, publicamos una reseña de la vida de Santos Martínez Saura, intentando difundir la figura de un personaje que ha sido injustamente olvidado por su tierra.
Santos Martínez en un acto político. |
OLVIDADO POR LOS SUYOS: SANTOS MARTÍNEZ SAURA
Nadie encarna mejor el dicho popular: ¨Nadie es profeta en su tierra¨, que Santos Martínez Saura. Olvidado por la tierra y el sol que le vio nacer, el testimonio de este célebre personaje queda desterrado a tiempos pretéritos como si de un apestado se tratase.
Santos Martínez Saura nació en la vecina localidad de La Unión, un 13 de mayo de 1909. Santos creció en el seno de una familia acomodada, su padre, Arturo Martínez Murcia fue miembro de la Asociación de Comerciantes de La Unión y desempeñó la labor de concejal en nuestro ayuntamiento por Izquierda Republicana. Hecho que mantendría ligado a Santos y su familia a nuestra querida ciudad.
A mitad de 1920, el joven Santos se marchó a Madrid donde estudiaría medicina en la Universidad Central. Allí, estableció una gran amistad con uno de sus maestros, Juan Negrín, relación que perduraría hasta en los momentos más difíciles de la Guerra Civil.
Durante sus años de juventud, Santos desempeñó una importante actividad sindicalista, en asociaciones como FUE o en el sindicato de sanidad de la CNT. Además, participó en reuniones para acabar con la dictadura de Primo de Rivera. En esas reuniones establecería amistad con grandes intelectuales: Valle-Inclán, García Lorca, Rivas Cherif… Por este motivo, fue encarcelado en la Prisión Modelo de Madrid. Tras su liberación no pudo regresar a la capital y fue desterrado a Cartagena donde presenció la salida de Alfonso XIII. Durante su estancia en Cartagena, Santos participó en multitud de actos políticos, participó en la campaña de Antonio Ros para la asamblea regional y mantuvo el contacto con su ciudad natal.
Proclamada la II República, Santos regresó a Madrid, donde participaría en la campaña para liberar a Manuel Azaña. En 1935, una vez liberado Azaña, se convirtió en su secretario personal, labor que desempeñaría hasta el exilio de ambos. Durante los años de la Guerra Civil, Santos acompañó a Azaña en todos sus cambios de residencia: Barcelona, Madrid… Santos también emprendió acciones humanitarias.
Manuel Azaña en primer témino, Santos Martínez Saura en un segundo plano a la derecha de la foto. |
Finalmente, en 1939, Santos y Azaña cruzaron la frontera camino de El Havre. Desde allí, emprendería su viaje hacía tierras mexicanas. En México, Santos estuvo al frente de varios teatros nacionales y se convirtió en una figura destacada de la industria cinematográfica. También continuó su labor política en periódicos (Excélsior o Novedades) y trato de organizar a la izquierda republicana en México.
Finalmente, Santos Martínez Saura falleció el 22 de diciembre de 1997, siendo enterrado en la cripta de la catedral de Ciudad de México. Además de su labor como político, Santos nos dejó obras como: "Memorias del secretario de Azaña" y "Espina, Lorca, Unamuno y Valle-Inclán en la política de su tiempo".
Santos, hombre que amó y lucho por la República hasta el último de sus días, preservar su figura y no olvidarla es una de las tareas más importante que tiene esta región.