Caballero, a la espera de una respuesta de la Junta para iniciar el sondeo de la posible fosa de Lorca
Peñón Colorado Alfacar (Granada) |
GRANADA, 4 Jun. (EUROPA PRESS) -
El
investigador Miguel Caballero, autor del libro ‘Las 13 últimas horas en
la vida de Federico García Lorca’, está a la espera de una respuesta de
la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía en Granada para
iniciar el sondeo por el que pretende localizar la posible fosa del
poeta, en el paraje conocido como ‘Peñón Colorado’, que fue, en tiempos
de Guerra Civil, el campo de instrucción de las tropas de Falange.
En
declaraciones a Europa Press, Caballero ha explicado que el delegado
provincial de Cultura, Pedro Benzal, le indicó, hace ya más de un mes,
que debía hacer una consulta para concretar si el uso de georradar, que
el investigador quiere utilizar, puede considerarse una intervención
arqueológica, en cuyo caso los trabajos han de contar con la
autorización de la Dirección General de Patrimonio. “Desde entonces no
he recibido respuesta alguna”, ha señalado Caballero, que ya cuenta con
el visto bueno del Ayuntamiento de Alfacar, gobernado por el PP, y del
propietario de los terrenos, para acometer el sondeo.
El
equipo que coordinará los trabajos está liderado por el arqueólogo
Javier Navarro Chueca, responsable de la exhumación de más de 30 fosas
comunes de represaliados en la Guerra Civil y profesor de la Universidad
de Zaragoza.
La
intención de Caballero es continuar con sus investigaciones y no
exhumar los restos de los enterrados con el poeta, puesto que eso, según
ha recordado, “corresponde a los familiares”. Caballero pagará de su
bolsillo los trabajos y, si se constata la existencia de fosas en la
zona demarcada –que según sus cálculos está delimitada por varias rocas
colocadas en la zona por la mano del hombre– trasladará sus conclusiones
a los familiares de los fusilados junto a Lorca, del maestro
republicano Dióscoro Galindo y del banderillero anarquista Francisco
Galadí, para que soliciten la exhumación si lo estiman oportuno, ya que
la Ley de Memoria Histórica establece que las exhumaciones sólo pueden
llevarse a cabo a instancia de los familiares.
Según sus pesquisas, que van en la línea de las que ya hiciera el
periodista Eduardo Molina Fajardo, falangista granadino, la fosa de
Lorca se ubica frente a un cortijo situado entre la carretera que une
Víznar con Alfacar, en el Pago del Peñón Colorado, que era el antiguo
campo de instrucción de las tropas de Falange.
TESTIMONIOS CLAVE
El
investigador considera clave lo que dijo a Molina Fajardo el capitán
José María Nestares –jefe del sector de Víznar en 1936–, su hijo,
Fernando Nestares, un agricultor de Alfacar que labraba terrenos
cercanos al lugar de fusilamientos, el que fuera alcalde de Pulianas,
Pedro Cuesta Hernández, y un quinto individuo que el periodista
identifica con las iniciales A.M.F.
“Eran personas que nada o casi nada tenían que ver entre sí, y los
testimonios son coincidentes. Todos apuntan al campo de instrucción”,
señala Miguel Caballero, que ha explicado que en aquel lugar, cerca del
entonces Cortijo Gazpacho –hoy conocido como Cortijo Pepino– se cavaron
pozos para la búsqueda de agua subterránea, y por ello, el enclave era
idóneo para enterrar cuerpos.
Además, Caballero no sólo se basa en los testimonios que recogió Molina
Fajardo, sino que encargó un estudio a un equipo de arqueólogos y
geólogos de Aragón que han analizado las depresiones del terreno y que
han delimitado “perfectamente” el posible enterramiento en el lugar.
Para Caballero, fue un “error” la excavación que se hizo en 2009 en el
interior del parque, donde Ian Gibson situó la fosa basándose en las
afirmaciones del enterrador Manolo el Comunista, y considera que, para
averiguar lo que realmente pasó deberían iniciarse de nuevo los trabajos
y proceder a la exhumación de los restos del poeta.
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