lunes, 18 de junio de 2012

La Revolucion de Asturias 1934 (II parte)

Cartel de 1937 del Socorro Rojo de España, en plena guerra civil, que demuestra la continuidad con octubre de 1934
Cartel pidiendo Solidaridad
Cartel de 1937 del Socorro Rojo de España, en plena guerra civil, que demuestra la continuidad con octubre de 1934
Ayuda para las familias de los combatientes

AMHDCT 17 Junio 2012

En tierras asturianas, la huelga se declaró el 4 de octubre por la noche y los mineros pasaron rápidamente a la acción, haciéndose con el control de toda la cuenca minera.[25] Estos disponían de armas cortas, algunos fusiles y abundante dinamita. En Oviedo, la capital de la provincia y Cuartel general de la insurrección, se proclamó una República Socialista y se atacó a la principal guarnición de la región en el Cuartel Pelayo.[26] La guarnición de la ciudad, compuesta por unos 1.000 efectivos, poco pudo hacer frente a este movimiento y se limitaron a resistir los ataques de los obreros, en espera de que llegase una columna de socorro.[25] Fuera de la capital también se prepararon importantes acciones en las ciudades de la Cuenca minera, especialmente en Mieres y Sama de Langreo.[26] En otras partes de la provincia fueron atacados los puestos de la Guardia Civil, y también algunas Iglesias y ayuntamientos, etc.[27]
A los tres días buena parte de Asturias ya se encontraba en manos de los mineros, incluidas las fábricas de armas de Trubia y La Vega que se pusieron a trabajar día y noche.[28] En toda la provincia se organizó un Ejército Rojo, que al cabo de diez días llegó a alcanzar unos 30.000 efectivos (en su mayoría, eran obreros y mineros).[28] Si bien es cierto que tuvieron lugar algunos actos de pillaje y violencia, estos no eran achacables a la organización revolucionaria, aunque allá donde los revolucionarios encontraron resistencia la lucha fue muy dura.[29] Llegó a haber casos de obreros que que salvaron la vida a miembros de la burguesía que vieron sus vidas amenazadas.[29] Así pues, a pesar de algunos asesinatos aislados de sacerdotes y empresarios, los comités locales se hicieron cargo del mantenimiento de la disciplina.[29]
En La Felguera y en el barrio de El Llano de Gijón se llegaron a dar breves experiencias de comunismo libertario:[30]
En la barriada de El Llano se procedió a regularizar la vida de acuerdo con los postulados de la CNT: socialización de la riqueza, abolición de la autoridad y el capitalismo. Fue una breve experiencia llena de interés, ya que los revolucionarios no dominaron la ciudad. [...] Se siguió un procedimiento parecido al de La Felguera. Para la organización del consumo se creó un Comité de Abastos, con delegados por calles, establecidos en las tiendas de comestibles, que controlaban el número de vecinos de cada calle y procedían a la distribución de los alimentos. Este control por calle permitía establecer con facilidad la cantidad de pan y de otros productos que se necesitaban. El Comité de Abastos llevaba el control general de las existencias disponibles, particularmente de la harina.
Manuel Villar. El anarquismo en la insurrección de Asturias: la CNT y la FAI en octubre de 1934
Desde el gobierno consideran que la revuelta es una guerra civil en toda regla, aún desconociendo que los mineros empiezan a considerar en Mieres la posibilidad de una marcha sobre Madrid.[29] El gobierno adopta una serie de medidas enérgicas. Ante la petición de Gil-Robles comunicando a Lerroux que no se fía del jefe de Estado Mayor, general Masquelet, los generales Goded y Franco (que tenían experiencia al haber participado en la represión de la huelga general de 1917 en Asturias) son llamados para que dirijan la represión de la rebelión desde el Estado Mayor en Madrid. Estos recomiendan que se traigan tropas de la Legión y de Regulares desde Marruecos. También fueron enviados el crucero Almirante Cervera[31] y el acorazado Jaime I.,[32] que participaron en el bombardeo de algunos núcleos costeros.

Mineros en lucha, Junio 2012 (Asturias)

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