“Nadie trae la República, la traen todas
las circunstancias…
…Saludémosla como el sol que se levanta
por su propia fuerza en el cielo de nuestra Patria”.
Con estas palabras de Castelar evocamos
el momento esperanzador que supuso el umbral al nacimiento de un nuevo régimen el
11 de febrero de 1873.
Era lunes ese 11 de febrero en que el diario
“La Correspondencia de España” dio la
noticia de la abdicación de Amadeo I de Saboya. Enseguida se agolparon en las
calles de Madrid los federales pidiendo la proclamación de la República
mientras que en el seno del gobierno de Ruiz Zorrilla (Partido Radical) las
opiniones del Presidente y de los progresistas (apoyados por el Partido
Constitucional del General Serrano) se inclinaban a constituir un gobierno
provisional que organizara un plebiscito para que el pueblo español eligiera la
forma de gobierno y los ministros de procedencia demócrata, con el apoyo de
Nicolás María Rivero, Presidente del Congreso, abogaban porque el Congreso y
Senado, en reunión conjunta constituyeran una Convención que decidiera la forma
de gobierno. De ser así, la mayoría de ambas cámaras –que era republicana- se
decantaría por la proclamación de la República, mientras que si el gobierno
provisional organizaba la consulta, la proclamación de la República no
sucedería de manera inmediata.
AMADEO I DE SABOYA |
Mientras una multitud que exigía la
República, se manifestaba ante el Palacio de las Cortes, siendo disuelta por la
milicia nacional, en el interior del edificio, el Presidente Ruiz Zorrilla
pedía a los diputados de su propio partido que aprobaran una suspensión de, al
menos, 24 horas, para poder restablecer el orden y que no tomasen ninguna
decisión hasta que oficialmente llegara el escrito de renuncia del rey. Se
trataba de una estrategia dilatoria; el presidente intentaba ganar tiempo, pero
su propio Ministro de Estado, Cristino Martos, se dirigió a la Cámara para
decir que en cuanto la renuncia formal llegara “aquí no habrá dinastía ni monarquía posible, aquí no hay otra cosa
posible que la República”.
Declarándose las Cortes en sesión
permanente por la moción de Estanislao Figueras, al día siguiente amenazaron
los jefes de distrito republicanos con que si no proclamaban la República
antres de las tres de la tarde iniciarían una insurrección, y en el mismo
sentido se recibió un telegrama de los republicanos de Barcelona.
Una vez leída la renuncia de Amadeo I, y
ante la ausencia del presidente del Gobierno, el ministro Martos anunció que el Gobierno
devolvía sus poderes a las Cortes, con lo que estas se convertían en Convención
y asumían todos los poderes del Estado y se presentó la siguiente moción por
parte de los diputados republicanos y radicales:
“La Asamblea Nacional
asume todos los Poderes y declara como forma de Gobierno de la Nación la
República, dejando a las Cortes Constituyentes la organización de esta forma de
Gobierno, interviniendo a continuación el hasta entonces Presidente de
Gobierno, Ruiz Zorrilla, que manifestó: “Protesto y protestaré, aunque me quede solo, contra
aquellos diputados que habiendo venido al Congreso como monárquicos
constitucionales se creen autorizados a tomar una determinación que de la noche
a la mañana pueda hacer pasar a la nación de monárquica a republicana”.
Subió entonces al
estrado Emilio Castelar que pronunció un discurso que pasaría a la Historia y
que fue respondido con una enorme ovación por parte de la cámara:
“Señores, con Fernando VII murió la monarquía tradicional; con la fuga de Isabel II, la monarquía parlamentaria; con la renuncia
de don Amadeo de Saboya, la monarquía democrática; nadie ha acabado
con ella, ha muerto por sí misma; nadie trae la República, la traen todas las
circunstancias, la trae una conjuración de la sociedad, de la naturaleza y de
la Historia. Señores, saludémosla como el sol que se levanta por su propia
fuerza en el cielo de nuestra Patria”.
258 votos a favor de la República y
32 en contra. Eran las tres de la tarde del 11 de febrero de 1873.
La Asamblea Nacional, reasumiendo
todos los Poderes, declaró la República como forma de gobierno de España. Hace
hoy 150 años.