sábado, 25 de mayo de 2019

Deportados españoles en campos de exterminio nazis.


Este mural, que se inauguró el 8 de febrero de 2019, sirve de complemento al monumento en honor a los cartageneros que fueron deportados a los campos nazis como castigo por haber luchado en la defensa de la legalidad, de la justicia y de la libertad. Primero, por defender a su país de quienes perpetraron, para subvertir el orden legal y democrático de la II República española, un  golpe de estado de sangrientas consecuencias. Después del exilio, para escapar de la feroz represión del régimen franquista, de pasar por  campos de refugiados franceses, de trabajar o de luchar nuevamente por la libertad y la democracia (bien en compañías de trabajadores, bien en la Legión Extranjera, o bien en la propia Resistencia  Francesa) contra la locura nazi, pasan  por campos de prisioneros (donde se respeta la Convención de Ginebra para prisioneros de guerra) para, finalmente, ir a parar a los campos de exterminio nazis, gracias también a la connivencia del Ministerio de Asuntos Exteriores español, a cuya cabeza se encontraba un cartagenero infame, Ramón Serrano Suñer. Tras la liberación en mayo de 1945 por las fuerzas aliadas, les quedaría un segundo exilio, más doloroso si cabe, el del olvido. Monumento y mural debieran servir para que nuestra Memoria Democrática más reciente nos despierte del olvido en que, hasta ahora, se han encontrado aquellos valientes españoles, que lucharon, en España, y fuera de ella, por una sociedad libre, y plantaron con su lucha la semilla del estado de bienestar, que en los últimos tiempos hemos disfrutado y que hoy, nuevamente, se encuentra amenazado. 

Significado del mural:

A la izquierda se representa  una fila de deportados que pasan por debajo de un zorro, animal que representa al Estado alemán. Inmediatamente una alambrada en clara alusión al campo de concentración nazi. Los trenes significan dos cosas: el transporte (en vagones de carga de animales, sin agua, sin comida, sin condiciones higiénicas) por el que llegaban estos mismos deportados; y el humo de las locomotoras, una metáfora sobre los hornos crematorios en los que se quemaron a numerosos presos.  El triángulo azul invertido con una "s" en su interior es el distintivo que tenían los deportados españoles: el color azul que se aplicaba a los apátridas y la "S" de Spanier. La escalera (escalera de la muerte la llamaban en Mauthausen) con la figura de un deportado subiendo una  piedra enorme, hace referencia al trabajo criminal al que estaban sometidos los presos, transportando piedras de gran tamaño tras una jornada exhausta de trabajo en las canteras. Y, por último, los bloques flotantes en perspectiva y con volumen,  reflejan el deseo de liberación de muchos presos, liberación de la carga mediante la muerte. 

La justificación de la obra expresado por los propios muralistas:

Los artistas del grupo Carrocero (Jate, Juan Fardo y Mateo Ripoll) nos decidimos a la hora de abordar el mural por un lenguaje más plano y sencillo, que huyese de representaciones más duras y obvias, inspirado en lo formal en la obra del cartelista Saoul Bass y, en su iconografía, en el album ilustrado infantil, en el folklore y la fábula con un personaje animal como el zorro que posee un ciclo completo en la tradición europea.

Todo ello pensando de antemano en el lugar donde iba a realizarse la obra y que presentaba varios condicionantes muy claros. En primer lugar, en el aspecto formal, debido a su marcada  horizontalidad. En segundo lugar, por su contexto, tratándose del muro de un centro educativo y de un espacio público frecuentado por menores dada la proximidad de colegios y parques. 

Teniendo esto en cuenta aparece el personaje del zorro. Que es una figura frecuente en la fábula, siendo el protagonista de la colección de cuentos que escribiera el insigne autor alemán Goethe, El Zorro Reineke y que se introduce dentro del ciclo del zorro Reynard. Este depredador es una figura que en la tradición europea suele simbolizar y representar tanto la inteligencia como el engaño, la astucia, la picaresca e, incluso, la maldad y la traición siendo un personaje ambiguo a caballo entre lo natural o salvaje y lo humano o doméstico.

Por todos es sabida la trama de argucias que operaba en el funcionamiento de los campos de exterminio así como las sucesivas traiciones de los estados francés y español que llevaron a nuestros compatriotas a no serlo (a no ser considerados como tales) y a ser entregados a los alemanes para su exterminio.
 
A su vez se eligió una iconografía de fábula en homenaje a uno de los ilustres de Mathausen. Cabrero Arnal, joven dibujante de tebeos español que sobrevivió al campo y que fue uno de los grandes autores de cómic infantil de la postguerra europea destacando y siendo ampliamente reconocido en los mercados inglés y francés. Uno de sus personajes más icónicos fue, precisamente, un zorro.

El lenguaje adoptado, plano, de siluetas y recortes, de líneas claras y próximo al trabajo del conocido ilustrador Bass remite, a su vez, al de la Bauhaus, el Suprematismo, el Neoplasticismo, el Cubismo y el Constructivismo Ruso, estilos artísticos de vanguardia y modernos que fueron considerados por Hitler como una forma de arte "degenerado" y que sufrieron la persecución del Nazismo. Este lenguaje permite determinar y construir formas geométricas con claridad y elegancia buscando transmitir el mensaje sin caer en un lenguaje sórdido o en lo escatológico, a lo que podría prestarse si se hubiera llevado a cabo con un lenguaje más figurativo y con un nivel de iconicidad elevado.

De manera poética la escalera por la que asciende el preso con su terrible carga se aproxima a un vacío en el que flotan cubos, como si fuera el deseo del condenado a trabajos forzados, liberarse de la carga y que no pese, o una representación del final de muchos de los presos, ya fuera por la crueldad criminal de los guardas, quienes para divertirse los lanzaban al abismo, o ya fuera por poner fin al sufrimiento suicidándose precipitándose desde las alturas.

Las líneas de la composición convergen y conducen a un punto, donde se encuentra el triángulo invertido con la S. La forma y el signo de "apátrida" que condicionaron la vida de los presos españoles en los campos de concentración nazis y que representan la perfidia y traición del estado español (con Serrano Suñer, cartagenero, por cierto, y pieza clave) y, por tanto, su deuda, nuestra deuda, con aquellos compatriotas nuestros, ya tuvieran unas u otras ideas, ya fueran luchadores por la libertad, miembros de la Resistencia o, simplemente, refugiados, supervivientes y víctimas de una época y un momento. Todos ellos fueron enviados directamente a la maquina de exterminio nazi.

Aquellos que sobrevivieron se encontraron con que no podrían regresar a su patria tras casi una década de penalidades. Jamás podremos pagar semejante deuda. Como mínimo es nuestro deber que se sepa y no se olvide para que no vuelva a repetirse.

El colectivo Carrocero ha surgido, precisamente, a raíz de desarrollar este proyecto. Es para nosotros un honor haber podido aportar de manera altruista nuestro trabajo a la gran tarea de recuperar la memoria de las víctimas españolas del fascismo. Por ello agradecemos al ayuntamiento de Cartagena y a la Asociación de Memoria Histórica la oportunidad de llevarlo a cabo.


jueves, 23 de mayo de 2019

DE NUEVO LA EXPOSICIÓN SOBRE LA II REPÚBLICA EN CARTAGENA

Después del enorme éxito que tuvo el año pasado la exposición "II REPÚBLICA Y GUERRA CIVIL EN CARTAGENA. LA MEMORIA EN IMÁGENES",  y ante las manifestaciones  lamentándose de su corta duración, nos decidimos a llevarla de nuevo a cabo; en esta
ocasión, ha sido en el Palacio de Molina, un lugar mucho más céntrico, si bien sus exiguas dimensiones nos han llevado a exponer una selección de, aproximadamente, el sesenta por ciento de la totalidad de la exposición.
El público de Cartagena se ha
mostrado muy receptivo y, desde el 17 de mayo, constantemente han acudido grupos de personas  de edades diferentes, que marcharon muy satisfechas de su visita y alabando el montaje, la recopilación de imágenes, y la ejecución de las visitas guiadas.
A la exposición, que permanece
aún en el Palacio de Molina hasta el día 15 de junio, han acudido centros de enseñanza y grupos de los clubes de lectura. 

Esta exposición, comisariada por el investigador e historiador Pedro María Egea Bruno, catedrático de Historia Contemporánea de la UMU, que
se inauguró por primera vez en 1993, por iniciativa de la Fundación 1º de Mayo, y volvió a imprimirse por nuestra asociación 25 años después y enmarcada en la celebración de las IX Jornadas de Memoria Histórica de Cartagena, ha
tenido de nuevo tanta aceptación que, ante la imposibilidad del alumnado de algunos centros de Secundaria y de los miembros de ciertas asociaciones de vecinos para poder visitarla en este nuevo mes que ha permanecido abierta, que
nuestra asociación ha decidido llevar a cabo, 
después de este verano, sesiones de proyección de las fotografías que la componen, yendo a exhibirlas a los Institutos de Enseñanza Secundaria y las Asociaciones de vecinos, culturales, etc...que nos lo soliciten.



sábado, 4 de mayo de 2019



El documental sobre el campo de Gurs fue proyectado por nuestra Asociación el 9 de noviembre de 2018, con una gran acogida por parte del público.


Al tener conocimiento de una nueva versión de este documental, subtitulada, para facilitar su asequibilidad a las personas con deficiencia auditiva, nos hemos decidido a ofrecerla de nuevo al público con un doble objetivo: que pueda ser conocido por las personas sordas e hipoacúsicas, y que recuperen la posibilidad de verlo quienes no pudieron hacerlo en la primera ocasión en que se trajo a nuestra ciudad.
Se proyectará el martes, día 7 y el viernes, día 10 de mayo, en doble sesión; A las 12,00 y a las 18,30 h, en el Palacio de Molina, en el espacio de la exposición EL FOTÓGRAFO DEL HORROR.


Gurs es más que un lugar, fue un campo construido para republicanos españoles que acabó convertido en campo de concentración. Emocionado documento de historia oral, reconocimiento a quien padeció la barbarie y llamada de atención en el presente.
El documental recupera el pasado colectivo de miles de refugiados aragoneses que huyeron al campo de Gurs en Francia tras la Guerra Civil, pero que vieron cómo en 1940 el enclave se convertía en un campo de concentración nazi.

La obra se ha forjado a partir de los testimonios directos de las familias de los refugiados republicanos que terminaron en esas instalaciones francesas y que convivieron con miembros de las Brigadas Internacionales, la resistencia francesa contra el nazismo o los judíos apresados por el régimen.


La producción documenta la visita de unos estudiantes al campo de refugiados españoles de Gurs, situado en la localidad franco-pirenaica con el mismo nombre. «Ellos descubren que Gurs no es solo un lugar. Gurs es el punto de encuentro de personas anónimas que soportaron el exilio y las represalias de una guerra. Haciendo memoria, comparten sus vivencias a través de entrevistas y recuerdos reflejados en animaciones creadas a partir de la mano de Paco Roca, trasladando a las y los estudiantes y al público a los campos de concentración franceses del 39, a la huida por el Pirineo aragonés, y a la historia de la que no pudieron hablar durante mucho tiempo», asegura el equipo de la producción en un comunicado. 

El documental de Sáenz destaca por la inclusión de la animación en el género documental para ilustrar el campo de concentración, ya que apenas hay imágenes del enclave que fue completamente destruido tras la Segunda Guerra Mundial. El historietista valenciano, Premio Nacional de Cómic en 2008, no dudó en aceptar el encargo de la cineasta, ya que no era la primera vez que ilustraba parte de la memoria histórica española. Ya lo hizo en la novela gráfica Los surcos del azar en 2013, donde reconstruyó la historia de La Nueve. El campo de Gurs estuvo en funcionamiento de 1939 a 1946 y por él pasaron miles de españoles 
56 min. 
Dirección: Verónica Sáenz Giménez 
Guión: Verónica Sáenz Giménez 
Animación: Paco Roca 
Música: Pablo Contreras; Santos López

EL EXILIO PEDAGÓGICO DE 1939


El final de la Guerra Civil supuso el exilio de un buen número de profesores de todos los niveles educativos, en especial de quienes se habían identificado con el proyecto educativo de la II República.
Su vida pudo compararse a una montaña rusa emocional marcada por tres factores fundamentales:
En primer lugar, la fractura política que vivieron los exiliados españoles generó una grave crisis institucional, agravada por la dispersión geográfica de sus miembros y las dificultades de todo orden que debieron afrontar en un contexto convulso.
En segundo lugar, la consolidación del franquismo como un régimen totalitario, marcado por la represión hacia cualquier tipo de oposición política, aumentó la desprotección de los exiliados declarados enemigos de la patria e imposibilitó cualquier opción de retorno seguro.

Finalmente, el complejo desarrollo internacional, condicionado por la evolución de la Segunda Guerra Mundial primero y el surgimiento de la Guerra Fría más tarde, contribuyó a mantener la dictadura y, con ella, la vigencia del exilio.
Un duro golpe les supuso el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945 Muchos habían esperado que el fin del conflicto trajera la caída del franquismo, el regreso del gobierno republicano y la vuelta de la democracia a España. Desde el exilio, el retorno estuvo muy presente en publicaciones, reuniones, manifiestos y acciones políticas, especialmente en México y en Francia. Entre los temas tratados en los círculos de los desterrados con mayor implicación política e intelectual sobresalió la educación, dada la importancia que se le daba a la formación de las nuevas generaciones de españoles que deberían de retomar los principios y valores republicanos.


Sobre esto versará la charla de Antonio Viñao Frago; sobre los diversos modos a los que recurrieron para reorganizar sus vidas, su proyección en el ámbito de la enseñanza en los países en que vivieron, y las propuestas educativas que realizaron cuando, al finalizar la II Guerra Mundial, pensaron que era inminente la caída del régimen franquista y su vuelta a España.

También se analizarán las iniciativas llevadas a cabo en esas fechas en suelo francés para mantener la identidad española entre los exiliados más jóvenes
La charla versará sobre los diversos modos a los que recurrieron para reorganizar sus vidas, su proyección en el ámbito de la enseñanza en los países en que vivieron, y las propuestas educativas que realizaron cuando en 1945, al finalizar la II Guerra Mundial, pensaron que era inminente la caída del régimen franquista y su vuelta a España.


 Jueves, 9 de mayo, 19,00 h.

Charla-coloquio:
El exilio pedagógico de 1939.
Realidades y propuestas educativas.

Antonio Viñao Frago

Salón de actos de la UNED


LA SAUCEDA, DE LA UTOPÍA AL HORROR

El domingo, día 5 de mayo, proyección, en el entorno de la exposición "El fotógrafo del horror", en el Palacio de Molina, a las 12,00 h.
 “LA SAUCEDA, DE LA UTOPÍA AL HORROR” es un documental de Juan Miguel León Moriche, producido por el FORO POR LA MEMORIA DE GIBRALTAR y la ASOCIACIÓN DE FAMILIARES DE REPRESALIADOS POR EL FRANQUISMO EN LA SAUCEDA Y EL MARRUFO.
Dirigido por Juan Miguel León Moriche y realizado por Antonio Bermejo. (58 minutos).

Supervivientes, o hijos y nietos de desaparecidos en La Sauceda cuentan la historia de este valle de la sierra que se extiende por las provincias españolas de Cádiz y Málaga, último bastión republicano en la zona cuando las tropas franquistas ya ocupaban todas las comarcas cercanas. Fue bombardeado y destruido para siempre por cuatro columnas del ejército franquista y los supervivientes encerrados en el cortijo del Marrufo, donde cada día eran fusiladas cinco o seis personas. Con estos testimonios se reconstruye todo lo sucedido en aquellos meses del verano del 36 al invierno del 37 y luego se narra la labor realizada desde 2011 para localizar las fosas comunes donde en el verano de 2012 se exhumaron los cadáveres de 28 personas.