sábado, 23 de diciembre de 2017

LAS MUJERES, BOTÍN DE GUERRA Y OBJETO DE REPRESIÓN:


Eso es lo que pudimos analizar el 20 de diciembre, en Santomera, lo que oímos de labios de Juan Eladio Palmis, Guillermo Vignote y Maye Bobadilla, en un ambiente agradablemente acogedor, en el que la  ASOCIACIÓN MEMORIA HISTÓRICA DE CARTAGENA presentó el cuarto libro de su colección, "BLANCA DE GUERRA"


¿Por qué motivos la asociación ha publicado una novela histórica? En palabras de Guillermo Vignote, la respuesta es muy sencilla: un episodio de nuestra historia más próxima sobre el que no se sabe lo suficiente es el de aquellas mujeres que Franco envió como esclavas sexuales a los burdeles del Norte de África. Del mismo modo que, durante muchos años, ignoró la población española los negros acontecimientos relacionados con los crímenes de los bebés robados, también permaneció ignorante durante muchas décadas de ese otro crimen, el de la trata de blancas que las autoridades franquistas llevaron a cabo  con las mujeres republicanas. El silencio, temeroso en unos casos,  culpable en otros, se abatió sobre la oscura verdad del tráfico de mujeres vencidas.

Atendiendo a la necesidad de recuperar nuestra memoria, Maye Bobadilla, en su intervención, puso el acento en la violencia desatada por los golpistas y la particular represión franquista sobre las mujeres. 
Habló sobre el juego de palabras en el título “Blanca de Guerra”, clara alusión a que las mujeres son blanco de guerra o, para entendernos mejor, “botín de guerra” desde tiempos inmemoriales. 
Como dice Barbijaputa, seudónimo bajo el que se oculta una escritora feminista: ”Las mujeres no van a la guerra, la encuentran en sus países. No son ellas quienes deciden si habrá o no guerra, no están nunca en posición de poder: nadie les pregunta. Y cuando se la encuentran, no sólo sufren asesinatos de seres queridos o pérdidas materiales, como puedan sufrir los hombres víctimas del mismo conflicto sino que tienen un añadido de sufrimiento sólo por su género. Son los trofeos de los soldados, objetos contra los que descargar específicamente la ira, el odio y la violencia.”
Ya en 2004, en el primer gran informe sobre la situación de la mujer en los conflictos armados, Amnistía Internacional denunció que  “Las niñas y las mujeres son consideradas botines de guerra y esclavas sexuales por los hombres que participan en los conflictos armados, sin que ningún gobierno del mundo las proteja con efectividad”, señalando que la violencia de la que son víctimas las mujeres "no es espontánea sino organizada, aprobada y tolerada, en el marco de una estrategia política calculada".
Esta organización que vela por los derechos humanos a nivel mundial, en el marco de la campaña global contra la violencia de género,  asegura que la violación sexual "es utilizada por los estados estratégica y tácticamente como arma de guerra, para alcanzar objetivos específicos en muchas formas de conflicto".
En Cimac noticias, que es una publicación periodística con perspectiva de género, se puede encontrar este “Informe Mundial sobre Violencia de Género y Conflictos” que Maye comentó.
Fusilar a los hombres y violar a las mujeres. Esta era la consigna del general golpista Queipo de Llano. Utilizó la radio como medio de guerra psicológica y el terror como arma de persuasión masiva. Son conocidas sus charlas radiofónicas en los micrófonos de Unión Radio Sevilla, que han pasado a formar parte de la historia negra de aquellos tiempos, en las que diariamente a las diez de la noche cuando todo el mundo se reunía en torno al parte, con un lenguaje grosero y fascista se burlaba de los dirigentes de la República y alentaba a los golpistas al uso de la violencia. «Nuestros bravos legionarios y regulares han enseñado a los cobardes rojos lo que significa ser hombre. También a sus mujeres. Después de todo, a estas comunistas y anarquistas les ha hecho bien adoptar la doctrina del amor libre. Y ahora conocerán por lo menos a hombres verdaderos, y no esos milicianos maricas. Dar patadas y berrear no las salvará”.


Durante la guerra civil española, Mohamed Ben Mizzian, el más alto oficial marroquí prometió a su tropa rifeñas mujeres blancas si tomaban Madrid. Se dice que para probar la seriedad de la oferta ofreció a cuarenta de sus hombres ”el aperitivo”  de dos prisioneras sindicalistas en Navalcarnero. Duraron dos horas vivas, a razón de 3 minutos de violación por soldado. El testimonio de un periodista estadounidense,  John Whitaker, fue  fundamental para corroborar este episodio. Escribió que los oficiales franquistas "nunca me negaron que hubiesen prometido mujeres blancas a los moros cuando entrasen en Madrid". Presenció la detención de estas dos chicas, menores de 20 años. Cuenta: “Tras ser registradas e interrogadas, El Mizzian las llevó a un pequeño edificio [...] en el cual descansaban unos cuarenta moros. Cuando llegaron a la puerta, se escuchó el ululante grito salido de las gargantas de los soldados. Asistí a la escena horrorizado e inútilmente indignado. El Mizzian sonrió afectadamente cuando protesté por lo sucedido, diciendo: `Oh, no vivirán más de cuatro horas´”.
Nadie, medianamente informado puede negar hoy en día que uno de los objetivos de los golpistas en 1936, para que sirviera de advertencia a cualquier disidente, fue aniquilar a quienes consideraba “el enemigo”. Volvamos a Queipo de Llano: “Ya conocerán mi sistema: Por cada uno de orden que caiga, yo mataré a diez extremistas por lo menos, y a los dirigentes que huyan, no crean que se librarán con ello: les sacaré de debajo de la tierra si hace falta, y si están muertos los volveré a matar”. Robaron, asesinaron, encarcelaron, depuraron, persiguieron y sometieron a consejos de guerra a cualquiera que les pareciera que podía interponerse en los intereses de su ideología nacional-católica.
La violencia ejercida por los golpistas puede considerarse una especie de “genocidio social” con el que se buscó un  exterminio total del enemigo que hoy en día aún sigue oculto bajo el vergonzoso pacto de silencio que mantuvieron no sólo quienes lo protagonizaron sino sostenido por una derecha que persiste en seguir asustándonos con la idea de un nuevo conflicto civil si desenterramos a los muertos de las cunetas o si salen a la luz los testimonios de las víctimas.

Pero, sobre las mujeres recayó, además de todo lo anterior, una particular forma de violencia, de carácter ejemplarizante. Fueron asesinadas, sometidas a la “autoridad militar”, torturadas, encarceladas durante años y expoliadas de sus bienes, si los tenían. Fueron obligadas a protagonizar espectáculos humillantes: desfiles y fotografías de rapadas, exposición pública de sus cuerpos, situaciones degradantes como ser obligadas a pasear  por el pueblo manchadas por sus propios excrementos tras la toma de purgantes, tratadas como esclavas económicas y sexuales, obligadas a sufrir el secuestro de los hijos, vejaciones y mutilaciones parciales… Éstas son algunas de las “armas de guerra” utilizadas por los golpistas  de 1936 contra las mujeres. Sus cuerpos fueron considerados botín de guerra.

Gloria Poyatos Magistrada del TSJ Canarias, en un artículo publicado en su blog el año pasado, decía: “Los conflictos bélicos son devastadores, deshumanizan, aniquilan poblaciones, provocan éxodos masivos, miles de refugiados en travesías a ninguna parte y destruyen un ecosistema de todos. Lleva décadas reponerse del impacto de unas armas, cada vez más sofisticadas en destruir más y mejor en menos tiempo. Pero hay un arma secreta en todo conflicto armado que se reproduce sistemáticamente bajo la mirada anodina del planeta, cuya crueldad debiera escandalizar la moral del mundo civilizado: es la violencia sexual extrema que se inflige sobre las mujeres. Una batalla que se perpetra en el cuerpo de ellas, que son el botín de una guerra decidida, financiada y ejecutada por hombres.”


Como seguramente sabréis, en marzo del año pasado, la organización internacional Women's Link Worldwide pidió a la jueza María Servine que ampliara la macrocausa iniciada el 14 de abril del 2010 en Buenos Aires contra la dictadura franquista (que actualmente engloba más de 300 querellas) para incorporar los crímenes de género (cometidos no sólo durante  la Guerra Civil sino también a lo largo de los años de dictadura) por considerar que es un paso "fundamental" para exigir el fin de la impunidad de los golpistas y de la represión perpetrada durante la Dictadura. Y para completar la mitad de la historia conviene añadir.

La directora legal internacional de este organismo, Glenys de Jesús, señala que la violencia ejecutada por el bando nacional contra las mujeres fue, "no sólo de una brutalidad diferente, sino que además tenía un objetivo claro, que era castigar a aquellas mujeres que el régimen consideraba que habían roto con su posición social",  buscaba "enviar un mensaje de presión a la sociedad completa de cuál debía ser el modelo de conducta femenino" al tiempo que "utilizó a las mujeres para castigar a los hombres del bando republicano" y esto, subraya que se trata de "un tipo de violencia específica que tiene que ser analizada y castigada de forma específica

Siguiendo lo que viene apuntando Sabela Rodríguez Álvarez, periodista con perspectiva de género, conviene señalar cuatro aspectos del texto contenidos en esta ampliación de la querella:  

1.      Aunque la represión franquista recayó sobre las espaldas de hombres y mujeres, la motivación, las causas y los efectos son necesariamente distintos. La organización relata que los "crímenes de género" incluyeron aspectos como la violencia sexual, habitualmente ejercida por "los funcionarios de prisiones o por falangistas que entraban en las cárceles a visitar a las mujeres de manera recurrente". Las mujeres eran detenidas y violadas, no sólo por su lucha política, sino también por el "delito consorte, es decir, por ser familiar de hombres con ideas contrarias a las del régimen".

2.      Por otro lado, el régimen franquista se caracterizó por negar la existencia de presas políticas, que fueron tratadas como delincuentes comunes. "Las torturas a las que fueron sometidas las mujeres se ejercían con el mismo odio y fuerza que hacia los hombres, pero había un componente de género específico hacia ellas, tanto en los insultos como en el uso particular y sexuado de la violencia, las descargas genitales y golpes en el bajo vientre".

3.      Fue común, el robo de bebés, que ronda los "30.960 niños y niñas". Los hijos de las mujeres que eran asesinadas fueron entregados a familias de militares franquistas para "eliminar la semilla marxista" y darles una educación afín al régimen. Hasta más allá de los años 80, muchas mujeres sufrieron el robo de sus hijos en los hospitales bajo la excusa de enfermedad grave y posterior muerte del bebé.

4.      Finalmente, las mujeres fueron sometidas a humillaciones relacionadas con cortes de pelo al cero y purgas con aceite de ricino. Las mujeres, "que no podían controlar sus esfínteres", eran obligadas a pasear por las calles de su pueblo o ciudad, bajo las burlas y agresiones de sus vecinos.

Veremos qué suerte corre esta querella.

No quiso Maye acabar sin mencionar que hoy, ahora, miles de mujeres son violadas, secuestradas, torturadas, convertidas en esclavas sexuales o reclutadas como soldados en primera línea de fuego para cargar las armas. Obligadas a presenciar la muerte de sus maridos, hermanos o el ahogamiento de las mujeres mayores, forzadas las más jóvenes a casarse con sus propios secuestradores para darles hijos. Muchas de ellas se han suicidado en masa cuando han sido devueltas a sus familias porque, además de traumatizadas por la violencia ejercida en sus cuerpos y en su psiquismo, son repudiadas por sus maridos por miedo al contagio y estigmatizadas por su propia comunidad. Estas mujeres dejan de existir porque la violación es tabú para muchas sociedades. Y esa invisibilidad les arrebata cualquier esperanza de hallar justicia.

El cuerpo de las mujeres y de las niñas sigue siendo un botín de guerra. La mayoría de estos delitos quedan impunes porque, como señala Save the Children “la brutalidad ejercida contra mujeres y niñas en países en guerra es muy difícil de documentar” porque ningún gobierno quiere admitir tanta barbarie"

En el famoso artículo de Aryn Baker,  War and rape, que se publicó en la revista Time en marzo de 2016,  Zainab Bangura, representante del Secretariado General de las Naciones Unidas sobre la violencia sexual en los conflictos bélicos afirmaba con rotundidad:  "Las violaciones durante las guerras no son inevitables, pero lo que realmente vienen a ser es el reflejo del estado de subordinación de la mujer en nuestra sociedad. La violencia sexual en tiempos de guerra parará cuando el estatus de la mujer cambie y cuando la vergüenza sea puesta en los violadores y no en las víctimas

Porque, cuando por fin se denuncia, cuando por fin se encuentra el cauce legal para hacerlo y se poseen los testimonios y la documentación, el patriarcado se pone en pie de guerra y se defiende atacando a las víctimas.
Dejemos para otro día el botín de guerra de las manadas que salen de fiesta y la reacción machista que ha suscitado el que sus miembros hayan sido llevados a un tribunal. Es a la víctima a la que se está juzgando.

Nada más, no miréis para otro lado cuando hablemos de violencia sobre la mujer porque no estamos libres del olvido interesado y cruel sobre este tema.

Esta acertadísima y documentada intervención de Maye Bobadilla encaja perfectamente con el carácter de denuncia de nuestro libro, porque “Blanca de guerra” no es una simple novela histórica, no es una trama ficticia encuadrada en el marco de unos acontecimientos  históricos. La obra de Palmis no tiene nada de ficticio; el autor ha bebido en las fuentes de los  archivos históricos y ha obtenido datos de los testimonios orales, y si bien son simulados los lugares donde se ubican los hechos y los nombres de quienes los protagonizan, estamos hablando de la dura realidad de las historias de unas mujeres humilladas y sojuzgadas, violentadas, utilizadas como mercancía con que satisfacer a los mercenarios que Franco reclutó para dar el golpe a la democracia, las historias de unas mujeres que habían cometido el delito de mantenerse fieles a la República, o de ser las compañeras de quienes la defendieron.

La victoria de los fascistas españoles se consolidó con la humillación de los vencidos, de los hombres y mujeres fieles al gobierno, y disfrutando sádicamente con esa humillación.

El libro de Juan Palmis está novelado, lo que facilita muchísimo nuestra inmersión en la historia; y la asociación MHC está segura de que con esta lectura se está facilitando una manera ágil y efectiva de divulgar esta historia.


jueves, 23 de noviembre de 2017

Nota de prensa por el cambio de nombre del Colegio José Antonio de Fuente Álamo, Murcia.







Tras la polémica por el cambio de nombre del Colegio José Antonio, de Fuente Álamo 
           
LA FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES MEMORIALISTAS DE LA REGIÓN DE MURCIA EXIGE EL CUMPLIMIENTO DE LA LEY DE MEMORIA HISTÓRICA

Tras tres intentos del cambio de denominación del CEIP ‘José Antonio’ de Fuente Álamo, a propuesta del Consejo Escolar del centro, ese colegio seguirá llevando el nombre del fundador de la Falange. En esta última ocasión, el Ayuntamiento de esa localidad, gobernado por el PSOE, ha decidido, una vez más, aparcar dicha propuesta.

La Federación de Asociaciones de Memoria Histórica de la Región de Murcia (FAMHRM) denuncia, pues, dicha circunstancia y lamenta que el equipo de Gobierno de Fuente Álamo se haya dejado influir por las presiones de grupos minoritarios vecinales y por Falange Española, formación política heredera del fascismo, así como la tibieza del Consejo Jurídico de la Región de Murcia, que ha eludido pronunciarse sobre el asunto.

FAMHRM recuerda también que, en nota de prensa, Falange Española, celebró esta decisión como “una gran noticia y una pequeña victoria frente al odio histórico marxista”, añadiendo, además, que “esperamos que se ponga coto a este odio de la izquierda y esta exaltación del guerracivilismo que ha iniciado la infausta ley de memoria histórica”.

José Antonio Primo de Rivera líder de Falange Española
partido fascista sustentador ideológico del franquismo.
Ante estas declaraciones exhibidas sin pudor alguno en los medios de comunicación democráticos por una formación política que abomina de la democracia, la Federación memorialista quiere recordar algunas frases del discurso fundacional de Falange, pronunciadas por José Antonio Primo de Rivera en el Teatro de la Comedia de Madrid, el 29 de octubre de 1933: “Queremos que España recobre resueltamente el sentido universal de su cultura y de su Historia […] Si esto ha de lograrse en algún caso por la violencia, no nos detengamos ante la violencia. Porque, ¿quién ha dicho –al hablar de "todo menos la violencia"– que la suprema jerarquía de los valores morales reside en la amabilidad? ¿Quién ha dicho que cuando insultan nuestros sentimientos, antes que reaccionar como hombres, estamos obligados a ser amables? Bien está, sí, la dialéctica como primer instrumento de comunicación. Pero no hay más dialéctica admisible que la dialéctica de los puños y de las pistolas cuando se ofende a la justicia o a la Patria”.

Transcurridos casi ochenta y cinco años de esa declaración de intenciones con apelación clara a la violencia, FAMHRM piensa que una formación política como ésa, instalada en el odio y el revanchismo, no puede condicionar actuaciones democráticas de ninguna institución. Y para que quede constancia de la solidez de sus argumentos, quiere recordar el tenor literal del artículo 15  de la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, de Memoria Histórica, que, en su punto primero, dice:  “Las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura. Entre estas medidas podrá incluirse la retirada de subvenciones o ayudas públicas”.

Por ello, FAMHRM pide al Ayuntamiento de Fuente Álamo el cumplimiento estricto de la ley y, en caso contrario, la actuación de oficio de la Fiscalía para que ese colegio, que tiene como misión educar en los valores de la paz y la tolerancia, no continúe exhibiendo el nombre del fundador del partido fascista español, al tiempo que insta a la Asamblea Regional a legislar en esta materia, pues así está previsto en el punto 3 del artículo antes citado.




           




lunes, 20 de noviembre de 2017

Cuarenta y dos años después de la muerte del dictador.


Primer pilar del régimen fascista.
Cuarenta y dos años del comienzo de una inacabada transición a la democracia, en cuya primera etapa permanecieron agazapados los amigos del régimen, ocultando temporalmente sus camisas azules, sus medallas, sus méritos, sus relaciones, en espera de tiempos más propicios a la exhibición pública de sus verdaderas inclinaciones, de sus camuflados principios, de sus reales intereses... 



Ya ha pasado la época en que tenían miedo a mostrarse como los auténticos franquistas que eran en realidad, porque ya el fascismo ha perdido los complejos que le abrumaban durante los años setenta y ochenta  y por fin da la cara sin recato alguno, mostrando sus verdaderas intenciones. 

Durante cuarenta y dos años ha dado tiempo a que, gracias al vacío
Segundo pilar.
educacional, los jóvenes desconozcan nuestro pasado reciente, ignoren esos años del miedo y el silencio, esos años en que la población demócrata debía ocultar públicamente su ideología, del mismo modo que los moriscos y judíos, conversos de nuevo cuño, hicieran durante la supremacía inquisitorial; si éstos alardeaban públicamente de una religiosidad que no profesaban, para evitar que las iras fanáticas cayeran sobre ellos, aquéllos tuvieron que fingir su lealtad al régimen, permitir que sus hijas fueran adoctrinadas por la Sección Femenina y sus hijos por la OJE, acudir el 1 de mayo a la demostración sindical del día de San José Obrero, o permanecer en posición de firmes y con el brazo alzado cuando se izaba o arriaba la bandera del aguilucho en algún edificio militar de las proximidades.
 

Tercer pilar.
Nada de eso saben sus nietos, nada saben quienes no han recibido en los colegios e institutos los conocimientos sobre los acontecimientos históricos del siglo XX.
Y ahora, los ya crecidos cachorros de los antaño cancerberos del régimen, vuelven a enseñar los dientes y la emprenden a dentelladas con nuestra maltrecha democracia.

Ay, qué atado y bien atado lo dejó todo aquel sangriento personaje...
La sucesión del régimen fascista.
Pero no, no todo está perdido. Sus ideas están muertas, mal que les pese, porque ya nacieron necrosadas, y por mucho alarde que hagan de conmemoración de la desaparición del siniestro dictador, por mucho que enarbolen sus rojinegras banderas falangistas y sus águilas de perfil, por mucho que defiendan a sus corruptos, por mucho que insulten a quienes defendemos la libertad y luchamos por el respeto a los derechos humanos... nunca tendrán la razón. 

Ya lo expresó Miguel de Unamuno con su "Venceréis pero no convenceréis". Y como estamos en el convencimiento de que frente a la razón de la fuerza prevalecerá la fuerza de la razón, no nos desanimamos en nuestra lucha y seguimos exigiendo VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN








Lo que no le interesaba al franquismo.
Lo que destruyó el franquismo.



miércoles, 1 de noviembre de 2017

Conferencia “Félix Martí Ibáñez, un cartagenero universal"



Que José Vicente Martí Boscá, doctor en Historia de la  Medicina y salubrista, nos ofrecerá el próximo 10 de noviembre, viernes, en el salón de actos del Centro Cultural Ramón Alonso Luzzy, a las 19,30 horas. 




Félix Martí Ibáñez nació en Cartagena el 26 de diciembre de 1911. Cartagena  es una ciudad importante en la biografía de nuestro autor: allí había nacido su madre, Josefa Ibáñez Sánchez (1882), maestra de primera enseñanza superior, allí se trasladó su padre, el acreditado pedagogo valenciano Félix Martí Alpera (El Cabañal, Valencia, 1875), a ejercer en su escuela superior, en 1898, y desarrolló buena parte de su carrera profesional, publicando su libro más relevante, Por las escuelas de Europa, el mismo año que contrajeron matrimonio (Cartagena, 1904); también allí había nacido su hermana Josefina (1908). Allí residieron hasta 1920, en que la familia se reubicó en Valencia y, en unos meses, en Barcelona, siempre por traslados de padre. En 1940, Martí Alpera fue depurado y suspendido de empleo y sueldo, creemos que como venganza contra su hijo, nuestro autor, con una actividad política y social muy relevante, y al que el franquismo no pudo detener.

En la ciudad condal obtuvo el título de bachiller y pasó a su universidad que en esos años disponía de un elenco de profesores muy relevante: Pi i Sunyer, Ferrer i Cagigal, Pero Pons y los hermanos Trias i Pujol. Con la calificación de “excelente”, finalizó la carrera con 22 años. Pasó a la Universidad Central de Madrid, única en la que en la España de la época se realizaba el doctorado. Allí contactó con Marañón y asistió a conferencias de Ortega y Gasset, dos de los que siempre consideró sus maestros. En diciembre de 1934 presentó su tesis doctoral, que dirigida por el catedrático obtuvo la calificación de excelente y que, publicada por la Universidad Central, tuvo reseñas internacionales. Sus primeras publicaciones médicas, en los Archivos del Instituto de Medicina y Cirugía Práctica, de Barcelona, son de ese otoño. También en octubre de 1934, inició su colaboración con la prensa libertaria, a través de la revista Estudios, de Valencia, en la que desarrolló sus trabajos y un conocido consultorio con los lectores: el “Consultorio psíquico-sexual” (enero de 1936 – junio de 1937). Pero su capacidad era mucho mayor, abrió un consultorio en su domicilio, en el que se anunciaba como “Médico psicólogo. Enfermedades nerviosas y mentales. Conflictos espirituales y sexuales”.
En 1935, dedicado a los temas de su interés: historia de la medicina y de la cultura, reforma sexual, eugenesia, control de la natalidad, higiene y psicología, se celebró el X Congreso Internacional de Historia de la Medicina, al que asistieron los principales profesionales. Martí, que presentó cuatro comunicaciones, quedó impresionado, en especial con uno de los ponentes más destacado, Henry Sigerist.
Durante 1935 multiplicó sus colaboraciones en publicaciones libertarias y profesionales. Formó parte, desde su creación de la Organización Sanitaria Obrera, entidad mutual de orientación cenetista, con una docena de médicos catalanes que prestaban asistencia médica a los sindicalistas. También fue miembro de un interesante grupo de debate de Barcelona: la Asociación de Idealistas Prácticos, allí también impartió conferencias.   

En 1936, inició sus publicaciones en libros, con un volumen de divulgación (Higiene Sexual, Biblioteca de Estudios, con diversas reediciones, hasta 1973, en Argentina) y su primera novela (Yo, rebelde. Novela Juvenil y de Inquietudes, de la misma editorial). Con el estallido de la Guerra Civil, Martí multiplicó sus actividades. Participó en los enfrentamientos de Barcelona y después colaboró en los organismos sanitarios revolucionarios, tanto como médico, como conferenciante o escritor, de lo que hay amplia constancia en la prensa de la época.
En septiembre de 1936 asistió, con otros jóvenes libertarios, al Congreso Internacional de la Juventud contra la Guerra, en Ginebra, promovido por la Sociedad de Naciones. Cuando la CNT se incorporó al gobierno de la Generalitat, fue llamado por el consejero de Sanidad como director general de Sanidad y Asistencia Social. En enero de 1937 también fue requerido como subsecretario por la ministra Federica Montseny, pero prefirió seguir con la sanidad catalana donde, en los 10 meses escasos que duró su participación, hasta los conocidos Hechos de Mayo de 1937, realizó una labor impresionante de reorganización de servicios sanitarios y sociales, que trataremos de resumir en la conferencia. Solo destacamos un dato: es el autor de la primera regulación voluntaria del embarazo en España, aunque solo se implementó en su territorio, Cataluña.

Poco afectado por su destitución, siguió con conferencias, mítines, mensajes radiofónicos, artículos, folletos y libros. Buen escritor, tanto en español como en inglés, no acostumbraba a corregir sus escritos, pues no era necesario. También dominaba la expresión oral y poseía una gran cultura, combinación de sus propios esfuerzos, aprovechando el insomnio, la formación de sus padres y la combinación de maestros que tuvo en diferentes áreas. Incorporado al Ejército del Este como capitán, fue herido en la cabeza y el brazo en el sur del Ebro, en mayo de 1938.
En el verano de 1938 fue designado como uno de los tres libertarios a participar en el Congreso Mundial de las Juventudes por la Paz, celebrado en Nueva York; luego recorrió los EEUU impartiendo conferencias y celebrando reuniones, entre otros muchos, con Sigerist, que había conocido en España. Todo estaba organizado por la internacional libertaria Solidaridad Internacional Antifascista. Continuó por Méjico, al Congreso Internacional contra la Guerra, siguió por EEUU y a finales de diciembre de 1938 regresaban a España. Se reincorporaron a sus puestos en el Ejército republicano, aunque sabían que el final en Cataluña era inminente.
Volvió a pasar la frontera francesa, ahora con los pies envueltos en trapos, pudo llegar a Arcachon, donde le esperaban unos familiares, que le llevaron a París en un recorrido peligroso, por estar la capital fuera de las zonas permitidas a los exiliados españoles. De allí a EEUU, donde en julio lo encontramos participando en actos de exiliados. Su estancia en ese país estuvo avalada por Sigerist y en septiembre ya dirigió su primera publicación, una revista cultural en español, Ariel. Revista de Hechos e Ideas, que marca el nexo entre sus éxitos españoles y los americanos. 

A mitad de la década de los 40 visitó una decena de países hispanos impartiendo conferencias por sus facultades de Medicina sobre psicología, historia de la medicina y literatura, con las consiguientes publicaciones en sus revistas. En 1956 fue nombrado profesor y director del Departamento de Historia de la Medicina, de la Facultad de Medicina de Nueva York, pero en 1958 dejó el puesto para centrarse en sus publicaciones, como autor y, sobre todo, editor.
En esta área, su trabajo más destacado fue la creación en 1950 de MD Publications Inc., de Nueva York, origen de colecciones de libros y revistas médicas, de la que procede reseñar MD, The Medical Newsmagazine, cuaderno mensual de más de cien páginas destinado a más de 150.000 médicos norteamericanos, que por su éxito se amplió a cuatro ediciones más: MD of Canada, MD en Español, Md Pacific y MD Australia.
Participó en decenas de congresos internacionales, impartió más de mil conferencias, autor de más de veinticinco libros en inglés y más de treinta en español, aunque con dos títulos como Centaur (1958) y Ariel (1962) bastarían para reconocer su valía.
En 1971, el presidente de la República Española, Fernando Valera, le propuso por carta la representación de la misma en los EEUU, Martí alegó su condición de ciudadano norteamericano y su responsabilidad editorial para desistir de ese honor, la cordial correspondencia entre ambos se cortó por el brusco fallecimiento de nuestro autor, en 1972, en Nueva York, en cuya catedral de San Patricio se le ha celebrado un homenaje, al menos durante más de tres décadas.

En España, comenzamos en Barcelona y Valencia, en 2004, y esperemos que tras esta conferencia reciba el homenaje de nuestra ciudad como el editor médico español más importante de todos los tiempos y uno de los cartageneros más relevantes.

José Vicente Martí  Boscá

Doctor en Medicina y Cirugía, máster en Salud Comunitaria, especialista en Higiene Industrial. Trabaja en la Dirección General de Salud Pública, de la Generalitat Valenciana, desde 1985, siempre en el ámbito de la protección de la salud, siendo actualmente el coordinador de Sanidad Ambiental.


Profesor asociado de Salud Pública en la Universitat de València, desde 2006, participa en programas de formación de postgrado de varias universidades y centros docentes.

Presidente de la Sociedad Española de Sanidad Ambiental, SESA (2001-2010). Fundador y primer director de Revista de Salud Ambiental (2000-2012). Se le concedió la Insignia de Plata de la Sanidad Ambiental española (Bilbao, 2011).

Ha publicado más de 110 trabajos, entre ellos 7 libros, dos sobre Félix Martí Ibáñez, ambos con el doctor Antonio Rey:
·         Antología de textos de Félix Martí Ibáñez, 2004: Biblioteca Valenciana. 269 pp.
·         Actas del I Simposium Internacional Félix Martí Ibáñez: Medicina, Historia e ideología, 2004: Biblioteca Valenciana, 274 pp.




                                   


miércoles, 25 de octubre de 2017

Los últimos españoles de Mauthausen y Deportado 4443

Carlos, Ioannes, Víctor y Pepa.
El pasado 23 de octubre en la biblioteca del Centro Cultural Ramón Alonso Luzzy la Asociación Memoria Histórica de Cartagena junto con la concejalía de cultura del Ayuntamiento de Cartagena organizamos un acto de presentación del comic “Deportado 4443”. El acto tuvo como ponentes a los autores del libro, Carlos Hernández e Ioannes Ensi (Juan Espadas), junto con el joven historiador murciano Víctor Peñalver, presentados los tres por la presidenta de la Asociación, Pepa Martínez.
Con la directiva de la Asociación.
Muy aceptable presencia de público.
Después de la presentación de los ponentes por Pepa, a los que agradeció su presencia (así como al concejal de cultura David y, de manera especial a Alina Ortiz, familiar de dos de los deportados, que vino de Águilas para el acto), tomó la palabra Víctor Peñalver para señalar la importancia de conocer la Memoria tanto tiempo sustraída (todavía lo está) a los que vivieron la guerra civil y  la posguerra, y a las generaciones posteriores a ellas. Expuso que su iniciación en el estudio memorialista tuvo lugar con el “centro de trabajo para presos políticos” del pantano del Cenajo.  Lo que más le llamó la atención de este sitio es que sólo se conociera como un lugar de recreo, en el que cómo única manifestación de su creación fuera una placa de inauguración por el sanguinario  generalísimo Franco y que nada mencionara del trabajo realizado por los republicanos represaliados por el mismo dictador. A este historiador le tenemos que agradecer, no sólo su presencia en el acto sino también, el habernos puesto en contacto con los autores del libro motivo de este acto. Gracias a su apoyo, entre otras más personas, como es lógico, también se han podido reconocer (o están aprobados en los plenos de los distintos ayuntamientos hacerlo) a los deportados nativos de las localidades siguientes: Molina del Segura, Calasparra, Cehegín, Moratalla, Bullas, Caravaca, Jumilla, Águilas, Mula, Murcia y Cartagena (si bien, con anterioridad ya se había hecho en Yecla, La Unión y Mazarrón).
Con la presencia del concejal de cultura.
Antes de la exposición del libro, el guionista Carlos Hernández, explicó cómo surgió la idea de dar a conocer a través de las redes sociales,  Twitter entre ellas, la experiencia de uno de los deportados (el 4443, qué resultó ser su tío, Antonio Hernández Marín y natural de Molina del Segura). Después presentó y agradeció al ilustrador Ioannes su trabajo y el haber ofrecido una idea genial en la divulgación de este acontecimiento de la historia de casi 10.000 españoles deportados a los campos de concentración nazis, que han estado (y todavía están) en el más absoluto anonimato y en el más escandaloso de los olvidos. Y de eso  trata este trabajo, de llegar al mayor número posible de gente y, sobre todo, para que no se olvide, con la intención última de subsanar  esa deficiencia cultural,  como es el desconocimiento de nuestra historia más reciente. Ioannes expuso la gran cantidad de tiempo que tuvo que dedicar a la observación de una ingente cantidad de testimonios y de fotografías para realizar las ilustraciones que más fehacientemente reflejaran la realidad de lo que se quería exponer. Juan nos mostró su gran sensibilidad cuando expresó que había hasta llorado al realizar su trabajo, y su gran humildad cuando quiso trasladar, casi en exclusividad, al guionista el mérito del libro (humildad que fue resaltada por este último). Carlos también resaltó las lagunas gráficas de los campos de concentración nazis, lagunas que en parte quedan tapadas con el esfuerzo de Ioannes.
Seguidamente Carlos pasó a exponer, a través de un cañón de proyección, el contenido del trabajo: explicando en primer lugar la procedencia de estos deportados (aunque todos procedentes del exilio español en Francia, hubo tres líneas de reclutamiento hacia
70 cartageneros deportados,
40 no regresaron.
  esos campos: alistamiento en la Legión Extranjera Francesa,  los guerrilleros que lucharon en la Resistencia francesa y  la columna de civiles del denominado “convoy Angulema” procedentes de los campos de refugiados del sur de Francia), pero lo más importante de su exposición fue la demostración de la responsabilidad del fascismo español en  estas deportaciones, y más concretamente en las del mismo Franco y del “cuñadísimo” Serrano Suñer.

Alina.
Carlos resaltó también la presencia de Alina, por lo duro que tiene que resultar imaginar como su padre y su tío, Gonzalo y  Antonio Ortiz Crespo, respectivamente, se quitaron la vida lanzándose contra las alambradas electrificadas que rodeaban el campo de concentración de Mauthausen (el llamado campo de los españoles).

Nos transmitieron también la necesidad de conocer esta historia, que para otros lugares, para Francia, para Bélgica, Inglaterra e incluso para Alemania es normal recordarlo, es normal homenajear a sus héroes (y nuestros deportados son héroes porque lucharon por nuestras libertades) y, precisamente por eso, ese gran trauma lo han superado. Para los pocos supervivientes que quedan de estos deportados españoles, ya lo de menos  es su reconocimiento  (que evidentemente se merecen),  lo que más interés tiene para ellos es  el conocimiento de estos hechos, el que no se olviden. Simplemente por ellos, ya merece la pena no olvidar, se lo debemos. Es incomprensible e intolerable el que, con mayorías absolutas que ha tenido el PSOE,  no se haya hecho aún, cuando deberían estar, hace ya mucho tiempo,   en los libros de texto, desde que el golpe de estado dejó de ser un peligro.







martes, 17 de octubre de 2017

Presentación del libro "Deportado 4443" de Carlos Hernández e ilustrado por Ioannes Ensis.

Más de cinco mil quinientos españoles, de los nueve mil trescientos cautivos en campos de concentración nazis, solo pudieron abandonar los campos de la muerte de Hitler a través de las chimeneas de los siniestros crematorios convertidos en humo y cenizas. La historia de todos ellos fue enterrada por el franquismo y olvidada, después, por nuestra democracia. Para recuperar la memoria de estos hombres y mujeres, Carlos Hernández de Miguel, entre enero y mayo de 2015, resucitó en Twitter al deportado 4443, un portavoz de todos los compañeros del campo de concentración que describió, tuit a tuit, lo que iba ocurriendo en el campo de Mauthausen. Poco después de  terminar de narrar su historia,   Ioannes Ensis se puso en contacto con Carlos para proponerle ilustrar los tuits que fue leyendo durante ese tiempo, para contribuir en que esas escalofriantes historias no cayeran en el olvido. Todo ello concluyó en este riguroso trabajo, sin margen para la invención, basado en el testimonio de los pocos supervivientes, en pruebas documentales, y asesorados  por un grupo de  historiadores y dibujantes expertos.

La presentación correrá a cargo del investigador Víctor PeñalverPepa Martínez (presidenta de la MHC) y los autores Carlos Hernández de Miguel e Ioannes Ensis. Será el martes, 24 de octubre, a las 20 horas, en la Biblioteca del Centro Cultural Ramón Alonso Luzzy.

viernes, 13 de octubre de 2017

Presentación del libro "Blanca de Guerra" de Juan Eladio Palmis.


Podían hacer lo que les viniera en gana con las mujeres blancas rojas republicanas. Y ése fue uno más de los motivos por el que más de cien mil moros marroquíes, por lo general  gente del Norte de Marruecos, rifeños, muy bien pagados, olvidando los recientes tiempos en que sus cabilas fueron gaseadas, se alistaron bajo las órdenes de los mismos militares españoles a los que no les temblaron las manos a la hora de firmar las órdenes de gasear a las poblaciones civiles indefensas. La rebelión clérico-mílico-patronal que asoló España, no fue una rebelión  espontánea de corte romántico para derribar una forma de gobierno, fue algo muy premeditado y planificado que se puso en marcha cuando sobró dinero para el pago de mercenarios y la compra de armas en pos de algo que llamaron cruzada, cuando las fuerzas de infantería más dramáticamente efectivas fueron gentes alejadas del acaparador de riquezas altar cristiano. Ésta es la realidad a la que nos acerca BLANCA DE GUERRA, novela histórica de JUAN ELADIO PALMIS.


Este autor, marino en su juventud, que dispone de un amplio abanico de obras que van desde más de cien mil poemas, varias novelas basadas en hechos históricos, ensayos sobre diferentes puntos de vista de la Historia escrita, y miles de artículos de opinión en diversos medios de prensa, estará a nuestro lado el viernes, 20 de octubre para presentarnos en su trabajo número setenta y tres.
"BLANCA DE GUERRA" es la cuarta obra de la colección editada por la ASOCIACIÓN MEMORIA HISTÓRICA DE CARTAGENA. 





Junto al autor, se encontrará en la mesa Guillermo Vignote Mingorance, miembro de la junta directiva de la asociación. 


Colabora la Universidad Politécnica de Cartagena.



Os esperamos el próximo 20 de octubre de 2017, viernes, a las 19,30 horas, en el salón de actos de la Residencia Universitaria Alberto Colao.

A continuación reproducimos aquí una crónica del propio autor del libro sobre el acto de presentación de su obra y  lo que le motivó hacerla.


FRANCO PAGÓ A SUS MERCENARIOS CON ESPAÑOLAS REPUBLICANAS

Hace unos años pude testimoniar a algunos de aquellos soldados moros, que a cambio de un jornal, además de especies y legumbres, y la posibilidad de hacer lo que les viniera en gana con las mujeres españolas que se encontraran a su paso, motivó que muchos de ellos se alistaran como mercenarios. Les dio exactamente igual que fueran solteras o casadas, vírgenes niñas; los franquistas ofrecieron a las mujeres españolas, republicanas o no, a las tropas mercenarias moras, con la sola condición de que las mujeres elegidas fueran gentes humildes

Les dio exactamente igual que fueran solteras o casadas, vírgenes niñas o maduritas; un grupo compacto de españoles que presumen por más de medio siglo de ser los dueños de su patria amada, todos de la misma tipología de los que se visten con la bandera de España, de su España, y no se les ha visto soplando por Galicia apagando ni una ascua de fuego, y sí, bocadillo, autobús, hotel, y lo que haga falta; albañiles patrios, remendando España para que no se rompa, le ofrecieron sus antepasados las mujeres españolas, republicanas o no, a las tropas mercenarias moras, con la sola condición de que las mujeres elegidas fueran gentes humildes, en aquella famosa “cruzada” que la derechona clerical española, en un monopolio informativo vergonzante y vergonzoso, viene publicitando como le ha dado la gana más de ochenta años.
No fue cómplice, ni mucho menos, el silencio de los españoles que sobrevivieron a la sublevación armada que principió el clero español vaticano porque perdía sus subvenciones y propiedades “heredadas” de sus abuelos, y encontró unos militares, en su mayoría africanistas, expertos en la guerra con Marruecos, adecuados para sus fines cuando hubo dinero de sobra procedente del fascismo mundial que lo obtuvo con facilidad con el tabaco de contrabando y la venta de armas, y contrataron mercenarios por miles, que subieron para la Península. Y, repitiendo luchas religiosas de antaño, antes se cansó el acero de herir, que el brazo de degollar.
Se guardó silencio en España por miedo, por represalias de todo tipo, condición y bajezas. Y porque incluso hoy en día, con muchos años por detrás, una prensa fascista, subvencionada, unos ayuntamientos sin ley ni legalidad, siguen arrimándoles fondos públicos a la iglesia trinitaria vaticana, a una secta religiosa que en España no goza del reconocimiento de la Constitución, pero eso no es óbice para que a la vista de todo un entramado de unos herederos del franquismo, que empieza en el Pepé y abarca al Pesoe, lo permiten tranquilamente, con una impunidad de destemplanza social.
Ayer tarde, en una ciudad como lo es (o lo fue) Cartagena, editado por la Asociación para La Memoria Histórica, un libro de mi autoría, cedido a ellos al objeto de intentar lograr fondos de subsistencia, por efecto de una reacción ante una acción que supera con creces el medio siglo de tiempo, mucha gente, para lo que es una ciudad totalmente hipotecada por unos medios de comunicación, prensa, radio y tv. al servicio descarado de la derecha y la derechona más casposa y retrógrada, acudió gente sin miedo a escuchar cosas, para algunos novedosas respecto a lo que por tantos años nos hemos tenido que tragar solo bajo el punto de vista clerical y del casino.
La Revolución que se inició en el norte de África, en Marruecos, contra el colonialismo esclavizador y humillador, y que España, auxiliada por la derechona europea y mundial, lo sesgó utilizando por primera vez en la historia de la humanidad gas letal contra las poblaciones de civiles indefensos. La revolución social que estaba gestando en España la república, dándole valor al trabajo jornalero y estableciendo el principio del que quiera cura que se lo pague, a todo aquello se le aplicó la misma medicina, aunque sin gas en el caso del territorio español, pero con los mismos matices de no dejar vivo a nadie, y los que quedaran vivos, que se quedaran mudos llenos de miedo.
Durante muchos años se ha publicitado en España aquello de que los dos bandos, los legales y los rebeldes, fueron despiadados; y claro, después de tantos años de publicitarlo y ocultar la atrocidades de un franquismo vaticanista, que después del alto el fuego no fusiló a más porque no quedaban cunetas suficientes en España, haciéndolo de un modo totalmente gratuito y solo por implantar el miedo que aún se deja ver en nuestra actualidad junto a frases hechas que repiten la crónica mentirosa, parcial de unos años en los que la verdad siempre la han tapado y la siguen tapando para que la gente lo ignoremos.
Hace unos años pude testimoniar a algunos de aquellos soldados moros, por lo general rifeños, que a cambio de un jornal, además de especies y legumbres, y la posibilidad de hacer lo que les viniera en gana con las mujeres españolas que se encontraran a su paso, motivó que muchos de ellos se alistaran como mercenarios, recordando, algunos pocos de ellos, a los suyos que fueron masacrados por las tropas españolas en su intento de fraguar su independencia colonial.
En cualquier país, incluso en algunos lugares de España, la presentación de un libro, siempre es un acto cultural al que suele acudir gente, especialmente los que cobran para ello, y los medios locales de información, cuando reciben subvenciones para fomentar la cultura. Pero, en Cartagena tan solo acuden los medios de comunicación y las llamadas autoridades vestidas de domingo, a aquellos actos locales donde se haga una reiteración de las excelencias de estar gobernados desde posiciones políticas y económicas que las marca la sacristía con sus distintas sectas, y el casino a rebosar de señoritos del pío pío.
Y cada vez con más olor al franquismo profundo que padecemos, que con rabia se opone a que se refiera la verdad y que cada cual obre, posteriormente, en consecuencia.