El fundador fue un reconocido miembro del partido nazi que usó a esclavos judíos en sus fábricas
Además de crear una popular marca de ropa, el fundador de esta firma
fue un reconocido miembro del partido nazi que usó a esclavos judíos en
sus fábricas
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Hugo Boss |
ABC.es, 11/10/2012
La conocida firma de ropa «Hugo Boss» es sinónimo de calidad,
elegancia y, sobretodo, alta costura. Sin embargo, su fundador, Hugo
Ferdinand Boss, era conocido en la Segunda Guerra Mundial por algo bien
distinto: fabricar los trajes para las tropas nazis dirigidas por Hitler
y usar a prisioneros judíos como mano de obra. Y es que, este costurero
alemán fue durante años el sastre del Tercer Reich
La historia de Hugo Boss comienza en 1923, año en que el modista
fundó un pequeño taller de sastrería en Metzingen, un pueblo al sur de
Stuttgart. Allí, como afirma el historiador y periodista Jesús Hernández
en su libro «100 Historias secretas de la Segunda Guerra Mundial» (el
cual presenta en su blog), «el sastre se dio cuenta de que el negocio
era vestir a las tropas hitlerianas».
Boss, un nazi convencido
Corría el año 1931 y Alemania vivía asolada por las duras condiciones
que le habían impuesto los aliados por ser la nación que, de forma
«oficial», había iniciado la Primera Guerra Mundial. Concretamente, este
país se veía ahora en la ruina ya que estaba obligado a pagar grandes
impuestos al bando vencedor (denominados como «reparaciones de guerra»).
Esto, unido a la gran crisis económica de 1929, había dejado a Alemania
en el ostracismo.
En esa época, un joven Adolf Hitler había tomado ya las riendas del
Partido Nazi y su discurso comenzaba a convencer a muchos alemanes. Y,
al parecer, uno a los que persuadió fue Hugo Boss. «En abril de 1931,
cuando aún Hitler no había llegado al poder, Boss, que entonces tenía 46
años, decidió alistarse en el Partido Nazi. Su número de afiliado sería
el 508.889» afirma Hernández.
En 1933, dos años después de comenzar su aventura textil, y tras
pasar multitud de calamidades económicas, Hugo Boss ya había decidido
que su futuro sería proporcionar la indumentaria a las «Waffen SS» (un
cuerpo de elite creado por Hitler para su protección, entre otras
funciones), las SA (una organización paramilitar del partido
nacionalsocialista), y las Juventudes Hitlerianas, según explica el
historiador.
Hugo Boss se afilió al Partido Nazi en 1931
Ese mismo año, las ventas comenzaron a incrementarse, y, en términos del
historiador, Hugo Boss incluyó un anuncio en un diario local afirmando
lo siguiente: «Uniformes de las SS, las SA y las HJ. Ropa de trabajo, de
deporte y de lluvia. La hacemos nosotros mismos, con calidad buena y
reconocida y a buenos precios. Boss. Ropa mecánica y de trabajo, en
Metzingen. Firma homologada por las SA y las SS. Uniformes con la
licencia del Reich». Su futuro acababa de quedar sellado.
Desde ese momento los pedidos del ínfimo taller se multiplicaron. «Años
más tarde, en 1935, Boss decidió abandonar la fabricación de ropa civil y
dedicarse exclusivamente a la confección de uniformes. Seguramente, a
Boss no le pasó desapercibido el dato de que entre miembros de las SS,
SA y Juventudes Hitlerianas sumaban un total de tres millones y medio de
uniformes, y que alguien debía de fabricarlos» sentencia Hernández.
Hugo Boss acertó de lleno, como explica el historiador: «La
diversidad del vestuario del Tercer Reich debía ser atendida. Por
ejemplo, el vestuario tipo del militar alemán podía tener hasta ocho
uniformes distintos: el de campaña, el de servicio o diario, el de
guardia, el de parada, el de presentación, el de paseo, el de trabajo,
el deportivo y el de sociedad, este último solo para los oficiales».
El negocio progresa
Los pedidos llegaron a cientos hasta Metzingen, lo que provocó que Boss
se planteara comprar en 1939 una fábrica de telas para ahorrar costes en
el proceso de creación de las prendas. El mercado era sin duda
favorable para la marca.
Ese año sucedió además un hecho que convertiría a Hugo Boss en una de
las marcas con más beneficios en Alemania: la invasión de Polonia por
parte de las tropas nazis el 1 de septiembre de 1939. La maquinaria
militar de Hitler se puso en marcha y alguien tenía que proporcionar la
vestimenta a todos aquellos soldados que recorrerían medio mundo. El
elegido, como no podía ser de otra forma, fue aquel sastre que trabajaba
en Metzingen.
La guerra amplió el mercado del sastre
Además, y según explica Hernández, la guerra amplió el mercado del
modista, que ahora recibía multitud de nuevos pedidos, algunos incluso
de la Wehrmacht (el grueso de las fuerzas de tierra, mar y aire del
ejército alemán). «En el taller de Metzingen llegaron también pedidos de
la Sección de Vestuario (Bekleidung) y del Estado Mayor (Stab),
perteneciente a la Oficina de Asuntos Generales del Ejército
(Allgemeines Heeresamt)» determina.
Boss era en ese momento un empresario acaudalado cuyo producto era
conocido en toda Alemania. «El pequeño taller de Metzingen se convertía
así en la segunda compañía textil más importante de Alemania durante la
Segunda Guerra Mundial» sentencia el historiador.
La guerra y la escasez de materiales
Aunque la guerra significó el aumento de los pedidos para Boss, le
provocó también una serie de problemas. El primero de ellos tuvo que ver
con la disminución de la entrada de productos a través del comercio, lo
que provocó la escasez de materias primas para confeccionar los trajes.
A esta dificultad se unió además el recorte en el presupuesto destinado
a los uniformes que hizo el Gobierno Alemán, ya que necesitaba el
dinero para la investigación armamentística.
Boss utilizó esclavos procedentes de campos de concentración
Sin embargo, Boss ideó una solución sencilla. «Si en los años treinta
los uniformes de las SS, la SA, las HJ y la Wehrmacht estaban fabricados
con una mezcla de fibras y lana, durante la guerra la lana reciclada
pasaría a ser el elemento básico de los uniformes» afirma Hernández.
A su vez, los alemanes discurrieron otras formas de conseguir materias
primas, requisárselas a sus enemigos. «Las necesidades de vestuario del
Ejército alemán nunca se pudieron cubrir completamente debido a la
escasez de materias primas. Por tanto, las tropas germanas se vieron
forzadas a requisar toneladas de ropa en los países ocupados» destaca el
historiador.
Otro problema que se le planteó a Boss fue la falta de trabajadores.
Sin embargo, en su ayuda acudieron de nuevo las tropas de Hitler: «Hugo
Boss no dudó en utilizar mano de obra de trabajadores esclavos
procedentes de los países ocupados, sobre todo mujeres polacas. Entre
1940 y 1941, trabajaron treinta prisioneros franceses. Además las SS
facilitaron a Boss la incorporación de una veintena de trabajadores
polacos procedentes de campos de concentración», informa Hernández.
La empresa tras la contienda
Después de la guerra, aproximadamente en 1945, las cosas cambiarían
radicalmente para Hugo Boss, que pasó de ser un empresario reconocido a
ser acusado por el nuevo Gobierno de colaboracionista con el nazismo.
«Hugo Boss fue declarado por las autoridades aliadas ‘beneficiario’ del
régimen nazi y su empresa fue calificada de ‘importante’ en el entramado
económico del régimen de Hitler, dos condiciones que comportaron que
Boss perdiera el derecho al voto y una multa de 80.000 marcos» destaca
en su libro el periodista.
En 1953, la empresa se pasó a la ropa juvenil
A pesar de la gran cantidad de la multa, en un principio el dinero no
era un problema para el sastre. «Este importe lo pagó con el dinero
obtenido gracias a la venta de grandes cantidades de seda de la que
utilizaba para confeccionar paracaídas que Boss había comprado en el
mercado negro durante la contienda» explica Hernández.
Después de ser multado, Hugo Boss decidió cambiar los trajes militares
que confeccionaba por uniformes de trabajo. «A la vez, presentó un
recurso ante los tribunales de justicia para limpiar su nombre. Sin
embargo, Hugo Boss nunca obtuvo el perdón del Gobierno de la nueva
República Federal de Alemania. Murió en 1948» sentencia el experto.
De uniformes nazis a ropa juvenil
Tras la reconversión de la empresa, los descendientes de Hugo, Siegfried
Boss y Eugen Holly, decidieron cambiar radicalmente el negocio y buscar
una nueva dimensión para sus futuras colecciones de ropa. «Orientaron
el negocio hacia ‘los triunfadores y los jóvenes hombres de negocios’,
según reza la publicidad de la marca del año 1953» determina el
historiador.
Finalmente, 20 años después la empresa creció sustancialmente y, en
la actualidad, se ha convertido en una marca que es sinónimo de
elegancia y es usada por todo tipo de personajes famosos. «Hugo Boss se
lanzó a patrocinar acontecimientos deportivos y culturales de todo tipo,
consiguiendo transmitir una dinámica imagen de modernidad. En 1985
cotizó en Bolsa, hasta que en 1991, el imperio italiano de la moda
Marzotto adquirió el 50,4% de las acciones» finaliza Hernández.
3 preguntas a Jesús Hernández
M.P.VILLATOROMADRID
1-¿Cómo un sastre que vende su producto a los nazis puede saltar a la fama mundial?
Fue debido a una concatenación de circunstancias. Sus herederos
siguieron fabricando uniformes, pero destinados a carteros y policías,
por lo que no se plantearon cambiar el nombre de la empresa. Cuando
comenzaron a confeccionar trajes, y por tanto, llegar al gran público,
siguieron manteniendo el nombre de Hugo Boss, seguramente porque no
pensaron que llegarían a tener tanto éxito. Cuando la empresa alcanzó
renombre mundial, ya era tarde para cortar amarras con el nombre y la
carga histórica que llevaba, y quizás confiaban en que no llegase a
descubrirse.
2-¿Cómo ha podido esta marca desvincularse tanto de su pasado?
Sería un caso similar a otras marcas que nacieron muy ligadas al Tercer
Reich pero que supieron crearse una nueva imagen desvinculada de ese
pasado, como Volkswagen. Cuando la marca Hugo Boss saltó a la fama, la
empresa logró mantenerla al margen de su negra historia, pero la
aparición en 1997 de unas cuentas en Suiza ligadas a ese pasado dio a
conocer la colaboración de su fundador con el Tercer Reich y la
utilización de trabajo esclavo. Los pagos que la empresa realizó
entonces a los colectivos de trabajadores supervivientes lograron que la
imagen de la marca no se viera resentida por la polémica. Aún así, en
2011, tras la aparición de un libro que detallaba ese pasado, la empresa
publicó una nota pidiendo perdón.
3-¿Cuándo dejó Hugo Boss de fabricar ropa para los nazis?
Hugo Boss confeccionó ropa para los nazis desde 1928, cinco antes de que
llegasen al poder, hasta el final de la guerra. A diferencia de otros
industriales alemanes, que apoyaban a Hitler por las oportunidades de
negocio que les podía reportar, Boss era un nacionalsocialista
convencido, como lo demuestra el que se afiliase al partido nazi en
1931, y se mantuvo fiel al Tercer Reich y a Hitler hasta el último día.
http://www.abc.es/20121005/archivo/abci-hugo-boss-sastre-confeccionaba-201210041610.html