Autor: PEDRO Mª EGEA BRUNO
Publicación: Anales de Historia Contemporánea, 14 (1998)
Inscrita en el debate laicismo-anticlericalismo, la sustitución de la enseñanza religiosa -consecuencia de la Ley de 17 de mayo de 1932- conoció los avatares propios de la dinámica política del período republicano. Tras su planteamiento y primeros estudios durante el bienio social-azañista, el triunfo electoral de la opción conservadora demoró su puesta en práctica. Retomada durante la etapa del Frente Popular -Orden ministerial de 28 de febrero de 1936- pudo llevarse a término, aunque envuelta en las dificultades dimanadas de la Guerra Civil.
domingo, 23 de mayo de 2010
domingo, 16 de mayo de 2010
FESTIVIDAD RELIGIOSA Y FESTIVIDAD LAICA DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA (CARTAGENA, 1932)
Autor: PEDRO Mª EGEA BRUNO
Publicación: Estudios Románicos, Volumen 16-17, 2007-2008, pp. 111-126
La cuestión religiosa ocupa un lugar central en la confrontación política de la II República. En este contexto, la celebración de la Semana Santa fue un escenario más de la tensión vivida. La festividad pareció ofrecer un momento de integración social, aunque en realidad fue un espejismo. La conmemoración dividió a la sociedad, y fue preciso difuminar su contenido con actos civiles. Aún así, no se pudieron ocultar los diferentes intereses en juego, anticipo —con otras armas— del dramático enfrentamiento de julio de 1936. La ciudad de Cartagena privilegia la conflictividad anotada a tenor de los protagonistas en presencia:
desde una clase media culta y liberal a una jerarquía militar posicionada frente al régimen
republicano y un extendido proletariado aguijoneado por la grave crisis económica de los años 30
Publicación: Estudios Románicos, Volumen 16-17, 2007-2008, pp. 111-126
La cuestión religiosa ocupa un lugar central en la confrontación política de la II República. En este contexto, la celebración de la Semana Santa fue un escenario más de la tensión vivida. La festividad pareció ofrecer un momento de integración social, aunque en realidad fue un espejismo. La conmemoración dividió a la sociedad, y fue preciso difuminar su contenido con actos civiles. Aún así, no se pudieron ocultar los diferentes intereses en juego, anticipo —con otras armas— del dramático enfrentamiento de julio de 1936. La ciudad de Cartagena privilegia la conflictividad anotada a tenor de los protagonistas en presencia:
desde una clase media culta y liberal a una jerarquía militar posicionada frente al régimen
republicano y un extendido proletariado aguijoneado por la grave crisis económica de los años 30
domingo, 9 de mayo de 2010
El semanario cartagenero “La Armada” Evolución del concepto “disciplina” en la Marina republicana (1936-1939)
Autor: AURELIANO GÓMEZ VIZCAÍNO
Publicación: Anales de Historia Contemporánea, 12 (1996)
Esta comunicación trata de analizar cual fue el estado de la disciplina en la Marina republicana durante la Guerra Civil, así como la necesidad de esta virtud militar y los intentos del Comisariado Político para restablecerla.
Publicación: Anales de Historia Contemporánea, 12 (1996)
Esta comunicación trata de analizar cual fue el estado de la disciplina en la Marina republicana durante la Guerra Civil, así como la necesidad de esta virtud militar y los intentos del Comisariado Político para restablecerla.
sábado, 8 de mayo de 2010
Cartagena Nueva o la Falange que no pudo ser
Autor: PEDRO MARÍA EGEA BRUNO
Publicación: Anales de Historia Contemporánea, 12 (1996)
Cartagena Nueva constituyó una de los pocos ejemplos de falangismo de posguerra, al situarse
al margen de las directrices emanadas tras la Unificación. La experiencia se pudo mantener hasta octubre
de 1939 al coincidir con las maniobras equilihradoras de Serrano Siíñer sobre las zonas radicalizadas del
primitivo falangismo. Pero todo era cuestión de tiempo. El día 2 un oficio de ¡a Dirección General de Prensa
y Propaganda clausuraba el periódico.
Publicación: Anales de Historia Contemporánea, 12 (1996)
Cartagena Nueva constituyó una de los pocos ejemplos de falangismo de posguerra, al situarse
al margen de las directrices emanadas tras la Unificación. La experiencia se pudo mantener hasta octubre
de 1939 al coincidir con las maniobras equilihradoras de Serrano Siíñer sobre las zonas radicalizadas del
primitivo falangismo. Pero todo era cuestión de tiempo. El día 2 un oficio de ¡a Dirección General de Prensa
y Propaganda clausuraba el periódico.
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