“Siempre que íbamos camino de Las Palmas mi madre se acercaba al pozo de Arucas y volvía llorando”
Memoria Pública, 12 junio 2012
“Siempre que íbamos camino de Las Palmas mi madre se acercaba al pozo
de Arucas y volvía llorando. Tenía cuatro o cinco años y yo no entendía
por qué iba con flores allí, las dejaba y nunca volvía con ellas. Hasta
que hice la comunión no entendí que habían tirado allí a mi padre”,
explica Pino Sosa, de 73 años.
José Sosa fue una de las 24 víctimas del pozo de Arucas.Fue fusilado el 25 de enero de
1937. “Figuraba como tesorero de la agrupación Largo Caballero. No pertenecía a ningún
partido pero participaba en las reuniones sociales de aquellos
tiempos”, dice la hija que nunca conoció José, al que llamaban El
Latonero.
La madre de Pino estaba embarazada cuando se quedó viuda con cuatro
hijos. En la foto que conserva Pino de la familia,se aprecia el embarazo
de su madre.
“Una de las monjas de mi colegio me dijo cuando iba a hacer la
comunión que yo era de las comunistas de las Cabreras y ahí vi la luz.
Empecé a hacer preguntas y entendí lo que pasaba en el pozo”, recuerda
Pino de su infancia.
Después, en las elecciones municipales de 1980, salió como edil del PSOE en Arucas.
“Lo primero que pedí fue abrir el pozo y me acuerdo que mis
compañeros me decían: ‘Mira Pino que tienes cojones”.El juez de Arucas
le impidió abrirlo por vía judicial pero la exhumación siguió su curso
administrativo y los restos están siendo analizados.
El juez de Arucas (Las Palmas) archivó el caso el 13 de octubre de 2009
http://blogs.publico.es/memoria-publica/2012/06/12/%C2%ABmi-madre-dejaba-flores-y-yo-no-sabia-a-quien%C2%BB/
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