viernes, 8 de junio de 2012

Sobre las mujeres españolas deportadas a campos de concentración nazis




8 junio 2012
Web sobre las mujeres españolas deportadas


CENSO DE MUJERES DEPORTADAS A CAMPO DE CONCENTRACIÓN NAZI.
1. EL CAMINO DE MUCHAS MUEJERES ESPAÑOLAS HACIA LA DEPORTACIÓN
Finalizada la guerra civil española, la gran diáspora de republicanos fue a parar, en su inmensa mayoría, a los campos de concentración del Sur de Francia, ante el recibimiento hostil de las autoridades y de una parte del pueblo francés.
En España, la Ley de Responsabilidades Políticas de 9 de febrero de 1939, fue la herramienta jurídica utilizada para la dura represión iniciada al final de la guerra y perpetuada durante treinta años hasta la promulgación de las leyes de amnistía de 1969. Aún así, las inhabilitaciones y prohibiciones que imponía esta ley se mantuvieron vigentes contra todos los líderes del exilio republicano hasta la muerte de Franco (1975).
Esta ley fue el principal motivo por el que muchos exiliados no regresaron a España pues en su artículo 2º indicaba como comprendidos en esta sanción los siguientes partidos y agrupaciones: Acción Republicana, Izquierda Republicana, Unión Republicana, Partido Federal, Confederación Nacional del Trabajo, Unión General de Trabajadores, Partido Socialista Obrero, Partido Comunista, Partido Sindicalista, Sindicalista de Pestaña, Federación Anarquista Ibérica, Partido Nacionalista Vasco, Acción Nacionalista Vasca, Solidaridad de Obreros Vascos, Esquerra Catalana, Partido Galleguista, Partido Obrero de Unificación Marxista, Ateneo Libertario, Socorro Rojo Internacional, Partido Socialista Unificado de Cataluña, Unión de Rabassaíres, Acción Catalana Republicana, Partido Catalanista Republicano, Unión Democrática de Cataluña, Estat Catalá, todas las Logias masónicas y cualesquiera otras entidades, agrupaciones o partidos filiales o de análoga significación a los expresados, previa declaración oficial de hallarse, como los anteriormente relacionados, fuera de ley. Es decir, prácticamente todo aquel que no comulgara con las ideas del nacionalcatolicismo del franquismo.
Representantes del gobierno franquista con la Ley de Responsabilidades Políticas ya promulgada, recorrieron los campos de concentración en Francia (Francia sólo tardo quince días, después del cierre de las fronteras por las tropas franquistas en reconocer el gobierno de Burgos) invitando a los soldados republicanos a volver y prometiendo que ninguno sería perseguido por sus opiniones o por haber pertenecido a alguna organización política. La gran mayoría se negaron aunque, según el historiador Gabriel Jackson, regresaron unas setenta mil personas que, como es sabido, no gozaron de lo prometido.
Los más afortunados pudieron huir a América del Sur, especialmente a México. Otros permanecieron en el Norte de África, o fueron a luchar a la Unión Soviética contra los nazis y otros permanecieron en Francia y vivieron de cerca la ocupación nazi.
Las mujeres españolas que permanecieron en Francia continuaron su lucha contra el fascismo, lo que hizo que conocieran la las zonas más oscuras y terribles del nazifascismo alemán como el campo de concentración de Ravensbrück, por donde pasaron, sufrieron i/o murieron las deportadas que figuran en este censo.
A los campos de la muerte la mayoría de las mujeres llegaron por haber participado en la resistencia, mientras que los hombres podían llegar de diversas maneras. Pucheu ministro del interior de Petain en octubre de 1941 había creado tres nuevas policías: una se encargaba de los judíos, otra la SPEAC anticomunista y la que perseguía a las sociedades secretas como los masones. La mayoría de deportadas españolas fueron a caer en manos de la SPEAC que no era más benévola que la GESTAPO a quien posteriormente fueron entregadas.
A finales de 1938, un Kommando de quinientos deportados en Sachenhausen fue enviado a los alrededores de la pequeña ciudad de Fürstemberg, en Mecklenburg. El convoy se detiene en la orilla de un lago, los alrededores eran unas de tierra casi blanca y tupidos bosques. El viento era borrascoso en este lugar, tan desolado que lo llamaban la “pequeña Siberia Mecklemburgesa”. Los hombres de este Kommando no sabían que iban a construir el campo de mujeres más grande de todo el universo concentracionario nazi.
Ravensbrück llegó a tener cerca de 60.000 mil mujeres en el año 1944. La puerta del campo se abría directamente sobre la plaza de del campo seguida de una avenida donde se hacían las llamadas (apell). Tenía todos los elementos del mundo concentracionario: un gran edificio para las duchas y cocina, despachos del jefe de Seguridad del campo y los vigilantes, los calabozos y bien visible la chimenea del horno crematorio. Todo ello rodeado por un muro. En 1945 se construyeron las cámaras de gas cerca de un pasillo estrecho que tenia las paredes salpicadas de sangre y con agujeros de las balas. Ravensbrück no difería de los otros campos de exterminio. Alrededor del campo se situaron las confortables casas de los SS con sus jardines, los entornos del lago…
Poco a poco el campo se fue extendiendo, se añadieron más barracas, más edificios administrativos y especialmente los talleres de trabajo: principalmente Industriehof y Siemens.
Las primeras que llegaron fueron las alemanas, algunas eran presas comunes pero la mayoría eran antifascistas o pertenecientes a la secta de los Testigos de Jehová. Casi todas las españolas entraron en el año 1944. Ángeles Martínez fue la primera española de la que tenemos constancia, según los datos recopilados para la realización de este censo, en entrar en Ravensbrück. Fue en el año 1942 (quizás por ser hija de españoles nacida en Francia). Aún así, logro sobrevivir al campo.
Como dice Montserrat Roig en su libro “Els catalans als camps nazis”, conviene hacer un poco de memoria, reflexionar sobre estas cifras. No fue un pueblo el que asesinó a otros pueblos. Fue una ideología con el soporte de la gran industria, la que supo aglutinar la parte más fanática, irracional, descontenta y en último término, más débil de este pueblo. Unos industriales culpables, la inhibición de algunos partidos políticos, la falta de visión para detectar las autenticas causas de la pujanza del fascismo, fueron también espoletas que con conciencia o no empujaron este fenómeno.
La industria tuvo un alto grado de implicación ya que las menos deficientes engrosarían los pingues beneficios que los SS sacaban con sus acuerdos pasados con los monopolios, los Ivfarben, los Tissen, los Krup, Siemens, etc, etc.
Desde 1933 a 1939, mas de doscientos mil antifascistas alemanes (hombres y mujeres), fueron condenados a seiscientos mil años de prisión. En total, un millón de alemanes fueron enviados a los campos de concentración. Más de treinta y dos mil adversarios de Hitler fueron condenados a muerte y ejecutados.
http://www.depardocreative.com/web_censo/index.html

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