lunes, 16 de mayo de 2011

El ADN, la última esperanza de los niños robados

El día 28 de mayo, la empresa de Madrid que cruza los datos se desplazará a la Comunitat Valenciana para tomar muestras

El ADN, la última esperanza de los niños robados
María José y Vicky cuentan los días para conocer los resultados de las pruebas de ADN que pueden confirmar que son gemelas
Las Provincias, 16.05.11


VALENCIA
El ADN, la última esperanza de los niños robados
El cementerio General de Valencia recibe 30 peticiones de certificados de entierro para hallar recién nacidos
María José y Vicky cuentan los días para conocer los resultados de las pruebas de ADN que pueden confirmar que son gemelas. Tras 51 años separadas, estas dos vecinas de Algemesí y León respectivamente, están a punto de saber si fueron víctimas de la trama de los niños robados. «Físicamente son idénticas y también se parecen en los gestos y en la forma de ser pero la duda está ahí y sólo podemos despejarla con las muestras de ADN», explica Déborah, la hija de Vicky.
Esas tres letras contienen las esperanzas de todas las madres que sospechan que les robaron a sus bebés y de todos los que creen que fueron adoptados de forma irregular. Sólo los cruces de datos de unos y otros y la coincidencia entre ellos puede ayudar al ansiado reencuentro de todos ellos.
Eso es lo que esperan celebrar las posibles gemelas en unos «10 ó 12 días», según Déborah. Tras un viaje relámpago de María José a León el pasado fin de semana para encontrarse con su hermana, la valenciana regresó de nuevo a la Comunitat. Eso sí, ambas tienen previsto reunirse para estar juntas cuando les comuniquen los resultados.
El laboratorio Genómica, la empresa de Madrid que tiene un convenio de colaboración con la Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares (Anadir), se desplazará a Valencia en dos semanas para tomar muestras en la Comunitat. «El día 28 estaremos toda la mañana, unas tres o cuatro horas, en un lugar que todavía está por determinar», explica la gerente del área de genética forense de la firma, Amaya Gorostiza.
En Valencia existe una farmacia que recoge estas muestras de saliva para luego enviarlas a Madrid y que luego se adjunten a la base de datos creada de todos los posibles casos. «De las 400 pruebas que tenemos de toda España, unas 20 corresponden a la Comunitat», apunta Gorostiza, que recuerda que ya ha habido dos coincidencias en Barcelona.
Los niños robados insisten en la importancia de someterse a estas pruebas, que cuestan 90 euros más IVA (para ellos) y cuyo grado de fiabilidad es prácticamente total. Pero para poder hacérselas, primero deben saber la verdad. Por ello, los afectados hacen un llamamiento para que los padres que adoptaron de forma irregular se lo confiesen a sus hijos y que así estos puedan someterse a las pruebas.
Reunión
Las víctimas de la red de tráfico de bebés aprovecharán la visita a Valencia del laboratorio de ADN para volver a reunirse. Será la segunda ‘quedada’ de los casos de la Comunitat. El primer encuentro se produjo en abril en Xirivella. Durante más de tres horas, alrededor de 30 madres e hijos que sospechan que fueron víctimas del entramado, intercambiaron impresiones y cotejaron datos y nombres. Los niños robados pidieron entonces mayor colaboración de las instituciones y administraciones.
Para la cita del sábado 28 de mayo está previsto que también acudan afectados de Aragón y Murcia. El lugar está todavía por determinar, a la espera de saber cuántas personas asistirán al encuentro.
Todos están inmersos en la búsqueda de sus orígenes. Para ellos los hijos que sospechan que fueron comprados por sus padres recopilan todos los documentos que les den alguna pista sobre su pasado, como el expediente de nacimiento. Los progenitores que buscan a sus recién nacidos piden legajos de aborto, los papeles de los hospitales donde dieron a luz y el certificado de entierro.
Uno de sus objetivos es averiguar el lugar exacto donde supuestamente está sepultado su feto. El hecho de conocer la ubicación del cadáver puede ser de ayuda para pedir la exhumación, tal y como pretender diferentes madres. La apertura de la tumbra resolvería de un plumazo una de las incógnitas que más atormenta a estas progenitoras: saber realmente si ahí hay un niño enterrado y si es el suyo.
El cementerio General de Valencia ya ha recibido «en torno a 30 solicitudes para obtener certificado de enterramiento», concreta el jefe de servicio del camposanto, Fernando Garrigós. Una de las peticiones que ha llegado procede de la Fiscalía de Castellón, «aunque no descartamos que lleguen más», apunta el abogado y jefe de sección del cementerio, José Javier Aguado.



El documento aporta datos como la edad de la parturienta, ubicación del cadáver y la causa de muerte (esta sólo se detalla en algunos casos). Estos datos aportan algo de luz en las investigaciones de muchas madres porque teniendo el lugar donde el teoría está el feto pueden pedir la exhumación, algo que muchas están dispuestas a solicitar.
De hecho, el cementerio General de Valencia ya ha recibido una petición para llevar a cabo un desenterramiento. «Las exhumaciones se pueden tramitar por vía administrativa ordinaria o por vía judicial», concreta Aguado.
En el primer supuesto, la administración evalúa las circunstancias del caso y resuelve con los informes favorables (o no) pertinentes. Por la otra vía, el propio juzgado es el que solicita de oficio la exhumación.
Lo cierto es que el hecho de que los restos estén enterrados en fosas comunes (como se solía actuar con los prematuros) hace que la exhumación se convierta en una empresa bastante «complicada».
Surgen tres dificultades. Los primeros problemas que aparecen son de localización porque las coordenadas que figuran en el certificado de enterramiento se pueden haber perdido por transformaciones físicas. «Las fosas comunes por criterio histórico tienen una validez de cinco años», aclara el letrado. Después de este período de vida judicial son susceptibles de modificación con lo que «pueden distorsionarse coordenadas», apunta.
Afección a terceros
Otro de los contratiempos que pueden dificultar esas exhumaciones se refiere a la afección de los derechos e intereses que pueden causar a terceros. Y es que se necesita autorización expresa para desplazar otros restos que seguramente se verían afectados para acceder a los buscados. Por último, si se logran salvar estos impedimentos, tampoco se puede asegurar que los restos hallados puedan ser valiosos.
Garrigós aclara la predisposición por parte del cementerio municipal de colaborar con los que buscan sus orígenes. «Ayudaremos en todo lo que podamos dentro de nuestras limitaciones», afirma. En esta cooperación, el jefe de servicio añade que su departamento también aportaría lo que pudiera «en una hipotética reunión en la que estuvieran todas las administraciones y en la que cada una expusiera hasta dónde puede llegar».
Desde la empresa Genómica aseguran que también han recibido dos peticiones para realizar exhumaciones en algún cementerio de la Comunitat, aunque no han concretado de cuáles. «Todavía estamos a la espera de poder fijar una fecha», afirma Gorostiza. La gerente también advierte de que las pruebas «de niños y además de restos en tierra, son mucho más complicadas», explica la gerente del laboratorio, que apunta que estos procesos de exhumación tienen un coste que oscila entre los 800 y los 1.000 euros.
Sin embargo, no todas las madres que acuden a buscar esa información la encuentran. En algunos casos no aparece su hijo como enterrado. «Hace 30 ó 40 años el rigor administrativo actual no existía. En la actualidad el registro es muy exhaustivo. Contamos con todos los papeles del funerario, del hospital, etc», comenta Garrigós.
http://www.lasprovincias.es/v/20110515/valencia/ultima-esperanza-ninos-robados-20110515.html

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