El Gobierno aprobará la creación en el Parlamento de una comisión para decidir el futuro del Valle de los Caídos
Tumba de franco valle de los caídos |
DIEGO BARCALA MADRID 22/05/2011
El diputado de CiU Jordi Xuclá preguntó
el pasado 4 de mayo al vicepresidente del Gobierno Alfredo Pérez
Rubalcaba si estaría dispuesto a sacar los restos de Francisco Franco
del Valle de los Caídos. No recibió respuesta. Al término de la Comisión
constitucional en la que Rubalcaba había propuesto la creación de una
comisión de expertos para hacer del Valle de Cuelgamuros “un verdadero
lugar de reconciliación” se lo volvió a preguntar en privado. Tampoco le
contestó, recuerda Xuclá.
El futuro de los huesos de Franco y José
Antonio Primo de Rivera será una de las claves a abordar en la
inminente comisión formada por especialistas propuestos por los grupos
parlamentarios. En las quinielas aparecen tres historiadores: Julián
Casanova, Ricard Vinyes y Carme Molinero. Sus opiniones son dispares.
Casanova apuesta por dejarlo “en su Valle”. Molinero cree que su salida
es “imprescindible”. Y Vinyes cree que esa decisión “depende de lo que
se decida hacer allí” pero cree que su presencia o salida del recinto no
es incompatible con las alternativas posibles para que el Valle de los
Caídos deje de ser un lugar de exaltación de una dictadura violenta.
“Para un soldado como yo, una tumba en
cualquier lugar de España, con una sencilla cruz de madera, es
enterramiento suficiente y honroso”, dejó escrito el propio Franco en
una nota recogida por el periodista Fernando Olmeda en El Valle de los
Caídos. Una memoria de España (Península). “Para que deje de ser un
lugar de exaltación es indispensable que los restos de Franco salgan de
la basílica. Se podría llegar a un acuerdo con la familia”, explica
Molinero.
“A Franco lo dejaría allí, porque es su
Valle. A José Antonio lo depositaría con los otros caídos y explicaría
por qué. José Antonio es una invención del franquismo y de la memoria”,
argumenta Casanova. En su opinión sobre el fundador de Falange Española
coincide con Molinero. “José Antonio es diferente, pero tampoco puede
tener una posición preeminente. En definitiva, fue una víctima de la
Guerra Civil, murió en aquella época, y debería estar con el resto de
cadáveres. Y todo mediante un acuerdo con la familia. La diferencia es
que Franco está allí como Jefe del Estado”, destaca la profesora de la
Universitat Autònoma de Barcelona.
“La decisión de quitar o dejar a Franco
o José Antonio se debe decidir a posteriori. Después de determinar qué
hacer en su conjunto. El Valle de los Caídos es un monumento excepcional
en Europa y en el mundo y, por tanto, la decisión que se tome para su
futuro también debe de ser excepcional. No sólo debe participar una
comisión de expertos. Debe abrirse al mundo artístico con un concurso
internacional de ideas”, plantea Vinyes, autor de Asalto a la
Memoria (Los libros del Lince).
Exaltación del crimen
Vinyes es muy crítico con la postura
expresada por Rubalcaba en el Congreso de crear un museo de la
reconciliación. “Alguien le debería decir al Gobierno que nada incita
allí a la reconciliación. Es un monumento a la victoria y la exaltación
del crimen político. Los fantásticos ángeles esculpidos no acreditan la
visión piadosa de nada. Por eso, no veo el sentido a crear un recorrido
de la memoria por allí”, explica en contraposición a la propuesta de
Casanova. “Yo convertiría el Valle de los Caídos en un lugar de memoria,
con una ruta, dentro del Valle, como la que he preparado para el
cementerio de Torrero en Zaragoza. Lo titularíaEl Valle de los Caídos:
un lugar de memoria o El Valle de Franco: un lugar de memoria. Tendría
diferentes lugares que explicarían su historia, desde sus orígenes hasta
la inauguración, pasando por la construcción o la memoria que ha
dejado. Tendría que ser una ruta muy visual, con carteles bien
elaborados y precisos”, detalla el historiador aragonés.
Molinero incide en la necesidad de crear
un “centro de interpretación”. “Hay que explicar cómo fue construido
desde la perspectiva de la represión. Es necesario explicar el trabajo
de los prisioneros. Todo el monumento, no sólo la basílica, es una
expresión de la voluntad política de la unidad entre la dictadura y la
jerarquía de la Iglesia. Es un monumento al nacional-catolicismo”,
insiste.
Molinero no cree necesaria la salida de
los benedictinos. En su opinión, basta con cambiar sus funciones. “No
puede estar vinculada su función religiosa a un símbolo político. Entre
los cambios hay que incluir la obligación que tienen de celebrar misas y
oraciones en fechas señaladas como el 1 de abril o el 18 de julio. No
es necesario que permanezcan en el acceso a la basílica. El espacio de
Cuelgamuros es muy grande”, detalla.
El diputado Xuclá no dio el paso de
pedir a Rubalcaba la salida de los monjes del recinto. Fuentes cercanas a
la negociación de la Ley de Memoria Histórica, aprobada en diciembre de
2007, señalan que fue este diputado de CiU el que amenazó con bloquear
la ley cuando se iba a incluir en el artículo 16 la creación de un
centro de memoria que ponía en peligro las actividades de los monjes.
Según estas fuentes, CiU recibió presiones del monasterio de Montserrat,
también de la orden benedictina. “Es cierto que recibimos esa llamada,
pero eso son rumores”, responde ahora Xuclá.
La ley reconoce que el Valle de los Caídos debe ser un lugar para la reconciliación. Pero no explica cómo conseguirlo.
Dos forenses dicen que los restos son identificables
La Agrupación de Familiares Pro
Exhumación de Republicanos del Valle reclama que en la comisión que
analice el futuro del mausoleo haya un papel para los especialistas en
arqueología forense. Esta asociación ha difundido las opiniones de dos
reputados forenses, José Pablo Baraybar y Fredy Peccerelli, al respecto
del informe que el Gobierno hizo público el pasado 5 de mayo. Al
contrario que los técnicos contratados por el Gobierno, estos
especialistas creen que, pese a las dificultades de conservación, sí es
posible su identificación. El vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez
Rubalcaba, determinó que es “casi imposible” el análisis de los huesos
porque están mezclados y afectados por la humedad. Peccerelli señala que
están llevando a cabo con éxito la identificación genética de 20.000
esqueletos mezclados en Guatemala y que siempre “se puede intentar”,
“aunque sea costoso y difícil”, según declara a www.cuartopoder.com.
Baraybar, que trabajó en fosas de los Balcanes, cree que si no se
indentifica a los republiocanos llevados al Valle de los Caídos es
porque “políticamente no interesa”.
http://www.publico.es/especiales/memoriapublica/377668/un-grupo-de-expertos-decidira-que-hacer-
con-los-restos-de-franco
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