La Opinión de Zamora 5 Febrero 2012
Nunca antes las víctimas de los crímenes del franquismo habían declarado en un tribunal español. El día 1 de febrero pudieron hacerlo.No era
el contexto que hubieran deseado, porque no se iba a juzgar los
crímenes que sus progenitores y ellas mismas sufrieron, sino la supuesta
prevaricación del juez Baltasar Garzón por haber iniciado, sin competencia legal y obviando las leyes de Amnistía y de Memoria Histórica, unas diligencias sobre esos crímenes.
Fue pues, a pesar de todo, un momento histórico para los derechos humanos en este país. Pudieron relatar ante un tribunal cómo se llevó a cabo la desaparición de sus familiares y su infructuosa búsqueda. Es lo más cerca que han estado de la justicia que llevan reclamando más de 70 años.
La Memoria Viva |
Ésta es una de las muchas paradojas del juicio: la derecha pro-franquista que ha sentado a Garzón en el banquillo porque considera “un atentado al honor” de aquel régimen que se abra un procedimiento legal sobre sus crímenes, ha conseguido justamente lo contrario. Que los familiares puedan al fin ventilarlos en el tribunal y en toda clase de medios, tanto en España como en el mundo.
España aparece en la prensa internacional como un país con un sistema legal en entredicho que ha iniciado un linchamiento judicial contra Baltasar Garzón, su juez más conocido, por haberse atrevido a investigar los crímenes del franquismo. El juez que abrió camino en el derecho internacional con la causa contra Augusto Pinochet se sienta ahora en el banquillo precisamente por intentar aplicar esta misma doctrina en España.
Todas las crónicas periodísticas explican el juicio porque Garzón rompió un tabú y el pacto de silencio de los partidos sobre la guerra civil y la dictadura, pero sitúan el origen de la "caza de brujas" en el sumario Gürtel, el entramado de financiación ilegal relacionado con el Partido Popular.
El juicio a Garzón sería sobre todo una advertencia a sus colegas, en especial a los magistrados que quieren hacer de la justicia, en nombre de la democracia, un arma contra todas las corrupciones y manipulaciones. “No luches contra los poderosos porque éstos te destruirán”.
La Memoria Viva |
El interés del juez Varela por mejorar la acusación de los ultraderechistas de “Manos Limpias” ha puesto de manifiesto su falta de imparcialidad. Aunque el sentido de este juicio es la defensa de la impunidad para los crímenes cometidos por el franquismo, se cuidan mucho de mostrarlo así y por lo tanto se centran en la artimaña jurídica sobre prevaricación que el juez instructor aconsejó al sindicato “Manos Limpias”.
A pesar de todas las irregularidades de este proceso, personalmente considero que el juicio a Baltasar Garzón es una oportunidad única para juzgar los crímenes de la dictadura franquista.
El juicio demostrará que existen razones más que suficientes para investigar la desaparición de más de 113.000 españoles, tal como denunciamos los familiares de las víctimas y las asociaciones memorialistas puesto que se trata de desapariciones y ejecuciones permanentes cuyos efectos son también permanentes mientras no aparezca la víctima.
El juicio probará también la incapacidad de este país para hacer justicia, impidiendo el derecho de las familias a la verdad, a la justicia y a la reparación. Y que las leyes de amnistía o de punto final no tienen validez ante crímenes contra la humanidad o genocidio.
Los familiares de las víctimas han rendido testimonios escalofriantes de lo que pasó durante una guerra que aplastó a la República, un régimen democrático, y durante los negros y largos años de la dictadura.
Público |
La derecha de este país siempre quiso ocultar lo que la historia sabe, evitar que los crímenes de Franco se hicieran públicos.
Pero ha logrado justamente lo contrario haciendo que sea juzgado en su propio país el juez que extendió la jurisdicción universal a la persecución de delitos contra la humanidad.
Por ello hago mías las palabras de esperanza de Carlos Slepoy, abogado especializado en Derechos Humanos, que presenta con diversas organizaciones argentinas una querella para que se juzguen los crímenes de la guerra civil y la dictadura españolas: "estamos cada vez más cerca del fin de la impunidad".
Mucho le debemos a Baltasar Garzón. Gracias a gente como él los crímenes de tantas dictaduras contra los derechos humanos no han caído ni caerán en el olvido.
Desde aquí rindo homenaje a su probidad, a su profesionalidad, a su independencia, a su coraje…
¡Fuerza, Garzón! ¡Estamos contigo!
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