CALATAYUD
El
ayuntamiento y Arico, la sociedad aragonesa por la memoria histórica,
incapaces de alcanzar un consenso para la colocación de un monumento a
los represaliad
Arico ha organizado algunas concentraciones en protesta por la negativa del ayuntamiento.Foto:ARICO |
A. P. M. 05/08/2012
El
pasado 31 de julio expiró el plazo de la subvención que el Ministerio de
la Presidencia, durante el último mandato de Zapatero, concedió para la
creación de un monumento a los represaliados por la dictadura
franquista en el cementerio de Calatayud. Con la firme negativa del
ayuntamiento, la Asociación por la Recuperación e Investigación Contra
el Olvido de Aragón (Arico) perdió la oportunidad de financiar el
proyecto en el que llevaban años trabajando. El enfrentamiento deja en
el aire el monolito que debería rendir homenaje a 450 víctimas de la
represión en la comarca. El consistorio, con mayoría del PP, es quien
debe autorizar la instalación, y en un tema tan espinoso entran en juego
algo más que cuestiones técnicas. Arico lleva años rastreando archivos
para dar con una cifra aproximada de los represaliados, según expresó su
presidente, Miguel Ángel Capapé. Incluso tienen el proyecto diseñado y
la ubicación elegida en el cementerio de Calatayud. La estructura daría
cobijo a los restos y los nombres de los fallecidos encontrados.
Arico
ya ha perdido la prórroga de la subvención hasta diciembre, pero sin
visto bueno del ayuntamiento no habrá dinero. “Estamos dispuestos a
negociar”, explica Capapé. Paradójicamente, es la misma excusa que
ofrece el consistorio. “Queremos que se llegue a un acuerdo”, indica el
concejal de Cementerio, Braulio Gracia.
Punto muerto
¿Dónde
está ese acuerdo? En ninguna parte. Desde el ayuntamiento se asegura
que son demasiados nombres, que solo deberían aparecer las víctimas
bilbilitanas. Gracia asegura que el consistorio no está en contra del
proyecto, pero hay matices como la simbología de la bandera
republicana.”Imagina que al día siguiente viene otro y me pide colocar
otro monumento con la bandera franquista”, dice Gracia.
El
concejal alega que, además, Arico no cuenta con el respaldo de todos los
familiares. Y que hay vecinos de Calatayud que le han trasladado su
preocupación por un proyecto que podría “reabrir heridas”.
La
asociación ha organizado protestas para presionar al ayuntamiento, y las
volverán a repetir si es necesario, afirma Capapé. Ambas partes han
mantenido varias reuniones, y el consistorio llegó a ofrecer una
ubicación alternativa, que Arico aceptó. Pero no hubo permiso.
“Es
una herida que yo creo que no está curada. Por mi parte y la del alcalde
lo que habría que colocar es un monumento como homenaje a las víctimas
de ambos bandos”, asevera Gracia. Su alegación principal, en todo caso,
es que no todos los familiares quieren ver el nombre de sus parientes en
el monolito. Y que son muchos. Para Capapé esto es absurdo. “Hay
monolitos de más de 2.000 nombres”, asegura. No será el de Calatayud,
que, como tantos otros asuntos alrededor de la Guerra Civil, sigue
enquistado entre dos bandos incapaces de negociar. Pese a que afirmen lo
contrario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario