Guillena 1937 reflexiona acerca de la utilización de la violencia sobre la mujer como Arma de Guerra
Intermedia, - 4 septiembre 2012
En septiembre de 1937 fueron detenidas 19 mujeres de Guillena, meses
más tarde 17 de ellas fueron asesinadas y enterradas en una fosa común
en el vecino pueblo de Gerena.
En Intermedia sabíamos de la historia de estas mujeres, contada en voz baja en la comarca durante décadas.
Y nos gusta que estas cosas se cuenten en voz alta.
En Septiembre de 1937 fueron detenidas 19 mujeres de Guillena, en su
mayoría mujeres de huidos del pueblo, simpatizantes o militantes de
partidos de izquierda, al no revelar el paradero de sus maridos.
Permanecieron detenidas en el depósito municipal de Guillena. 17 de
ellas fueron fusiladas entre el 6 y el 8 de Noviembre de 1937 en el
cementerio del vecino pueblo de Gerena. Las otras dos recibieron un
indulto que la absolvieron de este final al tener un familiar o conocido
con influencias.
Estas fueron las 17 rosas:
- Eulogia Alanis García, “la cunera”.
- Ana María Fernández Ventura, “la lega”. Vivía en el Portugalete.
Que tenía unos veintinueve o treinta años. Tenía dos hijos, Luciano y
Manuela, que llevan los dos apellidos de la madre por ser madre soltera.
- Antonia Ferrer Moreno. Natural de Loja. Casada con Cristobal
Barroso Rosado (Ronda). tres hijos. Antonio Barroso Ferrer, Francisco
Barroso Ferrer y Manuel Delgado Ferrer.
- Granada Garzón de la Hera, “la gitana”. 41 años. Casada con
Francisco Aguilera Hidalgo (asesinado), al igual que su hijo mayor, José
(19 años). Tuvo nueve hijos. Natural y vecina de Guillena.
- Granada Hidalgo Garzón. Vivía en c/ Echegaray nº 6. Viuda. 70 años. Sabía leer.
- Natividad León Hidalgo. 52 años. Casada con Antonio León García.
Tenía dos hijos; uno de ellos, José León León, baja en padrón municipal
al igual que ella sin causa. Vivía en c/ Pablo Iglesias, nº32.
- Rosario León Hidalgo. 41 años. Casada con Francisco Prieto Lopez. Tenía tres hijos. Vivían en c/Pablo Iglesias. Nº 36.
- Manuela Liánez González, “la esterona”. Casado con Eduardo
Rodríguez Membrilla. Fue detenida por no declarar el paradero de su
marido, huido a la entrada de la tropas franquistas en Guillena. 46
años. Tenía dos hijas, Manuela e Isabel.
- Trinidad López Cabeza. 50 años. Tuvo ocho hijos (uno de ellos murió
de pequeño). Fue detenida en su casa; su hija mayor se ofreció para ir
en su lugar; no volvió a ver a su madre.
- Ramona Manchón Merino. 44 años. Casada con Antonio Palacios Garcia
(asesinado), figuran 4 hijos. Vivian en c/ Agustina de aragon nº 23.
Baja en padron sin causa.
- Manuela Méndez Jiménez. 24 años. Casada con Manuel Domínguez Garzón
(desaparecido). Vivían en c/ Sevilla, nº 1. Dos hijos, José y Antonio,
de cinco y tres años. Detenida por no revelar el paradero de su marido.
- Ramona Navarro Ibáñez. Casada con José María Macero Maya. 24 años.
Con dos hijas, Antonia y Carmen. Vivia en c/ Pablo Iglesias nº 1. Baja
en padrón municipal sin causa.
- Dolores Palacios García. 46 años. Casada con Antonio Hidalgo
Garzón. Tenían nueve hijos. Vivian en c/ Pablo Iglesias nº40. Baja en
padron municipal sin causa.
- Josefa Peinado López. 55 años. Casada con Manuel Peinado Gonzalez y
vivian en c/ Pablo iglesias nº 3. Tenían dos hijos, Guillermo y
Cipriano (ambos eliminados del Padrón municipal).
- Tomasa Peinado López. 61 años. Casada con Antonio Fernández Moray.
Tenían cinco hijos, tres de ellos (Antonio, Francisco y Jose) fueron
baja junto a ella del Padrón Municipal sin causa. Vivían en c/ Pablo
Iglesias nº 54.
- Ramona Puntas Lorenzo. 52 años. Casada con German Franco Santiago
(asesinado). Tenia una hija, Josefa. Vivian en c/ Ramon y Cajal nº 3.
baja en padron municipal sin causa.
Guillena 1937 reflexiona acerca de la utilización de la violencia
sobre la mujer como Arma de Guerra y la necesidad de los familiares de
los desaparecidos de encontrar y dar sepultura a sus seres queridos.
EL CONTEXTO HISTÓRICO
Hay una tendencia a establecer una relación causa–efecto entre los
hechos que se produjeron tras el levantamiento militar del 18 de julio
de 1936 y la represión que efectuaron más tarde los vencedores.
Pero en la provincia de Sevilla, y concretamente en Guillena, esta relación no existe.
En la documentación que hoy se encuentra en los archivos militares,
se evidencia que en Guillena en ningún momento se atentó contra la vida
de las personas de derecha ni contra la iglesia y su párroco. Tampoco
hubo detenciones de derechistas entre el 18 y el 26 de julio de 1936.
Este hecho motivó que muchas personas de izquierda desistieran de huir,
lo que les traería graves consecuencias. Gran parte de la Corporación
Municipal, en manos de Izquierda Republicana, sería llevada a la cárcel
de Sevilla y posteriormente fusilada por la aplicación de bandos de
guerra. De esta manera, en toda la comarca se desató el pánico y muchos
huyeron a los campos en busca de refugio.
En un primer momento las acciones de los sublevados estuvieron
dirigidas contra los huidos y fueron, sobre todo, batidas en las
inmediaciones de los pueblos, tanto para detenerlos o eliminarlos como
para evitar los asaltos que se venían dando en los cortijos en busca de
alimentos.
Muchos de los detenidos no lo fueron por captura, sino que se
entregaron voluntariamente, en unos casos con señuelos y engaños, y en
otros por amenazas contra sus familiares.
Para llevar a cabo la “limpieza” de huidos, Queipo de Llano puso al
frente al teniente coronel Fermín Hidalgo Ambrosy, conocido bodeguero de
Sanlúcar de Barrameda, que se distinguió por sus duras represalias
contra los familiares de los huidos.
EL CRIMEN DE LAS MUJERES DE GUILLENA
Una de las características más llamativas de la represión militar en
la provincia de Sevilla es la constante ocultación de los cadáveres de
las víctimas. Los represores cambiaban continuamente los lugares donde
asesinaban a los detenidos, casi siempre lejos del oído y la vista de
los vecinos del pueblo, lo que propiciaba llevarlos a pueblos próximos
con los que, a su vez, intercambiaban los destinos de las víctimas. De
esta forma, los libros de enterramiento de los cementerios, salvo
contadas excepciones, no recogieron registro alguno de los asesinados
que fueron inhumados en fosas comunes. En el caso donde dichos libros
recogieron las inscripciones de los enterrados, se hicieron desaparecer
más tarde para que la investigación histórica jamás pudiera llegar a
ellos.
Los pocos rastros documentales sobre este crimen hacen que la
investigación de lo ocurrido y la ubicación de la fosa común haya sido
una tarea ardua y compleja. Ni en los registros civiles de Guillena y
Gerena, ni en los libros de defunción, hay inscrito ningún vecino de los
que fueron asesinados sin juicio entre 1936 y 1938. Por tanto, no hay
constancia documental sobre estos crímenes.
A través de diversos testimonios orales de familiares y vecinos,
recogidos por la Asociación 19 mujeres de Guillena, se cuenta que
diecinueve mujeres del pueblo fueron detenidas en septiembre de 1937 y
que posteriormente, el 12 de octubre, fueron sacadas del depósito
carcelario y paseadas públicamente con las cabezas rapadas, llevándolas a
misa. Poco después, fueron trasladadas a Gerena y asesinadas en su
cementerio. Sólo dos de las diecinueve consiguieron salvar su vida
gracias a su estado avanzado de embarazo.
El profesor Leonardo Alanís, director del instituto de Bachillerato
de Gerena, se interesó por este asunto, localizando a un testigo directo
de los crímenes, José Domínguez Núñez, de 83 años y natural de Gerena.
José le comentó al profesor que aquel día aún no había cumplido los 8
años y se encontraba con unos amigos jugando en un olivar próximo al
cementerio cuando sintió unos tiros y se subió a un olivo para ver lo
que pasaba. La imagen que describe José Domínguez es aterradora, las
mujeres trataban de esconderse en los nichos y falangistas y guardias
civiles las obligaban a salir para ponerlas a tiro.
LA FOSA
Muchas personas conocieron con exactitud los lugares donde se
enterraron a las víctimas de los asesinatos masivos: los participantes
de los piquetes de ejecución, sepultureros, curas, obreros del
cementerio, etc… En los pueblos, la llamada fosa de los fusilados era
popularmente conocida. Pero durante la dictadura se evitó hablar de
estos temas, que pasaron a convertirse en un tabú local durante años. De
esta forma, los testigos fueron muriendo y con ellos sus conocimientos y
recuerdos
El 2 de marzo de 2011, siguiendo las indicaciones del único testigo
ocular, la Asociación 19 mujeres de Guillena, realizó una cata en el
cementerio de Gerena. A1,20 metrosde profundidad aparecieron 40
casquillos de bala, varios cuerpos y calzado de mujer. Sin duda, podría
tratarse de la fosa que alberga los cuerpos de las 17 mujeres de
Guillena, pero hasta que se cotejen las pruebas de ADN es imposible
determinarlo con exactitud. A finales de enero de 2012 comenzó la
exhumación de los cuerpos que se prolongó por 3 semanas. En la
actualidad, el material óseo se encuentra en un laboratorio de ADN para
la confirmación definitiva de la identidad de los cuerpos.
http://www.guillena1937eldocumental.com/
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