Garzón acudirá el próximo 29 a un acto de homenaje a los represaliados
Plataforma contra la Impunidad del Franquismo |
Natalia Junquera Madrid 12 SEP 2012 El País
La juez argentina María Servini de Cubría, que lleva la querella contra los crímenes del franquismo presentada en Buenos Aires
el 14 de abril de 2010, ha suspendido el viaje que tenía previsto
realizar a España este mes para entrevistarse con víctimas de la Guerra
Civil y la dictadura. Según ha explicado el abogado Carlos Slepoy,
representante de parte de los querellantes, “la Corte Suprema Argentina
autorizó a la juez a viajar a España pero no le dio los días y los
medios que ella quería —solo le permitían que la acompañase un
funcionario— por lo que ha decidido suspender la visita y ahora se está
trabajando para que entreviste a las víctimas españolas por
videoconferencia”.
La suspensión del viaje de la juez ha caído como un jarro de agua fría entre las víctimas del franquismo, algunas de muy avanzada edad, que deseaban poder relatarle en persona sus historias personales y que ven en ella la única y última oportunidad de que se juzguen los crímenes de la Guerra Civil y la Dictadura tras el portazo de la justicia española y el procesamiento de Baltasar Garzón —finalmente absuelto— por haber intentado investigar esos crímenes. Pero están acostumbrados a los reveses judiciales. Slepoy ha recordado esta tarde en el salón del Ateneo de Madrid, abarrotado de gente, que la querella se archivó en 2010 y la Cámara Federal Argentina ordenó que se reabriera el procedimiento.
La querella presentada en Buenos Aires, que agrupa a más de medio centenar de asociaciones de víctimas, es por un delito de genocidio —la causa que abrió Baltasar Garzón era por delitos de lesa humanidad— y abarca un periodo mayor que el que pretendía investigar el exjuez de la Audiencia Nacional: desde el 17 de julio de 1936 hasta el 15 de junio de 1977 —el auto de Garzón solo llegaba hasta 1951—. “La extensión del periodo a investigar es muy importante —indicó Slepoy— porque hay represores de esa época que siguen vivos y que podrían ser juzgados”. Los querellantes ya preparan una lista de nombres para la juez.
La suspensión del viaje de la juez ha caído como un jarro de agua fría entre las víctimas del franquismo, algunas de muy avanzada edad, que deseaban poder relatarle en persona sus historias personales y que ven en ella la única y última oportunidad de que se juzguen los crímenes de la Guerra Civil y la Dictadura tras el portazo de la justicia española y el procesamiento de Baltasar Garzón —finalmente absuelto— por haber intentado investigar esos crímenes. Pero están acostumbrados a los reveses judiciales. Slepoy ha recordado esta tarde en el salón del Ateneo de Madrid, abarrotado de gente, que la querella se archivó en 2010 y la Cámara Federal Argentina ordenó que se reabriera el procedimiento.
La querella presentada en Buenos Aires, que agrupa a más de medio centenar de asociaciones de víctimas, es por un delito de genocidio —la causa que abrió Baltasar Garzón era por delitos de lesa humanidad— y abarca un periodo mayor que el que pretendía investigar el exjuez de la Audiencia Nacional: desde el 17 de julio de 1936 hasta el 15 de junio de 1977 —el auto de Garzón solo llegaba hasta 1951—. “La extensión del periodo a investigar es muy importante —indicó Slepoy— porque hay represores de esa época que siguen vivos y que podrían ser juzgados”. Los querellantes ya preparan una lista de nombres para la juez.
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