sábado, 14 de julio de 2012

Pedro Rico Alcalde de Madrid 1931-1934 y 1936


Pedro Rico. Alcalde de Madrid 1931-1934 y 1936


Este abogado madrileño que había nacido en 1888 estudió Derecho en la Central de Madrid. Siempre estuvo unido a las causas obreras y progresistas. Era como los laboralistas del final del franquismo. Rico militó en el partido de Azaña. Fue candidato a la alcaldía de Madrid por la coalición republicano-socialista del 12 de abril de 1931 y que terminaron con la monarquía. Pedro Rico era muy popular entre los trabajadores. Creó ingentes programas de obras públicas para paliar el paro obrero. Pasó la titularidad de la Casa de Campo al pueblo de Madrid, y ahí sigue. Puesto de acuerdo con Prieto que ejercía de Ministro de Obras Públicas y bajo la supervisión de señalados arquitectos, como Zuazo, se acometió la reforma urbanísticas de la capital, el hipódromo, la piscina de la Isla, la Casa de las flores, los Nuevos Ministerios, la nueva Plaza de toros y el derribo de la vieja, la prolongación de La Castellana, la Ciudad Universitaria, etc... En el campo de la Vivienda, la Sanidad y la Enseñanza, hay un antes y un después de Pedro Rico. Se hicieron barriadas enteras para trabajadores, se hicieron escuelas y comedores escolares (por fin había tantas plazas para niños como demanda de plazas. Era la primera vez en toda la historia de Madrid), se hicieron dispensarios municipales... Por cierto, todas estas reformas se hicieron a pesar del deficit del Ayuntamiento. Está claro que si quieres hacer políticas sociales, tienes que endeudarte.

Giral, Azaña, Lerroux y Martinez Barrios, sentados y rodeados de correligionarios al principio de la II República, marcado con una flecha, Pedro Rico.



 Las políticas de ajuste son siempre contra los trabajadores, pues se ajusta al que se deja, es decir a los pobres. A los ricos no hay manera de asjustarles salvo en periodos 
revolucionarios. Y bien que lo sabía Pedro Rico que no le importó endeudar el Ayuntamiento por la causa de los trabajadores. Rico fue alcalde hasta octubre de 1934 cuando el gobierno derechista disuelve el Ayuntamiento de Madrid. La legalidad fue repuesta en febrero de 1936. En esta segunda etapa, Rico tuvo que volver a poner en marcha todo lo que los gobernantes del bienio negro habían paralizado. Con el estallido de la guerra, Rico se vio atado de pies y manos para llevar a cabo su labor. Los sindicatos y algunos partidos establecieron sus propios centros de suministro y distribución, compitiendo con el legal Ayuntamiento. Resultado, una vez agotadas las reservas, vino la escasez. Y en un Ayuntamiento sin autoridad y sin respaldo político era imposible abastecer a la capital. Se le ha criticado a Pedro Rico el fracaso de los abastecimientos de Madrid, incluso por los mismos que lo boicoteaban, los sindicatos, algunos partidos irresponsables, la quinta columna y los acaparadores avariciosos. Pedro Rico no podía dedicarse a la represión del fraude y del acaparamiento, esas no eran sus labores. Y para colmo Madrid fue sitiada. En esta tesitura, Pedro Rico decidió en Noviembre marchar a Valencia con el gobierno. Pero a la altura de Tarancón, desaprensivos milicianos de la columna del Rosal, de la CNT, que saqueban Ciudad Real a diestro y siniestro, y que sin habérselo pedido nadie, hacían el papel de polícia de carreteras (los que abominaban de los cuerpos represivos de Estado) en vez de ir a primera línea. Detuvieron la comitiva gubernamental y los bajaron a todos con amenaza de fusilamiento (¡qué valientes!). El caso es que tras hablar con Mera, que según sus propias memorias, estuvo tentando de fusilarlos por traidores, dejó partir a todos menos a los ministros anarquistas, Juan López y Juan Peiro, y a Pedro Rico. Cada uno de estos políticos le daba cien mil vueltas en militancia, dedicación a la causa, e incluso graves peligros corridos durante su vida, a estos anarquistas metidos a policias. Pero así es la Guerra Civil española, todo está al revés. Pedro Rico entró en crisis, no sabía a que le tenía más miedo si a los incontrolados o a los fascistas. Regresó a Madrid y sin poder superar su estado de ansiedad, decidió pedir asilo en la embajada de Méjico. Días después Pedro Rico, temiendo por su vida, se ocultó en el partaequipajes de unos amigos y marchó a Valencia, donde gracias a sus amistades consiguió embarcar para América (Argentina, al parecer), tras pagar el exhorbitante soborno de los anarquistas valencianos metidos a aduaneros. 

Pedro Rico


El 13 de noviembre se constituyó un nuevo Ayuntamiento con Cayetano Redondo como nuevo alcalde teniendo como ayudantes a Besteiro, Rafael Henche (sucedería a Redondo en 1938) y Wenceslao Carrillo. Pedro Rico murió en el exilio, olvidado y denostado por todos, sólo por haber intentado marchar a Valencia. Nadie se acuerda de la gran labor realizada en Madrid, de la que actualmente disfrutan sus vecinos, creyendo muchos que fue cosa de Franco.

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