Restos de fusilados en la fosa común |
Dimas Vaquero
Barranco de la Bartolina:
Es una información que se ha obtenido de fuentes orales, se desconoce si existe documentación escrita sobre el asunto.
En el Barranco de la Bartolina fueron fusiladas y posteriormente enterradas cientos de personas pertenecientes a diversos pueblos de la comarca de Calatayud (Ateca, Torrijo de la Cañada, Villarroya de la Sierra, Villalengua, Aniñón…).
La cuantificación exacta no existe, ya que las partidas de defunción , cuando constan, además de hallarse incompletas no siempre dan una información veraz, y en los registros de las localidades afectadas no se hace referencia a los lugares de enterramiento.
No hay ningún documento que certifique el barranco de la Bartolina como fosa común de fusilados en la guerra civil, pero todavía viven testigos que cuentan la barbarie que presenciaron.
Homenaje de los fusilados en el barranco "La Bartolina" |
Según el testigo A.G.L., el 18 de agosto de 1936, tres camiones repletos de atecanos se dirigían a Calatayud para asistir a un acto propagandístico. En las proximidades del barranco de la Bartolina, la caravana se detuvo, y A.G.L. observó desde el camión que él ocupaba, como uno de los camiones con 12 ocupantes se adentró en el barranco, para salir a los pocos minutos vacío por completo. Al llegar a Calatayud, los vecinos de Ateca comprobaron cómo el camión que minutos antes llevaba a sus paisanos llegaba completamente vacío.
La auténtica realidad se fue instalando en los pueblos de la comarca de Calatayud, y a diario desaparecían familiares y amigos para nunca volver, y el barranco se convirtió en el “cementerio” con más actividad de la comarca.
Los fusilamientos se produjeron en la mayo parte de los casos en este barranco, aunque hay fosas pequeñas diseminadas a lo largo de toda la comarca.
En este barranco hay tres zonas principales de enterramientos:
1.- Tramo final del barranco: es la más importante, donde se produjeron la mayoría de los fusilamientos y enterramientos. Apenas quedan restos óseos debido a la extracción de material para el sellado del vertedero municipal de Calatayud, ubicado en el mismo barranco. Los restos humanos fueron arrancados junto al material, formando parte en la actualidad del sellado del vertedero. Actualmente caminando por el barranco se pueden encontrar restos óseos, que han salido a la superficie o ue simplemente se han desprendido de las paredes del vertedero.
2.- Tramo intermedio del barranco: Andando unos 200 metros se encuentra la segunda zona de fusilamientos ( todavía hoy se puede encontrar casquillos de aquellas balas), ubicada en un terreno de más difícil acceso. Según testimonios orales, esta fosa no es tan numerosa como la anterior, ya que aquí solo se fusilaba y enterraba cuando el tramo último del barranco estaba repleto. Hay 6 zanjas similares muy próximas unas de otras. Han sido abiertas mecánicamente, y se cuenta que hace unos seis años se produjo una actuación particular para buscar y exhumar restos humanos.
3.-Zona del Tablar: es la más alejada de la carretera y con un acceso muy complicado, incluso a pie. El número de fusilados que hay en esta fosa respecto a las otras es muy inferior, ya que las dimensiones de la finca son escasas, e inaccesible para cualquier vehículo de motor, aun teniendo en cuenta que la orografía del lugar ha sufrido enormes cambios. Hasta hace pocos años esta zona ha estado sin cultivar, en la actualidad existe una plantación de almendros.
Concentración de familiares de los asesinados en el barranco "La Bartolina" |
La exhumación de los cuerpos es casi imposible debido a las diferentes modificaciones que ha sufrido el lugar, por parte de la propia naturaleza y del ser humano, y que han destrozado por completo los restos de las personas fusiladas en el barranco.
La angustia de los familiares por encontrar a sus seres queridos se vería paliada al saber que este barranco maldito de la Bartolina va ser un sitio digno, en memoria de todos aquellos inocentes que fueron fusilados durante la guerra civil.
En diciembre del 2007 se produjo un encuentro en este barranco de unos ochenta familiares de fusilados, que tras enfrentarse a la dura realidad del estado actual de las fosas aunaron sus voces en luchar por la dignificación del lugar en el que cientos de personas fueron asesinadas, y tienen sus derechos como víctimas.
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