El dictador Francisco Franco |
A.DEL C. | 03/octubre/2012
Franco ya no es alcalde honorario de Valencia desde el 28 de septiembre pasado por sentencia de un tribunal, pero sigue teniendo la medalla de honor de la ciudad junto a un notable elenco de falangistas, miembros de acción católica, mártires de la cruzada e incluso algún influyente familiar político del dictador. Curiosamente en los expedientes abiertos en 1972 por el Ayuntamiento franquista para homenajear con el nombre de una calle a las personas citadas, se explican las razones de una forma muy diferente a la que después “tradujo” el Ayuntamiento de Rita Barberá en el año 2003 en su libro de los nombres de las calles de Valencia. Así, por ejemplo Francisco Alegre cuya concesión de calle se justifica en 1972 por “falangista, intervino en el asalto a Radio Valencia. Fusilado en 1936”, aparece en el libro de Rita con esta cita: “por defender sus ideales”.
Consulta aquí el expediente de 1972 y consulta aquí el callejero franquista de Valencia con sus excusas.
Rita Barberá y los concejales del Partido Popular del Ayuntamiento valenciano no han tenido más remedio que acatar el 28 de septiembre pasado, la sentencia del juzgado contencioso administrativo número 5 de Valencia que deja sin efecto el título de alcalde honorario de la ciudad a Francisco Franco. Este asunto ya se había debatido en pleno en el mes de julio pero los votos populares rechazaron esta posibilidad. Fue entonces cuando Compromis planteó el recurso con éxito. Pero quedan muchos más franquistas en la recámara.
Franco tiene la medalla de honor
Franco ya no es alcalde honorario, aunque continúa detentando la medalla de honor de la ciudad junto a la Virgen de los Desamparados (acuerdo de 1954) o con Adolfo Rincón Arellano y García jefe provincial del partido FET y de las JONS por Valencia durante la guerra civil, presidente de la Diputación y alcalde de Valencia. La concesión de este honor es más reciente, data de 1970. “Esta misma situación la encontramos con los hijos adoptivos de Valencia y con muchos de aquellos a los que se ha concedido nominar una calle”, explicó a ELPLURAL.COM Matías Alonso, de la Asociación de recuperación de la memoria histórica de Valencia, que ha realizado un interesante trabajo de recopilación de la historia de estas personas.
Hijo adoptivo y masacre de Badajoz
Siguiendo estos datos, entre los hijos adoptivos de la ciudad del Turia hay casos como Antonio Aranda Mata, militar sublevado destacado en la defensa de Oviedo y al mando del cuerpo de ejército de Aragón que fue gobernador militar de Valencia. (Acuerdo de 1939); o Carlos Asensio Cabanillas, que además de su actuación en África dominando Tetuán, tuvo protagonismo en la denominada masacre de Badajoz donde las tropas franquistas se destacaron por su sadismo ejecutando a 4.000 personas, según el historiador Paul Preston. Fue jefe de la casa militar de Franco y entre otros altos cargos, procurador. El nombramiento de hijo adoptivo es de 1944. Fue uno de los 35 altos cargos del franquismo imputados en la causa que instruyó el juez Baltasar Garzón por crímenes del franquismo, pero ya había fallecido.
Arzobispo y falangistaSiguiendo estos datos, entre los hijos adoptivos de la ciudad del Turia hay casos como Antonio Aranda Mata, militar sublevado destacado en la defensa de Oviedo y al mando del cuerpo de ejército de Aragón que fue gobernador militar de Valencia. (Acuerdo de 1939); o Carlos Asensio Cabanillas, que además de su actuación en África dominando Tetuán, tuvo protagonismo en la denominada masacre de Badajoz donde las tropas franquistas se destacaron por su sadismo ejecutando a 4.000 personas, según el historiador Paul Preston. Fue jefe de la casa militar de Franco y entre otros altos cargos, procurador. El nombramiento de hijo adoptivo es de 1944. Fue uno de los 35 altos cargos del franquismo imputados en la causa que instruyó el juez Baltasar Garzón por crímenes del franquismo, pero ya había fallecido.
Otro merecedor de este honor también en 1944 ha sido Ramón Laporta Girón Jefe Provincial del Movimiento entre otros lugares, de Valencia. También fue consejero nacional y procurador en Cortes. Además partió como voluntario de la División Azul. En 1952 se concedió el título a Marcelino Olaechea, arzobispo de Valencia quien apoyó la Cruzada con estas palabras en agosto de 1937 en solemne procesión de rogativa a la Virgen del Rosario: “Vivimos una hora histórica en la que se ventilan los sagrados intereses de la Religión y de la Patria [..] Una contienda entre la civilización y la barbarie.” En octubre, en el transcurso de una misa de Falange celebrada en Pamplona el aniversario de su fundación, Olaechea proclamó su «cariño» a Falange «por ser obispo, por ser patriota y por ser amante del obrero». También es hijo adoptivo de Valencia por acuerdo de 1960, Maximiliano Lloret Gómez, fundador de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS).
Sublevados ilustres y ministros franquistas
Otro ejemplo es el de Antonio Barroso y Sánchez Guerra militar sublevado del que se conoce “bloqueó los esfuerzos iniciales del Gobierno republicano para adquirir armas en Francia”, fue ministro del Ejército y uno de los 59 procuradores que el 18 de noviembre de 1976 votaron en las Cortes Españolas en contra de la Ley para la Reforma Política que derogaba los Principios Fundamentales del Movimiento. Entre los hijos adoptivos se cuenta una larga lista de ministros franquistas como Camilo Alonso Vega, Jorge Vigón, Cirilo Cánovas, el principal teórico del nacional socialismo, José Luis de Arrese, Vicente Mortes Alfonso o el gobernador del banco de España Mariano Navarro Rubio. También figura en esta relación Jesús Posada Cacho, jefe provincial del Movimiento en Valencia y procurador franquista durante siete legislaturas de quien recuerda Matías Alonso “tiene una placa en Manises con el yugo y las flechas”.
Padrino del yernísimo y asesor de la familia
La lista es larga y de características muy parecidas hasta que comienza la democracia. Hay un caso especialmente llamativo que es el de José María Sanchiz Sancho, abogado, casado con Enriqueta Bordiú tío político materno y padrino de Cristóbal Martínez Bordiú, yernísimo del dictador. Parece que a Sanchiz le apodaban el Tío Pepe o el mago de El Pardo. Entró en el Consejo de Administración de la empresa Banús-Andalucía la Nueva. Cuentan que Pilar Franco le calificaba de “el ser más tortuoso de la creación” que decía que la voz popular le señalaba como el mago de las finanzas de la familia Franco y que tenía mucho predicamento con el dictador y su esposa.
La lista es larga y de características muy parecidas hasta que comienza la democracia. Hay un caso especialmente llamativo que es el de José María Sanchiz Sancho, abogado, casado con Enriqueta Bordiú tío político materno y padrino de Cristóbal Martínez Bordiú, yernísimo del dictador. Parece que a Sanchiz le apodaban el Tío Pepe o el mago de El Pardo. Entró en el Consejo de Administración de la empresa Banús-Andalucía la Nueva. Cuentan que Pilar Franco le calificaba de “el ser más tortuoso de la creación” que decía que la voz popular le señalaba como el mago de las finanzas de la familia Franco y que tenía mucho predicamento con el dictador y su esposa.
Las calles “de la cruzada”
Pero si sorprendentes son las historias de estas personalidades que se consideraron merecedoras de recibir honores, no menos interesantes son algunos ejemplos del callejero valenciano. En concreto hay un conjunto de vías en el polígono Antonio Rueda cuyas nominaciones corresponden a mártires de la cruzada, falangistas, muertos gloriosamente…en las filas de los sublevados. El expediente de concesión de los nombres de estas personas a este conjunto de calles data de 1972 y en él se da cumplida cuenta de los motivos de esta decisión municipal. Regía entonces el municipio un gobierno franquista. Sin embargo, en el año 2003, con el equipo de Rita Barberá ya al frente, el Ayuntamiento publicó un libro sobre la historia de las calles de Valencia y en sus páginas “se traducen” los iniciales datos del expediente de concesión, según señala la ARMH de Valencia.
Pero si sorprendentes son las historias de estas personalidades que se consideraron merecedoras de recibir honores, no menos interesantes son algunos ejemplos del callejero valenciano. En concreto hay un conjunto de vías en el polígono Antonio Rueda cuyas nominaciones corresponden a mártires de la cruzada, falangistas, muertos gloriosamente…en las filas de los sublevados. El expediente de concesión de los nombres de estas personas a este conjunto de calles data de 1972 y en él se da cumplida cuenta de los motivos de esta decisión municipal. Regía entonces el municipio un gobierno franquista. Sin embargo, en el año 2003, con el equipo de Rita Barberá ya al frente, el Ayuntamiento publicó un libro sobre la historia de las calles de Valencia y en sus páginas “se traducen” los iniciales datos del expediente de concesión, según señala la ARMH de Valencia.
La traducción municipal
Así, según sus documentos, en el expediente de 1972 Alfredo Culla, perteneció a Falange Española y fue detenido varias veces antes del alzamiento. Asesinado en 1936, sin embargo en el libro de 2003 la misma persona recibe este honor “por defender sus ideales”. Los ejemplos son continuos como el de Luciano Vilatela, miembro de Falange, hecho prisionero en Teruel, asesinado en 1938. En la publicación renovada del ayuntamiento la concesión de calle a su nombre figura también “por defender sus ideales”.
Ideales sin reconocimientoAsí, según sus documentos, en el expediente de 1972 Alfredo Culla, perteneció a Falange Española y fue detenido varias veces antes del alzamiento. Asesinado en 1936, sin embargo en el libro de 2003 la misma persona recibe este honor “por defender sus ideales”. Los ejemplos son continuos como el de Luciano Vilatela, miembro de Falange, hecho prisionero en Teruel, asesinado en 1938. En la publicación renovada del ayuntamiento la concesión de calle a su nombre figura también “por defender sus ideales”.
Un reconocimiento que no han tenido sin ir más lejos, las personas cuyos restos permanecen en la fosa del Ayuntamiento de Valencia que Rita Barberá ordenó excavar para hacer sitio y que ahora aguardan en revoltijo de calaveras y huesos tapados por una valla de las miradas, a que la historia también les haga justicia, como no dejan de reclamar sus familiares y la Asociación de recuperación de la memoria histórica. Ellos no pertenecieron al grupo sublevado, y también tenían ideales. A muchos no les dejaron defenderlos y por lo que parece, para algunos existe el deseo evidente de que nunca se conozca.
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