Ochenta años desde aquel 18 de julio en que un grupo de militares se sublevó contra un gobierno legítimamente constituido: el de la Segunda República Española.
Ochenta años después, y todavía hay quien sigue hablando de "alzamiento nacional", todavía hay quien intenta, en vano, justificar lo injustificable, ignorando la verdad de la historia, y repitiendo, una y otra vez, las mismas falacias con las que durante los cuarenta años de franquismo se adoctrinaba desde las escuelas y desde los púlpitos a la juventud de un pueblo oprimido y sojuzgado, silenciado a su pesar, dominado por el terror...
Durante esa larga noche de nuestra historia, en que el pueblo español permaneció sumido en el mayor de los retrasos, en que al pueblo, mayoritariamente, se negó el acceso a la cultura, en que la palabra Libertad permaneció proscrita, el sistema dejó todo tan atado y bien atado, que aún hoy, cuarenta años después de la muerte del dictador, continuamos de manera mayoritaria sumidos en el pozo de la incultura, en el desconocimiento de la historia, en la mayor de las abulias... Seguimos siendo una sociedad en que la mayoría de la población no lee, que no valora las manifestaciones artísticas, no conoce la cultura de la participación... seguimos siendo una sociedad corrupta, heredera de aquella corrupción asumida por todos en la época dorada del estraperlo, que adopta ahora otros modos, pero que parte de la misma base corrupta de la que aquélla partió...
No podemos seguir siendo herederos del franquismo, no podemos continuar con sus usos y sus modos. Es precisa una renovación, es necesaria una nueva ética, y para ello precisamos fundamentarnos en una nueva educación.
Desde las asociaciones de Memoria Histórica, cuyo objetivo primordial es la reivindicación de los principios de VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN, llevamos también a cabo una labor, una tarea de tipo educativo, un intento de redescubrimiento de la historia a aquellos sectores que la desconocen, y nos acusan, por ello, de querer reabrir heridas.
No, no podemos reabrir unas heridas que no se han llegado a cerrar; permanecen abiertas, y abiertas continuarán hasta que se haga justicia a las víctimas del franquismo, hasta que se repare jurídicamente el daño que se les ha hecho, y hasta que la verdad de los hechos no sea conocida por la totalidad de la sociedad española. Sólo a partir de entonces las heridas se podrán cerrar.
Hasta que se haga justicia compañeros. Salud y república!
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