Gerda Taro |
Este 25 de julio se recuerda la desaparición de esta fotoperiodista que puso su quehacer al servicio de la causa antifascista. Gerda (Gerta Pohorylle) había nacido en 1910 en el seno de una familia judía alemana en Stuttgart. Al llegar Hitler al poder tuvo que exiliarse a París, como tantos otros compatriotas.
Llegó a España en agosto de 1936 junto a su amigo el húngaro Endre Friedmann (Robert Capa) con el propósito de contribuir a frenar la barbarie fascista. Querían también dar a conocer al mundo, y exaltar, la lucha del pueblo español. Las fotos de ambos se centraron en la experiencia humana de la guerra, con una mayor sensibilidad en el caso de Gerda. Fue la primera fotógrafa de la historia fallecida en combate.
El 25 de julio de 1937, cuando cubría los últimos embates de la batalla de Brunete, cayó del estribo del coche en que iba subida y fue aplastada por un tanque republicano. Murió en la madrugada siguiente en una agonía terrible apenas mitigada por la poca morfina que había. Tenía solo 27 años. Su cuerpo descansa en el cementerio de Père Lachaise de Paris.
Milicianas (Foto Gerda Taro) |
Su memoria se evaporó muy pronto, a pesar de su gran valor humano y de la alta calidad de su trabajo. No sirvieron de mucho las palabras de Jaime Miravitlles, comisario de Propaganda de la Generalitat: “El reportero gráfico fue el 'soldado civil' de aquella guerra; la Leika, el aparato que hizo posible captar la verdad instantánea de la Vida y de la Muerte, y la dulce amiga de Capa, Gerda, la mártir inocente de aquella inmensa tragedia”. Tampoco los versos de Bertold Brecht:
...Pero a la vez serán ensalzados los que en el suelo se sentaban a escribir,los que se unieron a los de abajo,los que se unieron a los combatientesy los que informaron de los hechos de los combatientes,con arte, en el noble lenguajeantes reservadoa la glorificación de los reyes.
En su ciudad natal, Stuttgart, hay una placa memorial. En España ninguna. Terrible miseria de esta España desmemoriada bajo el pretexto de una falsa reconciliación. Hace 5 años la AABI hizo campaña para poner una calle a Gerda Taro en Villanueva de la Cañada, por cuyo término cayó. Se recogieron 5.000 firmas. Hubo una propuesta de los concejales socialistas y de IU. El Ayuntamiento del PP se negó.
Es una indignidad insoportable seguir resignados a este silencio culpable. Mientras tanto, recordemos a la antifascista valiente con el poema de Luis Pérez Infante
A Gerda Taro, muerta en el frente de Brunete
Si es verdad que caíste, camarada,
también es cierto que viviendo sigues
eterna juventud entre nosotros.
también es cierto que viviendo sigues
eterna juventud entre nosotros.
Lo mismo que la rosavista por la mañana en mayo un día, si luego la encontramos
muy lejos del rosal, pisoteada,perdura en el recuerdo lozanísima, así para nosotros, Gerda, eres.
A pesar de tu muerte y tus despojos, el oro viejo que tu pelo era,la fresca flor de tu sonrisa al viento y tu gracia al saltarburlándote a las balas,para grabar escenas de la lucha, nos dan aliento, Gerda, todavía.
En nuestra casa vives, no lo dudes; por todos los rincones siempre habitas; las paredes reflejan tu figura,y este dolor tan hondo que sentimos lo preside a diario tu presencia.
La guerra sigue igual, como la viste. Y en medio de esta muerte, esta ruina, más agudo que silban los obuses,más fuerte que la bomba en su estallido, te decimos con fe nuestra
esperanza:que puede más la flor con su hermosura.
Publicada en El Mono Azul, nº 28, el 12 de agosto de 1937
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