miércoles, 1 de mayo de 2013

Arturo Pajuelo un luchador ejemplar, asesinado el 1 de Mayo 1980

Arturo Pajuelo
1 Mayo 2013

Hace 33 años un grupo de vecinos de la asociación de Orcasitas quedábamos para ir al 1º de Mayo. Fuimos a manifestarnos con nuestras reivindicaciones, en el día de lucha de la clase trabajadora. Esa mañana hicimos casi todo el recorrido gritando consignas de unidad y de lucha contra los planes del gobierno y la patronal; en un ambiente alegre y fraternal. Arturo había escrito un artículo a propósito del 1º de mayo, contando: la problemática de los barrios en lucha y animando acudir a la movilización, junto a las empresas y la juventud en lucha.

Arturo y Mecha se despidieron de nosotros con abrazos a la altura de Atocha, porque Arturo tenía una celebración familiar inexcusable. Minutos más tarde en una calle cercana al recorrido se encontrarían con la mano asesina del fascismo. Arturo y Mecha quedarían heridos. Arturo lucho, como hizo en toda su vida desde adolescente y así hasta el último instante de su vida, mostró una vitalidad desbordante. Esa misma tarde, el barrio al conocer la noticia se levanto en pie, en Asamblea Permanente y no fue hasta la noche, que rotos de dolor y de rabia nos enteramos de la triste noticia de su pérdida.
No fue casual que fueran a por Arturo, porque querían acallar la voz de la persona más representativa de Orcasitas. Desde los tiempos del franquismo él trabajo por organizar y movilizar a los vecinos y vecinas y eso se sabía en todos los medios. Al principio, nuestra lucha solo fue en Orcasitas, pero luego llegaría a toda la periferia sur, y después, a los 35 barrios (todo Madrid) que lucharon por su Remodelación, arrancando victorias importantes al Ministerio de la Vivienda.
Los asesinos de Arturo quisieron vengarse de una dura lucha sostenida, y de unos representantes con una dignidad y una voluntad inquebrantables, ajenos a cualquier tipo de prebendas. Los asesinos lo hicieron porque intentaban poner de rodillas a un movimiento vecinal, que estaba luchando sin tregua, sin descanso ni titubeos por sus derechos.

Podemos recordar que Arturo era de familia numerosa, trabajador, joven, activo, simpático, alegre, creativo y cariñoso con los amigos y amigas, que le conocíamos y con todo el que se le acercaba. Lo era en el día a día, en el muro, de fiesta, en la fábrica, en la Asociación, en la asamblea en la iglesia o en las acciones de lucha, en todo momento se mostraba con toda su personalidad.
Arturo era un revolucionario ejemplar y en lucha permanentemente. No le era ajena ninguna injusticia. Era de esos, que el poeta Bertolt Becht diría que…son los imprescindibles.

Las palabras de Arturo era el espejo de las aspiraciones, ilusiones, voluntades e ideas de toda la vecindad de Orcasitas, y lo eran de forma natural, como si nos conociera a todos/as, uno a uno. Siempre era muy cercano y fiable a cualquier vecino o vecina, porque siempre sostenía con firmeza y con franqueza sus palabras y las apoyaba con la coherencia de sus hechos.
Él sabía mantenerse firmes ante los poderes establecidos, nunca bajo la guardia, ante ni las amenazas de los palos, ni ante los intentos de debilitar la lucha, por medio de la concesión de puestos o privilegios. El era un tío de esos, que uno se ha de fiar, porque destila honradez. De esos, que dan ejemplo con sus hechos y sus palabras alzándose ante las dificultades.

Hoy 33 años más tarde es una buena idea hacerle este homenaje, pero a Arturo no le tenemos que homenajear solo con la nostalgia, por su sacrificio y su entrega para con todos nosotros y nosotras en el pasado, sino para resaltar sus ideas y sus acciones, porque aun siguen teniendo total validez.

Hoy en día, “los mismos de siempre” pretenden que con nuestras vidas paguemos sus beneficios. Hoy tenemos una infinidad de problemas para conseguir una vivienda digna y muchos más para poder mantenerla.
¿Y qué diría Arturo ante esto? Bueno es saber, que él siempre pensó, que ante los problemas que nos acucian, la mejor salida es siempre la lucha colectiva. Y también nos diría, que no podemos luchar, sino trabajamos pacientemente, como él hizo, hablando con unas y con otras personas, vecinos/as, las horas que sean necesarias hasta conseguir organizarnos en los barrios, hasta crear un fuerte movimiento de vecinos/as, un amplio movimiento de la ciudadanía, un movimiento de base asambleario, de defensores de nuestros intereses.

Arturo siempre trabajo por la mayor unidad posible de las luchas, y se sintió orgulloso de sus ideas autogestionarias, socialista, asamblearias y sobre todo democráticas, desentendiéndose de puestos y poltronas. Siempre lucho para conseguir que el barrio fuese mejor, que la sociedad fuese mejor, en definitiva, que el mundo fuese mejor para vivir.

Hoy en día, como hace 33 años, el combate continúa, aunque tenga nuevas formas y diferentes obstáculos. Por eso para poder afrontar nuestros problemas cotidianos, nos ha de servir este homenaje a la personalidad y la lucha de Arturo Pajuelo, porque él era un buen ejemplo del luchador revolucionario.

Gracias, Arturo Pajuelo. Ni el barrio, ni nosotros, ni nosotras te vamos a olvidar.

1º de Mayo de 2013

Marcelino Fraile

Leyendo en la asamblea de Orcasitas el Comunicado de la Asociación de vecinos para la jornada de lucha por el asesinato de Arturo Pajuelo.

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