Guadalajara se sumó a la celebración, la pasada semana, del 68 aniversario de la victoria aliada
Homenaje en Guadalajara a las víctimas de los campos Nazis |
Nueva Alcarria, 13-05-2013
Tras el final de la Guerra Civil española, Guadalajara no dejó de sufrir por heridas de combate. No fueron pocos los guadalajareños que se vieron obligados a huir de España y se dieron de bruces con otra guerra, esta vez de calado global, que se polarizó en un rechazo al nazismo. Otros optaron, por su propia voluntad, por intentar acabar con el fascismo europeo, confiando de esta manera en que sería más fácil poner fin al régimen franquista que recién comenzaba en España. Sea como fuere, la Segunda Guerra Mundial tuvo importante repercusiones para la provincia de Guadalajara. En primer lugar, hay que recordar que Guadalajara era conocida en Europa por ser el escenario de la primera derrota del fascismo en el campo de batalla, y también fue una de las primeras ciudades europeas atacadas por la aviación nazi. El Foro por la Memoria recuerda que la luftwaffe alemana bombardeó no menos de 12 veces la ciudad entre 1936 y 1939.
“En homenaje a esa primera derrota del fascismo, el primer blindado que entró en París se llamaba Guadalajara, aunque ninguno de sus ocupantes procedían de la provincia”, cuenta Xulio García Bilbao, miembro del Foro. Precisamente ese blindado forma parte del logotipo del Foro por la Memoria de Guadalajara, junto a un texto en el que se recuerda que en agosto de 1944, la columna Dronne, de la 9ème Compagnie du III/RTM, de la Segunda División Blindada, también llamada División Leclerc, alcanzó el Hotel de Ville (el Ayuntamiento) y liberó París. La mayoría de los hombres de la Columna Dronne eran republicanos españoles. El primer blindado que entró en París se llamaba Guadalajara”. Sus tripulantes estaban al mando del teniente Amado Granell, valenciano, que detuvo al general nazi de París, Dietrich Hugo Hermann von Choltitz, y que hizo gran parte de la Guerra Civil en Guadalajara. “El general De Gaulle permitió que condujera este blindado por las calles de París”, apunta García Bilbao, matizando que éste era el tercer tanque con el nombre de Guadalajara, “porque los otros dos fueron destruidos o se estropearon en Normandía”.
Así las cosas, durante este mes de mayo se celebran homenajes por toda Europa para conmemorar el 68 aniversario de la victoria contra el nazismo, con fechas señaladas también para Guadalajara, como la liberación del campo de concentración de Mauthausen, el 5 de mayo de 1945, y la victoria el 8 de mayo.
Judíos, gitanos y españoles
A la animadversión de los nazis por judíos y gitanos se sumó también la de los españoles republicanos que se habían visto abocados al exilio. Esto hizo que fueran internados en campos de concentración, principalmente en los de Mauthausen y Gusen. Según datos del Foro por la Memoria, de los cerca de 7.000 guadalajareños que fueron víctimas directas de la represión franquista, muchos lograron exiliarse a México y Francia, pero también a otros países. Los que se quedaron en Europa se sumaron a las filas de los aliados y 119 acabaron siendo víctimas de la deportación a los campos de concentración nazis. “Hay dos listas de personas originarias de Guadalajara que fallecieron en estos campos, y que fueron aportadas en los juicios de Nuremberg. Una señala que fueron 85 los guadalajareños muertos y otra que eran 89, pero de cualquier forma es relevante el alto número de los que perdieron la vida en estos lugares”, cuenta Xulio García Bilbao.
Uno de los guadalajareños que formó parte de la lucha contra el nazismo a nivel europeo fue Manuel Razola, nacido en 1909 en Sacedón en el seno de una familia campesina. Tras luchar en las filas republicanas en la Guerra Civil, en 1939 pasó a Francia y allí fue internado en el campo de Setfonts. Detenido por los alemanes en la retirada, permaneció hasta abril de 1941 en un campo de prisioneros de guerra, para pasar posteriormente al campo de Mauthausen, donde tomó contacto con el resto de españoles internados y con la organización del Partido Comunista español en el campo. Tras su liberación fue nombrado secretario de la Asociación de Deportados Internados Españoles Antifascistas, y al fundarse la Federación Internacional de Deportados asumió la vicepresidencia de la misma. Todas sus vivencias en el campo fueron recogidas en el libro Triángulo azul: los republicanos españoles en Mauthausen 1940-1945, escrito junto a otro superviviente, Mariano C. Campo. Ese distintivo, como recuerdan en el Foro, era el que los nazis colocaban a los españoles internados en el campo para identificarlos como apátridas, “ya que el gobierno franquista español se desentendió de ellos”. El triángulo azul estaba rematado por la S de Spanier.
‘León’ en la clandestinidad
Emiliano Martínez-López, natural de Piqueras y conocido en la clandestinidad con el seudónimo de León, fue “uno de tantos” que cuando terminó la Guerra Civil y pasó a Francia fue reclutado forzosamente por el Gobierno de Paris en los Grupos de Trabajadores Extranjeros (GTE) para diversas tareas agrícolas o para la construcción de la línea Maginot. Xulio García Bilbao cuenta que León estuvo destinado a Saint Antoine, en el suroeste de Francia, hasta que en 1942, republicanos españoles de diferentes GTE se reagruparon militarmente para enfrentarse a la ocupación nazi. “Entonces entró a formar parte del 14 Cuerpo de Guerrilleros francés, que utilizaba el nombre de una formación del ejército republicano”, cuenta García Bilbao. León estaba al frente de una unidad de seis hombres, al igual que otros españoles, precisamente por la experiencia que tenían los republicanos para actuar en la clandestinidad por la persecución que habían sufrido por parta del régimen de Vichy. Su acción más importante se produjo en mayo de 1942, cuanto trató de sabotear, sin éxito, la línea de ferrocarril que comunicaba Donezac y Allasac, coincidiendo con un viaje en tren del mariscal Pétain. En 1943 ingresó en la escuela de mandos de Franc Tireurs et Partisans, principal brazo armado de la resistencia francesa, creado por el Partido Comunista Francés.
El guadalajareño de mayor rango militar que luchó por la victoria aliada en Europa fue Pedro Mateo Merino, natural del municipio de Humanes y fallecido el año 2000. “Pese a sus orígenes humildes llegó a ser teniente coronel del ejército republicano, y tras la guerra se marchó a Francia para pasar posteriormente a la Unión Soviética”, cuenta este miembro del Foro por la Memoria. Allí se graduó en Ciencias Económicas y en la Academia Militar Frunze, llegando a ser coronel en el ejército soviético, filas desde las que luchó contra los nazis. El Foro recuerda que en 1970 solicitó el regreso a España. “Pese a la primera negativa de las autoridades por ser coronel del Ejército soviético e instructor del Ejército cubano, logra su retorno”.
Éstos fueron algunos de los hombres que llevaron el nombre de Guadalajara a la guerra más importante que haya vivido la humanidad hasta ahora. Ellos pasaron a la historia por su valor y su lucha, aunque fueron más, muchos más. La mayoría perdieron su vida en el campo, ya fuera de batalla o de exterminio, como Marcial Valentín de Muduex, Justo Bartolomé de Urés, Victoriano Burgos de Loranca de Tajuña, José Cajal Gracia de Yebra, Donato Corral de Pastrana, Julián Durante de Heras de Ayuso… y así una larga lista que recoge el Foro por la Memoria. Y para dejar constancia de ello, ayer se celebró en el cementerio de Guadalajara una concentración bajo el nombre de Verdad, justicia y reparación. Para las víctimas del franquismo y del nazismo.
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