jueves, 20 de diciembre de 2012

Pepita Facerías Buisán

MAESTRA. FALLECIÓ EL DÍA 14 DE DICIEMBRE EN SARDAS (HUESCA), A LOS 100 AÑOS

 




Pepita Facerías Buisán, que fue maestra en el frente republicano, falleció el pasado viernes en la localidad oscense de Sardas a los 100 años. Estaba viuda y tenía 6 hijos, nietos y biznietos, entre otra familia. En 2010 protagonizó el I Consejo de Sabios de Graus, una iniciativa del ayuntamiento de esa localidad oscense que recuperaba así una figura ancestral. Junto a Enrique Satué, habló de la escuela en el medio rural.
Pepita Facerías.
Pepita Facerías Buisán
Pepita recordó entonces pasajes de su intensa vida. Nació en Bernabarre en 1912, estudió Magisterio y una vez terminada la carrera fue destinada a Marruecos. Allí estuvo algunos años hasta que, en plena Guerra Cvil, regresó a su pueblo, entonces bajo dominio republicano.
Según recordaba, daba clases en la oficina del Registro de la Propiedad, que se habilitó como escuela para niños de 4 a 6 años, a los que enseñó no solo a leer y escribir sino las más elementales normas de higiene y sanidad.
No estuvo mucho tiempo en Benabarre, pues un día apareció en el periódico un anuncio que decía: "Compañera Facerías, esperamos que mañana antes del mediodía estés en el Ayuntamiento de Estadilla para hacerte cargo de la educación de los niños del frente". Y allí se presentó, después de hacer el viaje en mulo. "Cuando llegué estaba muy intrigada, pero enseguida sospeché quién era el responsable de mi designación, el hombre más izquierdista y temible del pueblo, que era amigo de mis hermanos".
Rápidamente organizó la casa donde residirían los 40 niños a los que tenía que educar. Solo había dos baños, así que se las tuvo que ingeniar para que todos pudieran asearse. La proximidad de las tropas de Franco obligó a la evacuación precipitada de la colonia, hacia Barcelona y luego a Francia.
Antes de marchar, Pepita quiso despedirse de su madre y de su abuela, pero ya no tuvo tiempo de salir de Benabarre. Al terminar la contienda se reincorporó a su puesto en Marruecos. Destacaba que en las clases "había judíos, musulmanes y cristianos, pero no había ningún problema entre ellos, y cuando yo terminaba mi clase, entraba el rabino".

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