Asociación Memoria Histórica de Cartagena 1 Diciembre 2012
Después
de 5 años de promulgarse la Ley de la Memoria Histórica, en el año
2007, en la Ciudad y término Municipal de Cartagena subsiste aún
una serie de espacios públicos, como calles, plazas…. que
mantienen en sus fachadas nombres o símbolos del pasado franquista,
que ensalzan la dictadura…
Según
hemos contabilizado hay en nuestro término Municipal 35
calles, 2 bustos, 5 placas y 1 monumento
con estas características.
La retirada de dichos símbolos se ha convertido en una necesidad
moral y un imperativo legal.
En
estos símbolos están todavía presentes los nombres de
significativos personajes del régimen, que sostuvieron
ideológicamente el fascismo, o estuvieron implicados en la
sublevación golpista y en los crímenes cometidos, al amparo de la
dictadura, contra la población civil, que supuso una feroz represión
en Cartagena.
Bustos
como los del Almirante Bastarreche, que firmó en nuestra ciudad 48
penas de muerte y que, como comandante del crucero Canarias, ordenó
el ametrallamiento de las personas civiles que huían de las tropas
nacionales por la carretera de la costa de Málaga a Almería.
O
como el del General López Pinto, golpista que se sublevó en Cádiz.
En esa ciudad y pueblos limítrofes conocen muy bien a este asesino,
que también lo fue en Santander y Bilbao. El Ayuntamiento de
Cartagena aduce, para no quitar su busto, su condición de
cartagenero y hermano marrajo.
En
Santa Ana los nombres de las calles coinciden con los de los
generales Martín Alonso, Millán Astray, Orgaz, Solchaga, Valera,
Saliquet, Serrano… en definitiva, todos los golpistas.
En
la Aljorra, todavía existe una calle dedicada a José Antonio Primo
de Rivera, y otra al falangista Francisco Bernal, amén del monumento
dedicado a los caídos: El Yugo y las Flechas, símbolo que hace suyo
la Falange, los nazis españoles, los camisas azules, la mano negra
del régimen… aquellos que llevaron a la práctica la frase de su
fundador “No
hay más dialéctica admisible que la dialéctica de los puños y de
las pistolas”.
Entre
el 29 de abril de 1939 y el 13 de enero de 1945, fueron pasados por
las armas en Cartagena 176 compañeros/as, cuyas edades oscilaban
entre los 18 y los 82 años del compañero, Ceferino Ferrol.
En
muchos casos los fusilados eran verdaderos cadáveres andantes, a los
que incluso había que sentar en una silla para su ejecución, debido
a las pésimas condiciones de vida y las torturas que habían sufrido
en las cárceles de Cartagena.
Cientos
de compañeras fueron vejadas (corte de pelo, paseo en cueros por
la ciudad,
aceite de ricino…) y/o violadas.
Muchos
niños fueron secuestrados y entregados a otras familias.
Según
los últimos estudios, realizados por las asociaciones de la Memoria
Histórica, el 98% de estos hechos, fueron llevados a cabo por
miembros de la Falange, cuyos símbolos fueron lo último que vieron
muchos de los ejecutados.
Los
símbolos franquistas son mucho más que símbolo
del pasado, son
también signos
del presente,
como viva representación de la permanencia en nuestro país de ideas
trasnochadas, heredadas por organizaciones y partidos políticos
presentes en el parlamento y en la vida pública española,
justificadores y defensores de los símbolos de un régimen criminal.
LOS SÍMBOLOS
FRANQUISTAS SOLO SON DEFENDIDOS POR LOS FRANQUISTAS.
Ningún
país con honor mantiene los símbolos de sus dictadores y asesinos
una vez que el Tiempo y la Historia han colocado las cosas en su
sitio.
Los
demócratas cartageneros, independientemente de su ideología, deben
comportarse como ciudadanos europeos, haciendo lo que los habitantes
de los demás países han hecho, eliminar de la vía pública
cualquier vestigio que honre la etapa más vergonzosa de nuestro
pasado.
Por
todo ello proponemos al Ayuntamiento que se inicie el procedimiento
para la eliminación total de la simbología que ensalza la
dictadura, aún existente en el municipio de Cartagena. Que
se constituya una comisión formada por todos los grupos municipales,
para que en el plazo de 2 meses se elabore una propuesta, para
revocar menciones, distinciones, medallas y otros méritos así como
la retirada inmediata de monumentos, placas y bustos, de las calles y
plazas de nuestro municipio, y elabore una lista alternativa de los
nuevos nombres.
Tenemos
muy claro que no vamos a dejar de movilizarnos una y otra vez, hasta
que consigamos sensibilizar a quienes pueden y deben tomar dichas
decisiones.
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