Clemente Bernad |
laopinióncoruña.es, - 4 mayo 2012
“Una exhumación es un espacio muy particular. No hay un guión establecido y pasa de todo: hay gente que llora mucho, gente que se ríe mucho… Está todo a flor de piel. Claro que te afecta”
Se ha pasado los últimos nueve años de su vida viajando por toda España fotografiando los trabajos de localización, identificación y exhumación de fosas comunes de la guerra civil española. Con todo ese material Clemente Bernad ha puesto en marcha un proyecto audiovisual que hoy presenta en A Coruña y que consta de dos partes que se complementan. La primera es un libro, ‘Desvelados’, con 125 fotografías en blanco y negro; la segunda, un documental titulado ‘Morir de sueño
El fotógrafo y cineasta navarro Clemente Bernad presenta hoy en la Fundación Paideia su proyecto Donde habita el recuerdo, un recorrido audiovisual sobre los trabajos de exhumación de fosas comunes de la Guerra Civil que se han realizado desde el año 2000.
-¿Cuál es el momento en el que se le enciende la luz?
-Fue en el año 2000 cuando se exhuma la primera fosa con métodos científicos en España. Me entero por la prensa de que se está haciendo y de que se está haciendo con ese método científico que es el que cambia completamente el significado del trabajo.
-¿Pero no era la primera vez que se hacían exhumaciones?
-Después de la muerte de Franco ya se exhumaron muchas fosas en muchos lugares de España, pero las exhumaban los familiares con mucha rabia, con las propias manos. Aquellas exhumaciones no lograban romper el silencio, ese silencio que es lo que contamina o empapa todo mi trabajo.
-Pero desde 2000 todo cambió.
-Al involucrarse equipos forenses, arqueólogos, antropólogos, equipos científicos… se conseguía dar ese paso de lo privado, lo oculto, a lo público, a lo visible. Y entonces sentí que me atraía tremendamente. Y quería contarlo porque el silencio es el eje de toda esta historia. Y creo que un fotógrafo documentalista como yo puede contribuir a romper este muro del silencio con mis fotos, es decir, contando la historia.
-El proyecto es un libro y un cortometraje. ¿Qué fue primero?
-El proyecto, en principio, son fotografías que las hago durante nueve años. Y el pasado año decidí darle forma de libro. Y no lo hago solo sino que me hago acompañar por un montón de gente.
-¿Y eso?
-Una de las cosas que he pretendido es luchar contras las versiones oficiales, contra los discursos únicos. Creo que contra esa versión franquista lo mejor es responder con muchas voces, con un discurso variado polifónico y multicolor. Por eso decidimos hacer el libro con discursos de antropólogos, forenses, literatos, poetas… con muchas voces que se opongan a la versión oficial. El primer trabajo es el fotográfico, que se cristaliza en forma de libro, y el documental es el colofón al libro. El documental se hace íntegramente durante 2011.
-¿Creo que tuvo problemas para publicar el libro?
-Al principio lo iba a editar una editorial potente de Madrid. Se diseñó todo el libro, se hicieron los textos, se maquetó… Estaba a punto de imprimirse y entonces la editorial se echó para atrás. No sabemos muy bien las razones, pero dijeron que había algún texto con el que políticamente no estaban de acuerdo. Al final nos vimos obligados a editarlo casi nosotros y se puede decir que es una autoedición.
-El silencio es el hilo argumental de toda esta historia que quiere contar.
-Para mí el silencio es lo que impregna todo y nuestra reacción al autoeditarlo es seguir colaborando a romper ese silencio, porque sino todo iba a seguir igual: el libro no sale, las fotos no se ven, los textos no se leen…
-Dice que es una historia que habla de sufrimiento, de olvido, de horror, de silencio, de miedo, de odio y de muerte.
¿No hay nada positivo en todo esto?
-Es complicado, porque es algo que te toca muy de cerca, y eso que no tengo familiares directos a los que les haya pasado. Pero es algo a lo que yo ya estaba preparado emocionalmente para responder con un discurso documental.
-Porque no hay que olvidar que estamos hablando de exhumaciones de restos humanos.
-Al final una exhumación es un espacio muy particular. No hay un guión establecido y pasa de todo: hay gente que llora mucho, gente que se ríe mucho… Está todo a flor de piel.
Claro que te afecta. La forma de responder es una elección lingüística como fotógrafo. Al final lo que me planteé es cómo responder a todo ese horror con fotos… cómo mostrar todo ese sufrimiento, todo esa muerte con fotos.
-¿Y cómo lo muestra?
-Cuando abres una fosa lo que hay son huesos y hay, los periodistas y los fotógrafos lo sabemos, como una especie de superioridad moral cuando ocultas el sufrimiento. Como elegir un camino indirecto para tratar de evitarlo. En este caso, traté de mostrarlo. Y conectándolo con el silencio que hablamos antes. Porque es la primera vez que se ven estas fosas en España. Era necesario ver esos huesos por muy desagradables que sean y por muy cerca que te pongan el agujero de bala creo que era necesario verlo.
-Entonces mereció la pena el esfuerzo de nueve años de trabajo, el dolor de estar delante de las fosas…
-Era necesario estar y contarlo en cualquier condición. Es casi una obligación. Pero no para mí, sino para todos. Todo esto nos habla de algo que pasó hace 75 años, pero a mí lo que también me interesa es lo que está pasando ahora. Toda esa cantidad de personas que hay en las fosas. Y eso hay que contarlo. Porque habla de nosotros mismos y es fundamental contarlo para romper el silencio.
http://www.laopinioncoruna.es/galicia/2012/05/03/clemente-bernad-obligacion-contar-historia-fosas-comunes-franquistas/604942.html
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