sábado, 5 de mayo de 2012

Los bisnietos retoman la memoria

Varias generaciones recuerdan a los fusilados en los Pozos de Caudé (Teruel)


Dos generaciones, Amelia y Pablo, ayer en los Pozos de Caudé. DIARIO DE TERUEL
Diario de Teruel 2 Mayo 2012

La memoria no es cosa del pasado, sino del presente y del futuro, por más que haya quienes deseen enterrarla para dar paso al olvido. Los Pozos de Caudé protagonizaron ayer un año más el propósito de mantener vivo el recuerdo de quienes fueron víctimas del franquismo, y entre los asistentes a los actos programados había varias generaciones, desde el veterano que sufrió en su piel la represión hasta los descendientes de desaparecidos que se preguntan por qué los mataron. Unos y otros dejaron claro que el recuerdo no va a desaparecer y que la cuestión de la memoria está ya en manos de nietos y bisnietos.
Los Pozos de Caudé cerraron ayer las VIII Jornadas sobre la memoria histórica celebradas durante toda la semana pasada con una serie de actos que incluyeron los tradicionales homenajes a los fusilados republicanos, incluido el que hacen todos los años los sindicatos CCOO y UGT, junto a lecturas de manifiestos, un recital poético en recuerdo de Ildefonso Manuel Gil en el centenario de su nacimiento y la presentación de nuevos testimonios en vídeo sobre la represión grabados por Santiago Navarro y Francisco Sánchez.
A José Soler, pese a sus 97 años de edad y el hecho de residir en Valencia, no le faltan fuerzas para seguir acudiendo el 1 de mayo a los Pozos de Caudé, donde fueron fusilados sus padres en 1936. Es el más veterano de quienes acuden desde hace décadas a este lugar para recordar a las víctimas de la represión franquista, y a los que se siguen sumando nuevas generaciones como Pablo Játiva, de 20 años, que era la primera vez que lo hacía un 1 de mayo.
A los Pozos de Caudé fueron arrojados los padres de Soler y el bisabuelo y el tío abuelo de Játiva. Soler vivió en primera persona aquellos años, puesto que contaba con 21 años cuando se produjo el golpe de Estado de 1936. Su padre era conserje de la Sociedad Obrera Agrícola de Cella y eso fue suficiente para que lo asesinaran junto a su esposa. El hijo pasó a la zona republicana porque como cuenta, “sospechaba lo que iban a hacer” los falangistas.

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