Ernesto Cruzado Catalán 2012
En este año 2012, en el que se han
celebrado diversas efemérides, hay una que no quisiera dejar sin
recordar el 73 aniversario de uno de los hechos, considerado una
verdadera tragedía histórica, y que fue el exilio republicano de 1939
que provocó un desplazamiento masivo de población tras la derrota
sufrida por la II República española, con un gobierno legítimamente
constituido tras las elecciones democráticas de febrero de 1936, contra
el que se produjo un golpe de estado militar apoyado por el nazismo de Hitler y el fascismo de Mussolini. Como resultado de ello, se instauró una dictadura encarnada por Francisco Franco
quien emprendió una feroz y sangrienta represión en una postguerra que
duraría hasta los años cincuenta. Aunque la pretensión es simplemente
dar una visión general, muy esquematizada, va a requerir una entrada
demasiado larga para ser publicada de una sola vez, por lo qué, al igual
que hice con el tema de los moriscos lo dividire en varias partes,
comprometiéndome a irlas publicando semanalmente. Comenzaré con la
marcha al exilio y la llegada a Francia. Al final de la serie citaré las
fuentes utilizadas y la bibliografía consultada.
La salida de los republicanos de España y su marcha al exilio no se produjo en un único momento y de una sola vez. Los flujos de población se fueron realizando prácticamente desde los primeros meses de la guerra, y su detonante no fue otro que la violencia sufrida por la población civil en la brutal represión ejercida por los nacionales en las zonas conquistadas. Podemos señalar cuatro oleadas de emigración, de volumen desigual y en diferentes momentos:
- Verano de 1936: Con la toma del País Vasco, apenas un mes después del estallido de la contienda, marcharon a Francia entre 15.000 y 20.000 personasEste movimiento migratorio fue provisional, de hecho los paisanos civiles vascos que salieron después de la toma de Irún, regresaron en su mayoría un mes después; los militares acabarían reincorporándose al Ejército republicano.
- Junio de 1937: A partir del mes de mayo de 1937 el mayor centro de la guerra es el frente Norte y su desplome ocasionaría otro gran importante movimiento de población. Se calcula que serían unos 135.000 los españoles camino del exilio.
- Primavera 1938: La ocupación del Alto Aragón por los franquistas se producirá un tercer flujo de alrededor de 25.000 personas, y así a finales de 1938 el número de refugiados españoles puede estimarse en más de 40.000, entre los que se encontraban muchos niños.
- El gran éxodo de 1939: La cuarta oleada de refugiados fue la más importante y comienza con la retirada que se va a producir después de la caída de Cataluña a finales de enero de 1939. Buscan refugio en Francia no sólo los soldados derrotados del ejército regular sino también los civiles amenazados por la venganza de los vencedores. Barcelona cae el día 26 de enero y comienza el éxodo de miles de personas pero la frontera francesa se encuentra cerrada y no se abrirá hasta el día 28 y sólo para las mujeres y los niños y, tres días después para los heridos. El 5 de febrero finalmente se autoriza la entrada de las tropas republicanas, cruzando la frontera el presidente de la República, Azaña, y los presidentes de la Generalitat y Euskadi, Companys y Aguirre. La última evacuación de la guerra se producirá en el mes de marzo, tras la ocupación franquista de la zona central, y se realizará desde la costa levantina por vía marítima.
Exposición “Los niños de la guerra” (UGT.es) |
2. Llegada a Francia
Nada más pasar a Francia, los españoles
eran agrupados en campos de selección. Se producían entonces las
separaciones familiares. La mayoría de las mujeres y niños eran
conducidos en camiones o trenes hacia distintos pueblos del
interior de Francia donde eran alojados en improvisados refugios. Una
parte acabaron en los campos de la arena. Muchas, desesperadas por
las condiciones en las que se encontraban, claudicaron ante las
presiones que ejercía el gobierno francés para que retornaran a
España. Junto a este deseo de fomentar el retorno a España, el gobierno
francés trató de alentar la reemigración a terceros países. En los
primeros momentos del éxodo, los republicanos españoles resultaban unos
elementos gravosos y molestos. Más tarde se vería su utilidad, sobre
todo en el caso de los hombres.
El 14 de abril de 1938 llega al poder en Francia el nuevo Gobierno de Daladier.
Marcadas por la xenofobia imperante y de las repetidas llegadas de
refugiados, se adoptaron una serie de disposiciones legislativas y
reglamentarias con objeto de controlar, vigilar y reprimir a los
extranjeros. Entre otras cosas, estas normas, en razón de “la preocupación por la seguridad nacional, por la economía general del país y por la conservación del orden público”, se distingue entre el extranjero de buena fe y el considerado “indigno de permanecer en nuestro suelo”.
Para un eficaz control, el ministro de Interior podía poner en arresto
domiciliario a cualquier extranjero, siendo potestad de los prefectos
prorrogar o negar la validez del visado para los extranjeros. Este
último sólo era otorgado para un departamento preciso, a excepción de
los departamentos fronterizo.
Argeles-sur-Mer (Francia, 1939) |
Llegada de familias de refugiados (sitevoila.fr/españa) |
En cuanto a la prensa, siguió la misma división de opiniones mantenida durante el tiempo de guerra. Los periódicos de izquierda, como Le Populaire, L’Humanité o Ce Soir, partidarios de la República española, pedían que se acogiera dignamente a “los luchadores de la libertad” y hablaban de la “España mártir camino del exilio”, haciéndose eco de la llamada lanzada por diversas personalidades como François Mauriac, Henri Bergson, Jacques Maritain, Paul Valery y otros, pidiendo ayuda para la atroz miseria de la población española, obligada a retroceder hacia las fronteras. Por su parte, los periódicos conservadores y de la derecha tradicional, Le Petit Parisien, Le Matin, L’Epoque o Le Jour, criticaban a los republicanos hablando de “la invasión de los refugiados”, los “restos del ejército rojo” o “las ruinas humanas”.
Ernesto Cruzado Catalán
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