Floren Dimas Marzo 2012 Aunque es posible que os llegase por varías vías, os adjunto como archivo el texto de la sentencia absolutoria al juez Garzón, por el caso de la investigación de los crímenes franquistas. Sentencia íntegra (PDF) http://ep00.epimg.net/descargables/2012/02/27/c38da9aeed611d25e02b591d615891a5.pdfAnteayer
Pese a lo que muchos auguraban, el desarrollo
del proceso no ha deparado sorpresa alguna. El Equipo Nizkor predijo con
impecable exactitud, lo que finalmente ha sucedido. La sentencia y las
posteriores declaraciones del CGPJ, han certificado el modelo español de impunidad. Tal como lo ha venido vaticinado el Equipo Nizkor. Véase al respecto este comunicado de 2010:
ANÁLISIS DEL ESTADO DE LA CUSTIÓN EN ESTOS MOMENTOS
El lunes pasado, el Consejo General del
Poder Judicial, ha hecho público una declaración en donde, al tiempo
que comenta su conformidad con la sentencia absolutoria, señala
literalmente a la Ley de la Memoria Histórica (LMH) como el marco
jurídico, en donde resolver las reparaciones derivadas de los crímenes
franquistas, los desaparecidos y las exhumaciones de las fosas comunes;
es decir, que excluye la vía judicial como resolver los crímenes franquistas.
¿Qué quiere decir esto? Sencillamente,
que no se pueden perseguir los crímenes del franquismo, en ninguna
instancia judicial española. Ni más ni menos.
De forma clara y sin ningún resquicio de duda,
la sentencia y el propio CGPJ, declara a la Ley de la Memoria
Histórica, como una ley subsidiaria de la Ley de Amnistía de 1977, de
tal forma, que el bonomio jurídico representando por ambas leyes,
constituye un muro fortificado de impunidad. Dicha estrategia de
impunidad, fue creada por el gobierno del PP (al verse obligado a
introducir en el Código Penal el art. 607.bis -calificación y penalización de los crímenes de lesa humanidad-,
pero sin otorgarle a su aplicación efectos retroactivos), y por el
posterior gobieno socialista, al promulgar la Ley de la Memoria
Histórica.
El propio Consejo Supremo del Poder Judicial,
ha sido finalmente el que acaba de reconocer públicamente, que la Ley de
la Memoria agota todas las vías reivindicativas de justicia,
en relación con los crímenes franquistas, consagrándola como una ley de
impunidad y de punto final. Absténganse por tanto, quienes barajan
todavía recurrir al Tribunal Supremo o el Constitucional.
Lo decíamos, antes incluso, de que se aprobase
la LMH: la batalla hay que librarla ante el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos, en Estrasburgo. Los destinatarios más veteranos de
mis mensajes lo recordarán.
Floren Dimas. (Investigador) AGE |
sábado, 24 de marzo de 2012
Certificando la impunidad española
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