miércoles, 9 de mayo de 2012

FERNANDA CASADO MALSIPICA (19-02-1940)

 

Fernanda Casado Malsipica
Hace unos días tuve el placer de conocer al hijo de Fernanda Casado Malsipica, Enrique Magán, gracias a Fernando Hernández que me facilitó su teléfono para intentar, entre todos, echarle una mano en su búsqueda.
Enrique no tiene datos de su padre, pero le han jugado una mala pasada con el apellido. Sí sabe que su madre (22 años) y su tía Concha Casado Malsipica (36 años), fueron fusiladas en las tapias del cementerio del Este el 19 de febrero de 1940, junto a otras quince personas, entras las que se encuentran Hilario Guadaño de Pablo, Carlos Fernández Andrés, Mariano Arias Crespo y Antonia Torres Llera (la jóven de la JSU que habría sido la rosa número catorce del 5 de agosto de 1939 de no ser por un error en el listado de su saca).
Enrique tampoco sabía que el mismo 19 de febrero fue fusilado otro Casado Malsipica, Benigno, pero sí que con apenas dos meses él mismo fue lanzado violentamente contra un sofá en la comisaría donde estaban torturando y golpeando salvajemente a su tía y a su madre, de cuyos brazos le arrabataron, según testimonio del que fuera Secretarío General de la UGT, José Rodríguez Vega, al coincidir en la misma comisaría, que también recoge Fernando Hernández en su libro "Mujeres encarceladas...":

 "unos gritos desgarradores nos paralizaron: salían de las gargantas de las dos mujeres, una de las cuales (Fernanda) tenía un niño de pocos meses. A juzgar por sus gritos de dolor, estaban siendo cruelmente maltratadas. Poco después aparecieron las dos muchachas con las ropas destrozadas y señales en sus brazos y en su cara de los golpes que habían recibido. Al objeto de que tuvieramos una idea de como habían sido tratadas, referían en la habitación inmediata a los guardias que se encontraban destacados a su custodia y a la nustra, lo que les había ocurrido. Las apalearon hasta dejar a una de ellas sin sentido y al niño de Concha (en realidad, de Fernanda) lo lanzaron violentamente después de arrebatárselo a la madre, contra un sofá. Nosotros habíamos sentido, efectivamente, el llanto del niño al mismo tiempo que los gritos de espanto de la madre".
Fernanda (la pequeña) y Concha (la mayor), hijas del veterinario de un pueblo de Madrid, que aparecen en la foto junto a su madre, fueron fusiladas sin haber cometido más delito que el de figurar en los servicios de cocina y la limpieza en un local destinado a hospital ocupado por una organización libertaria.

Enrique, que ahora tiene 78 años, se salvó gracias a que fue reclamado por su abuela, que lo sacó de la prisión de Ventas y fue alimentado a pecho por una matrona de pago en un pueblo de Guadalajara. Luego estuvo en la Inclusa Colegio de La Paz e interno en el colegio San Fernando.
Ahora, gracias a que está investigando sobre cuál es su verdadero apellido (Magán, Margarín o Margarit) para poder solicitar una indemnización, hemos podido rescatar estos datos y estas imágenes de una familia aniquilada por la represión franquista.

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