lunes 20 de junio de 2011
Y como
la vida pasa, los protagonistas de aquella crueldad se van marchando.
Setenta años más tarde, su presencia se resiente en el alto. Ayer
participaron en el acto: Luis Ortiz Alfau, de Bilbao, de 95 años, que
vivió en su piel dos de trabajos forzados. Marce Melgar, compañera de
José Luis Múgica, del mismo batallón que Luis, recién cumplidos los 94.
De la Asociación de familiares de Fusilados y Desaparecidos de Navarra
acudió Josefina Lamberto, a quien la guerra le arrebató a su padre y a
su hermana, Maravillas, en Larraga, en 1936.
Para
todos ellos los sonidos del txistu de Santi Begiristain y Kepa Vales,
las notas amigas de Xabier Barriola y del cantautor, Fermín Valencia,
cuya potente voz se quebró, tal vez por el recuerdo del amigo y la
presencia de Josefina Lamberto. Ayer en el alto de Igal, ante unas
trescientas personas, se escucharon también saludos internacionales,
desde Colombia; de Cataluña se oyó la voz de familiares de Pepe Barajas,
del Colectiu Republicá del Baix Llobregat, representantes de la
plataforma, Lau Haizetara Gogoan, del Autobús de la Memoria, al
bertsolari, Aimar Karrika, y la lectura del comunicado de Memoriaren
Bideak, a cargo de Amaia Larumbe y José Mari Jimeno, en el que
denunciaron la represión sufrida , la falsa democracia y expresaron el
rechazo a la monarquía, sin olvidar la importante labor de los amigos,
Juantxo y Álvaro. A continuación, se hizo entrega a Ana Barrena,
compañera de García de Azilu, una escultura de Joseba Burusko, en nombre
de Memoriaren Bideak y Hutsarte.
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