Gabilondo reclamó a la Academia una rectificación inmediata de las reseñas escritas sin rigor científico
TEREIXA CONSTENLA – Madrid – 11/06/2011
Otra semana de espera. En la reunión de ayer la Real Academia de la
Historia (RAH) aplazó la decisión sobre la creación de una comisión para
revisar, rectificar o enriquecer -todavía no está claro que visión
prosperará- el Diccionario Biográfico Español, una obra impulsada con la
idea de convertirse en la gran contribución de la institución a la
historiografía española y que lleva camino de quedar sepultada bajo la
sospecha por la falta de rigor científico de algunas notables reseñas
(se incluyen 43.000 en total en cuya elaboración han participado más de
5.000 autores).
El aplazamiento obedece a una petición del director de la RAH,
Gonzalo Anes, que se reunirá el próximo lunes con el ministro de
Educación, Ángel Gabilondo, para tratar de zanjar la crisis abierta tras
la difusión de algunas biografías como la de Franco -escrita por un
admirador del franquismo, el historiador Luis Suárez-, la de Escrivá de
Balaguer -también obra del anterior y donde se achaca a Dios la
inspiración para montar el Opus Dei- o la de otros destacados militares
golpistas, reseñados con un sesgo ideológico evidente. La dirección de
la Academia ha esgrimido en los últimos días otros textos donde se
describen episodios de tortura y represión durante la dictadura de
Franco para tratar de contrarrestar las críticas.
Gabilondo reclamó a la Academia una rectificación inmediata de las
reseñas escritas sin rigor científico durante la última sesión de
control al Gobierno, en respuesta a dos preguntas formuladas por IU y
PNV. Pero la mayoría de la RAH, compuesta por 36 miembros, se opone a
una rectificación que consideran un ejercicio de censura sobre los
autores. Solo algunas voces (Miguel Artola, Josefina Gómez, Feliciano
Barrios y Luis Antonio Ribot) abogan por rectificar los errores.
A esta posición minoritaria se ha sumado también el académico Carlos
Martínez Shaw, catedrático de Historia Moderna de la UNED, que no había
asistido a la sesión de la semana anterior y que rehúsa participar en
una comisión “cosmética” para limpiar la imagen del Diccionario.
“Ha faltado un comité de edición que asumiera la asignación de voces y
el control del contenido imparcial de las mismas. Algunas voces
estratégicas han sido redactadas por personas que no tenían suficiente
competencia en la materia y además estaban muy connotadas política,
ideológica o religiosamente”. El resultado de esto, explica, es que
algunas reseñas “no son objetivas ni se ajustan a la investigación
reciente en la materia”. Incluso sin pretenderlo, precisa el académico,
“la obra hiere muchas sensibilidades”.
http://www.elpais.com/articulo/cultura/Angel/Gabilondo/cita/Gonzalo/Anes/resolver/crisis/Diccionario/elpepicul/20110611elpepicul_2/Tes
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