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| Lágrimas en la inauguración del panteón en la mayor fosa común de España | 
EFE – MÁLAGA – 11/01/2014 
La emoción a
 duras penas contenida y las lágrimas de los familiares han marcado hoy 
el acto de inauguración del panteón que recuerda a los fusilados en el 
mayor conjunto de fosas comunes de la Guerra Civil y el franquismo 
hallado en España, en el antiguo cementerio de San Rafael de Málaga.
El monumento
 es una pirámide de mármol de ocho metros de altura que contiene los 
restos de 2.880 cuerpos recuperados en las excavaciones desarrolladas en
 la zona durante tres años, y en cuya superficie se han grabado los 
nombres de las más de 4.400 víctimas que se han documentado en este 
periodo.
“Se puede 
morir por las ideas, pero nunca matar por ellas. La ciudad de Málaga en 
memoria de aquellos que perdieron su vida en defensa de la libertad y la
 democracia, cuyos restos reposan en este panteón y otros lugares”, reza
 el lema que corona la pirámide, que culmina once años de esfuerzos de 
la Asociación contra el Silencio y el Olvido y por la Recuperación de la
 Memoria Histórica.
Su 
presidente honorario, Francisco Espinosa, ha recordado testimonios 
aportados por familiares, como el del hombre que, después de ser 
confundido con su hermano, murió de un ataque al corazón cuando era 
conducido en furgoneta al lugar del fusilamiento.
Otro hombre,
 guardia civil, pidió en una carta a su esposa que le enviara su 
uniforme de gala para morir vestido con él, aunque no pudieron 
entregárselo, y otro, carabinero, volvió a Málaga con la promesa de que 
quienes no tuvieran las manos manchadas de sangre no serían condenados, 
pero también fue fusilado.
Dos hermanas
 de Antequera, Remedios, de 74 años, y Josefa, de 78, separadas en 
aquellos momentos por los acontecimientos, han podido conocerse hace 
pocos días y abrazarse, ha relatado Espinosa, que ha destacado que los 
familiares no tienen “odio, rencor ni deseo de revanchismo, sólo dolor y
 amor por los familiares ausentes”.
El consejero
 andaluz de Turismo y Comercio, Rafael Rodríguez, ha reclamado en su 
intervención un banco público de ADN para identificar al mayor número 
posible de víctimas y que “el poder judicial y el Estado asuman la 
doctrina internacional sobre crímenes contra la Humanidad y declaren el 
genocidio malagueño como crimen que no debe prescribir nunca”.
Por su 
parte, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre (PP), ha resaltado, 
entre gritos de protesta y silbidos de algunos asistentes, que “lo que 
ocurrió hace 78 años debe servir a todos para encontrar espacios de 
convivencia, diálogo y encuentro” y ha recordado que “hay una 
Constitución de la concordia en España”, que se consiguió “en una etapa 
difícil, la transición”.
Entre el 
público se encontraba el hispanista Ian Gibson, quien ha considerado 
“una obligación” estar en el acto, porque “lo conseguido en Málaga es un
 ejemplo para todo el país”.
“La mayoría 
de mis colegas hispanistas están en sus cátedras de Edimburgo o 
Australia, pero como yo vivo aquí y tengo la nacionalidad española, y 
tenía que venir”, ha dicho a los periodistas Gibson, que ha pedido “que 
España tenga una derecha moderada, razonable y dialogante, y el alcalde 
de Málaga da un buen ejemplo”.
A su juicio,
 “no se puede seguir con 130.000 muertos en las cunetas, porque un país 
no se puede permitir ese lujo”, y “si no se afronta el tema de las 
cunetas no podrá haber reconciliación”, porque “culpar a los que quieren
 eso de remover heridas es una calumnia atroz”.
 
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