300 investigadores piden al Gobierno que desbloquee de inmediato el
acceso a la documentación diplomática española de carácter histórico y
que desclasifique los 10.000 documentos militares de los años 1936 a
1968
Voluntarios nacionalistas entran en Zamora brazo en alto, siendo correspondidos del mismo modo por los que les recibían en la calle, en fecha no determinada del verano de 1936. EFE
ALEJANDRO TORRÚS Madrid 12/07/2013
España tampoco es lugar para historiadores. El Ministerio de Asuntos
Exteriores y de Cooperación mantiene clasificada como "secreta" y
"reservada" desde 2010 la práctica totalidad de su documentación
incluyendo los fondos históricos de su archivo compuestos por papeles
diplomáticos del siglo XV al XX, mientras que el Ministerio de Defensa
canceló en mayo de 2012 1a publicación de 10.000 documentos que estaban
listos para su desclasificación.
La conclusión es contundente: "En España es imposible, a día de hoy,
llevar a cabo una investigación histórica completa que tenga en cuenta
algún aspecto internacional", señala a Público David Jorge, investigador
y profesor de la Universidad de Wesleyan (Connecticut)
"Es una cuestión de salud democrática", denuncia el investigador David Jorge
En términos prácticos, el Estado español impide a los profesionales de
la investigación histórica realizar investigaciones de temáticas tan
diversas como la represión franquista, las negociaciones para la
liberación de los españoles secuestrados en Malí y Somalia, las
relaciones entre la dictadura de Primo de Rivera y la Sociedad de
Naciones o la política del Protectorado español en Marruecos. "Es una cuestión de salud democrática . Me pregunto a qué tiene miedo el Estado para impedir la investigación", incide David Jorge.
La situación se hace más dramática cuando se compara a España con los
países de su alrededor. Ningún otro país ha bloqueado el acceso a
documentación histórica que data de los siglos XVI al XX. Una decisión
que ha motivado graves problemas en numerosas investigaciones históricas
(muchas de ellas financiadas, paradójicamente, con dinero público),
pero que también atenta, asegura David Jorge, contra "los principios de
transparencia" que se le presuponen a un Estado democrático de derecho.
300 investigadores exigen al Gobierno que se desbloquee el acceso a la documentación diplomática española de carácter histórico
Para pedir el fin de esta situación de bloqueo que arrancó en 2010, y
que aún no tiene fecha de solución, alrededor de 300 investigadores,
entre los que se encuentran Ángel Viñas, Jean-Marc Delaunay, Helen
Graham y Ángeles Egido León, así como personalidades del mundo de la
cultura como la escritora -y ex directora de la Biblioteca Nacional de
España- Rosa Regàs, han dirigido una petición al Gobierno y a los grupos
parlamentarios del Congreso y el Senado para exigir que se desbloquee de inmediato el acceso a la documentación diplomática española de carácter histórico y
se garantice el acceso a los 10.000 documentos militares de los años
1936 a 1968 que el ministro de Defensa, Pedro Morenés, ha decidido
retener pese a estar listos para su desclasificación desde 2011.
Moratinos, en el origen
La clasificación del archivo de Exteriores fue descubierto por los
investigadores Álvaro Jimena Millán y Carlos Sanz Díaz, del departamento
de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense de Madrid,
cuando en en marzo de 2011 solicitaron autorización al Archivo General
del Ministerio de Asuntos Exteriores para consultar documentación en
relación a sus investigaciones de carácter académico. Jimena trató de
acceder a los informes sobre las relaciones de España con China, Japón y
Filipinas de 1975 a 1982. Sanz investigaba las relaciones relaciones
hispano-alemanas entre 1970 y 1982.
La contestación fue la misma para los dos. "Recibimos una negación por
escrito en las que se nos decía que esa documentación era secreta en
función de una acuerdo del Consejo de Ministros del 15 de octubre de
2010, que no estaba publicado", explica Sanz a Público. El acuerdo
secreto al que remitió Exteriores fue tomado en el Consejo de Ministros
de 15 de octubre de 2010, con Zapatero de presidente. En él se otorgó la
clasificación de secreto a todo documento relacionado con 17 materias
comprendidas en un listado tan genérico que blinda prácticamente
cualquier dato que afecte a las relaciones diplomáticas.
La promesa incumplida de Margallo
En junio de 2012, el actual ministro de Exteriores José Manuel García
Margallo aseguró que revisaría el acuerdo alcanzado por el Ejecutivo de
Zapatero para determinar con mayor precisión las materias que afectan a
la seguridad y defensa nacional procediendo, después, a poner a
disposición de los investigadores todos aquellos documentos que no
afectaran a la seguridad nacional.
Sin embargo, muy lejos de solucionar la situación, la acción del
Ministerio de Margallo ha dado otra vuelta de tuerca al asunto. En
septiembre de 2012, Exteriores cerró el acceso a su Archivo General y
dispersó sus fondos entre el Archivo Histórico Nacional y el Archivo
General de la Administración sin comunicar si esos fondos serán algún
día consultables de nuevo, y en su caso cuándo y en qué condiciones.
Libertad de información
El profesor de Historia de la Universidad Complutense de Madrid Carlos
Sanz considera que el problema generado por la opacidad del Estado
respecto a sus archivos va más allá que los daños ocasionados a los
"innumerables proyectos de investigación en marcha". "Se trata del daño a
la imagen y el prestigio del país más allá de nuestras fronteras, así
como de la degradación de la calidad de la democracia española que se
derivan de unas decisiones que nos alejan de los estándares europeos e
internacionales de protección de derechos democráticos básicos como el
de libertad de información e investigación", sentencia Sanz.
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