Eugenio Merino, el artista que expuso en Arco al dictador metido en una cámara frigorífica y que afronta un juicio por ello, recibe el apoyo de artistas en una exposición que aborda la figura de Franco desde la crítica y el rechazo.
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Eugenio Merino en su estudio. JUAN BARTE |
PATRICIA CAMPELO
Madrid
04/07/2013
Sarcástico e irredento, el artista plástico Eugenio Merino
(Madrid, 1975) afronta el próximo jueves un juicio en el que está
acusado de dañar el honor del dictador Francisco Franco. La denuncia la
interpuso la fundación que lleva su nombre y que ensalza la vida y obra
del militar rebelde que desencadenó la Guerra Civil. Los hechos se
remontan a la exposición de Arco del pasado año, donde Merino exhibió su
obra Always Franco, en la que
representaba al dictador metido en una cámara frigorífica. Ahora, una
muestra organizada por la plataforma de Artistas Antifascistas ha
reunido a una veintena de creadores que ofrecen su particular visión
crítica de la iconografía franquista. La exhibición, que puede verse
desde el viernes en Madrid, aborda la libertad de expresión como telón
de fondo, y reclama la atención en la vigencia del legado de Franco en
la sociedad española actual.
El próximo jueves arranca el juicio por presuntos daños contra el honor de Franco, ¿cómo lo afronta? ¿Es optimista?
No
soy ni optimista ni pesimista. Lo grave ya ha ocurrido. El juicio es
sólo el final de un proceso que ya ha ganado la Fundación Franco.
Aunque gane el juicio, esta gente ha conseguido perjudicarme.
¿Esperaba esta consecuencia por la exposición de su obra Always Franco en Arco en 2012?
Que
te denuncie la Fundación Franco, que José María Álvarez del Manzano,
director de IFEMA, apoye a la fundación y diga que la obra es ofensiva,
que el director de ARCO se pase todas las entrevistas sobre la feria
restando importancia e incluso denigrando mi trabajo... No, la verdad,
no esperaba que la situación en España fuese tan grave a nivel de
censura y de presión política. Sin embargo sí sabía que España está
llena de gilipollas.
El problema no es meter a Franco a una nevera, si no la injerencia de la política en el arte"
¿Qué
quiso decir con esa represenatción? ¿Franco en una nevera es una
metáfora de la permanencia de su legado en la sociedad actual?
Su
legado sobre la sociedad actual es una España dividida, injusticia para
las víctimas del franquismo, unos políticos que no condenan el
franquismo pese a que el Consejo de Europa les ha instado a que lo
hagan, un juez inhabilitado por tocar el tema... Franco en la nevera es
la metáfora de todo esto y mucho más. Franco está muy presente.
¿Ha sentido el apoyo del colectivo de artistas a propósito de la denuncia de la fundación Francisco Franco?
Por
supuesto, artistas, comisarios y directores de museos. Mucha gente que
ha entendido que esto no es un problema de meter o no meter a Franco en
una nevera. Es un problema de censura, impunidad e injerencia política
en el arte. Algo que no podemos permitir si queremos que la situación
del arte no degenere mucho más. En especial tengo que agradecer a la
plataforma de Artistas Antifascistas todo el esfuerzo que han realizado
para apoyarme. Ha sido una suerte y un lujo. Sin ellos, una exposición
como ésta no se llevaría a cabo.
¿Los
artistas han respetado la iconografía de Franco? No se ha visto nunca
una exposición como la que comienza este viernes en Madrid que se
articula en torno a la figura del dictador desde una perspectiva crítica
y sarcástica.
La iconografía de Franco no se ha respetado nunca.
Ahí está el trabajo de Fernando Sánchez Castillo, Jorge Galindo y Óscar
Seco. Otra cosa es que a la prensa española no le haya interesado el
tema por considerarlo de poca actualidad o por cuestiones de línea
editorial del periódico. No se ha visto una exposición así porque es
imposible hacer algo como esto sin presión política. No se puede hacer
en una institución pública y a nivel privado las galerías no se quieren
meter en "problemas". Por eso digo que entre todos hemos creado esta
situación de mierda.
¿De qué va su nueva obra sobre el dictador?
Es
un punching ball con la cabeza de Franco. Una pieza que representa la
necesidad que tiene la sociedad de enfrentarse a su pasado o, mejor
dicho, a la necesidad de darle de hostias al dictador. Creo que lo que
ha faltado con la figura de Franco es precisamente esto, dejar a un lado
el archivo y las buenas formas para expresar el descontento de los
artistas de manera directa y clara, con humor, pero con la radicalidad
que requiere. Es una mofa en toda regla, el tipo de humor del que tanto
hacemos gala los españoles pero que tanto nos molesta cuando el objeto
somos nosotros.
¿Cómo puede el arte contribuir a preservar la memoria de las víctimas y el relato verdadero del pasado?
El
arte puede servir para darle una bofetada al poder, para criticarlo,
para dar una visión de nuestra época... expresado de una manera
simbólica o metafórica. Si lo que queremos es preservar la memoria y el
relato verdadero hay que acudir a otras estrategias. A la Constitución,
a la Ley y a los historiadores. Aquí el problema es grave porque todo
está dominado por la política, así que quizá la solución es la
revolución y cortar unas cuantas cabezas.
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