martes, 12 de julio de 2011

Historia de los republicanos españoles: ya es hora de hablar justo

Carta de Henry Farreny al diario Le Marselleise

Desfile de Milicianos en Madrid


Henry Farreny, - 10 Julio 2011

” Una guerra civil que opuso los nacionalistas a los republicanos ” : he aquí lo que generalmente se transmite a los alumnos cuando se les habla, en algunas frases o en algunas líneas, del conflicto que abrasó España entre 1936 y 1939. Lo que se transmite a los adultos a menudo es parecido : véanse libros, periódicos y televisiones.
Sin embargo: ¿” guerra civil “, “nacionalistas”, expresan bien lo esencial? ¿Caracterizan bien estas palabras lo que lo que fue la guerra de 1936, lo que eran y quedan los “franquistas”?
Cuando se sabe el papel determinante que desarrollaron las tropas alemanas, italianas, portuguesas y marroquíes, no es serio reducir la guerra a una pelea entre españoles. En gran parte fue una guerra contra el fascismo europeo coligado. El programa de los generales sublevados contra la República no era un programa nacionalista sino un programa totalitario similar a los programas del nazismo alemán y del fascismo italiano.
Por supuesto siempre conviene completar (extender, profundizar, estructurar, ajustar) el conocimiento colectivo llamado Historia. Simultáneamente, conviene expresar mejor lo esencial. Compartir la cultura exige mejores síntesis: mejor fundadas y decantadas. En las escuelas, para la juventud, para mucha gente, lo esencial de la Historia debe ser expresado y transmitido en pocas palabras. Pocas palabras, pero las mejor meditadas posible.
Pues, como decía Albert Camus: ” mal nombrar las cosas, es aumentar a las desgracias del mundo”.
A la incorrecta denominación: “nacionalistas” podemos racionalmente sustituir: “fascistas”. A la impropia expresión: ” guerra civil ” podemos racionalmente sustituir: ” guerra antifascista “, incluso ” guerra antifascista europea “. Podemos también emplear nombramientos menos ricos de informaciones pero sin embargo pertinentes como, por ejemplo: “antirrepublicanos” y ” guerra de 1936-1939 “.
Viene luego la segunda cuestión: ¿ cómo se impusieron las denominaciones deformantes de ” guerra civil ” y “nacionalistas”?
El último presidente de la República española antes del exilio, Manuel Azaña, decía: “La Historia, la escriben los vencedores”.
Efectivamente, las denominaciones precedentes no son sólo deformantes, sino también partidarias: han sido impuestas por los rebeldes y sus sostenes.
Querían presentarse como “nacionales” (o por deslizamiento: “nacionalistas”).
Repitiendo constantemente  “guerra civil” querían enmascarar el carácter internacional de la guerra.
En España, durante 40 años la tabla de lectura de los fascistas, artesanos y beneficiarios de la guerra, fue la sola manera de contar la Historia.
¿ En España de acuerdo, pero en Francia?
Es que, plausiblemente, la Historia no es escrita sólo por los vencedores: es escrita también por los que ayudan a los vencedores y por los que les soportan sin moverse.
Incontestablemente, los partidarios de la “No Intervención” de 1936-39, y los partidarios de La “Segunda no Intervención de 1944-46” (la que no se atreve a decir su nombre, pero que conviene analizar en plena luz) desempeñaron un gran papel para intentar reducir abusivamente la guerra de España a sus aspectos fratricidas y presentar Franco como un patriota.
En este contexto ideológico encorsetado, el conformismo acrítico de ciertos intelectuales acabó el trabajo.
Ya es hora de hablar justo.

Enrique Farreny
profesor de universidad honorario

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