Josefa Celda, hija de uno de los fallecidos, señala que la "alegría" por el resultado.
El País / EFE / 26-03-2013
Familiares de los tres fusilados identificados con sus fotos y la botella que contenía un papel con su nombre. / TANIA CASTRO |
El País / EFE / 26-03-2013
Los restos de tres de los fusilados enterrados en una fosa común del
cementerio de Paterna (Valencia) han sido identificados después de
practicarse pruebas antropométricas y de ADN, según ha indicado el
portavoz grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica de la
Comunidad Valenciana, Matías Alonso.
Alonso ha explicado el resultado de la exhumación llevada a cabo en su día en el cementerio de Paterna durante una rueda de prensa en la que ha comparecido junto a familiares de los tres identificados. Aún se intenta localizar a la familia de un cuarto identificado, Manuel Gimeno Ballester, para realizar las pruebas.
Los restos identificados corresponden a José Celda Beneyto, Ramón Gandia Belda y Francisco Fenollosa Soriano, fusilados junto a otras 11 personas después de la Guerra Civil, en septiembre de 1940, en las afueras del cementerio de Paterna y que fueron enterrados en una fosa donde se calcula que hay más de 200 cuerpos.
La exhumación se inició a petición de la hija de José Celda, Josefa, y del proceso se ha encargado el grupo multidisciplinar de investigación Paleolab, integrado por forenses, arqueólogos, bioantropólogos y paleopatólogos.
Del grupo de fusilados conocido como "los 15 de Massamagrell" se localizaron los restos muy deteriorados de 12, cuyos cadáveres se encontraban en ataúdes y tenían bajo sus cabezas una botella donde los familiares escribieron su nombre, aunque no todas han conservado el escrito.
Gracias a estas botellas que depositaron las viudas de los fusilados, ha añadido Alonso, se ha identificado a cuatro de los fallecidos, si bien solo se ha podido cotejar con ADN en el caso de tres. En el cuarto, Manuel Gimeno, como ningún familiar se ha puesto en contacto con el grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica, no se ha podido realizar la prueba de ADN.
A la espera de localizar a algún familiar de Gimeno, que también deberá decidir qué se hace con sus restos, se ha retrasado el acto de entrega de los cuerpos de los otros identificados hasta el 12 de abril.
"Que fueran enterrados en ataúdes ha sido peor que haberlos enterrado en tierra", ha indicado Alonso, ya que "la tierra hace de fijador" y el ataúd "cuando tiene peso encima cede y aplasta lo que contiene".
De este modo, el deterioro de los restos "ha imposibilitado que en cinco de los casos haya aparecido algún tipo de lectura de ADN" y en otro cuerpo, la cadena de ADN obtenida "no ha dado positivo" al compararlo con las muestras tomadas de las otras dos familias que han reclamado los restos, ha señalado Alonso.
En los dos casos restantes, según ha reconocido Alonso, "no ha aparecido ningún papel dentro de su correspondiente botella y no han aparecido familiares que los reclamen".
Para Matías Alonso, las botellas con las que fueron enterrados los fusilados fueron "un mandato en la historia" de sus viudas y su único objeto era mandar un mensaje para que los cuerpos se sacaran de la fosa cuando fuera posible.
Josefa Celda, hija de uno de los fusilados, ha señalado que la "alegría" que le ha dado conocer el resultado de la investigación es algo "que no se puede pagar con dinero".
Agustí Peiró, sobrino de otro de los fusilados cuyos restos han sido recuperados, ha señalado que esta exhumación es un acto de "justicia poética", pero ha pedido "alguna reparación" al Estado, ya que, a su juicio, las muertes fueron "represalia pura y dura" porque se produjeron en 1940, ya finalizada la guerra.
El próximo 13 de abril está previsto celebrar un homenaje a los fusilados en la que fue su localidad natal, Massamagrell, y el 14 de abril se volverán a enterrar en Paterna los restos de los ocho cuerpos que no han sido identificados.
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/03/26/valencia/1364315447_836068.html
Alonso ha explicado el resultado de la exhumación llevada a cabo en su día en el cementerio de Paterna durante una rueda de prensa en la que ha comparecido junto a familiares de los tres identificados. Aún se intenta localizar a la familia de un cuarto identificado, Manuel Gimeno Ballester, para realizar las pruebas.
Los restos identificados corresponden a José Celda Beneyto, Ramón Gandia Belda y Francisco Fenollosa Soriano, fusilados junto a otras 11 personas después de la Guerra Civil, en septiembre de 1940, en las afueras del cementerio de Paterna y que fueron enterrados en una fosa donde se calcula que hay más de 200 cuerpos.
La exhumación se inició a petición de la hija de José Celda, Josefa, y del proceso se ha encargado el grupo multidisciplinar de investigación Paleolab, integrado por forenses, arqueólogos, bioantropólogos y paleopatólogos.
Del grupo de fusilados conocido como "los 15 de Massamagrell" se localizaron los restos muy deteriorados de 12, cuyos cadáveres se encontraban en ataúdes y tenían bajo sus cabezas una botella donde los familiares escribieron su nombre, aunque no todas han conservado el escrito.
Gracias a estas botellas que depositaron las viudas de los fusilados, ha añadido Alonso, se ha identificado a cuatro de los fallecidos, si bien solo se ha podido cotejar con ADN en el caso de tres. En el cuarto, Manuel Gimeno, como ningún familiar se ha puesto en contacto con el grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica, no se ha podido realizar la prueba de ADN.
A la espera de localizar a algún familiar de Gimeno, que también deberá decidir qué se hace con sus restos, se ha retrasado el acto de entrega de los cuerpos de los otros identificados hasta el 12 de abril.
"Que fueran enterrados en ataúdes ha sido peor que haberlos enterrado en tierra", ha indicado Alonso, ya que "la tierra hace de fijador" y el ataúd "cuando tiene peso encima cede y aplasta lo que contiene".
De este modo, el deterioro de los restos "ha imposibilitado que en cinco de los casos haya aparecido algún tipo de lectura de ADN" y en otro cuerpo, la cadena de ADN obtenida "no ha dado positivo" al compararlo con las muestras tomadas de las otras dos familias que han reclamado los restos, ha señalado Alonso.
En los dos casos restantes, según ha reconocido Alonso, "no ha aparecido ningún papel dentro de su correspondiente botella y no han aparecido familiares que los reclamen".
Para Matías Alonso, las botellas con las que fueron enterrados los fusilados fueron "un mandato en la historia" de sus viudas y su único objeto era mandar un mensaje para que los cuerpos se sacaran de la fosa cuando fuera posible.
Josefa Celda, hija de uno de los fusilados, ha señalado que la "alegría" que le ha dado conocer el resultado de la investigación es algo "que no se puede pagar con dinero".
Agustí Peiró, sobrino de otro de los fusilados cuyos restos han sido recuperados, ha señalado que esta exhumación es un acto de "justicia poética", pero ha pedido "alguna reparación" al Estado, ya que, a su juicio, las muertes fueron "represalia pura y dura" porque se produjeron en 1940, ya finalizada la guerra.
El próximo 13 de abril está previsto celebrar un homenaje a los fusilados en la que fue su localidad natal, Massamagrell, y el 14 de abril se volverán a enterrar en Paterna los restos de los ocho cuerpos que no han sido identificados.
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/03/26/valencia/1364315447_836068.html
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