miércoles, 19 de noviembre de 2014

"Ahí abajo en las fosas no hay objetos ni metatarsianos, si no dignidades"


Francisco Etxebarría Antropólogo forense.
Etxebarría advierte de que «hay mucho por hacer» en la memoria histórica y augura que todos los partidos (incluido el PP) la incluirán en su programa.
Francisco Etxebarría

larioja.com / E. SÁENZ / 16-11-2014

Icono a pie de campo de la recuperación de la memoria histórica y participante en la exhumación de fusilados riojanos en Altable, La Pedraja o Montenegro, Francisco Etxebarría (Beasain, 1957) recaló ayer en Logroño invitado por 'La Barranca' para relatar su experiencia e instar a más implicación.
¿Son las exhumaciones una necesidad ética o histórica?
Básicamente, ética. Los contenidos históricos son perfectamente conocidos y están acreditados en una dimensión científica. Las exhumaciones no tratan de explicar la historia sino el presente; dar respuesta a los afectados que son los familiares que no acuden a congresos ni leen tesis doctorales, porque no les corresponde, y sin embargo merecen saber qué pasó.
«Las exhumaciones refuerzan los valores democráticos; el que no lo ve así es que no está entendiendo nada»
¿Cuánta dignidad hay enterrada en cada fosa que se abre?
Toda. No se puede devolver la dignidad a quienes nunca la perdieron, aunque intentaron arrancársela. Ahí abajo no nos encontramos objetos ni metatarsianos, sino dignidades. Queda una enorme tarea en este sentido y en dimensiones que se me escapan. Estoy pensando, por ejemplo, en esas inscripciones que nos encontramos en las celdas de presos republicanos que están contando ahí su historia y nadie ha rescatado todavía de una manera seria.
¿Ha sido suficiente la Ley de Memoria Histórica del 2007?
Es una ley necesaria pero, como así nos pareció desde el primer día, insuficiente. Todos, incluido yo mismo, podíamos haber sido más exigentes. En cualquier caso, ha habido muchos avances, especialmente en el apartado documental. Antes había profesionales de la archivística que nos negaban el acceso a legajos en aras de algo sorprendente: prejuzgándonos a nosotros y nuestras intenciones. Falta mucho por hacer. Sobre todo en la plano judicial, pero también en el administrativo. En un estado con gobiernos centrales, autonómicos y locales, lo fácil es echar la culpa a Madrid. Sin embargo, hay que mirar más cerca y preguntar al señor alcalde o concejal qué está haciendo o dejando de hacer en este sentido.
¿Por qué hay tanto miedo?
Los que perdieron la guerra civil tuvieron que olvidarse de todo y guardar silencio para protegerse porque tras ella llegó una dictadura a la cual algunos llaman el régimen anterior. Quienes sufrieron robo, expolio o muertes han visto cómo en democracia no se ponían los mecanismos para resarcirles cuando en otros países sí era factible. Es posible que se estén haciendo tareas de búsqueda de españoles que lucharon en la División Azul en el frente soviético. Me parece perfectamente pertinente, pero si eso es posible en el siglo XXI, ¿por qué no se puede también sacar al hermano, al tío o al abuelo que están enterrados a escasos cien metros de nuestra casa?
¿Impulsaría la memoria histórica un cambio del gobierno?
Estoy seguro de que en lo sucesivo todos los partidos van a incluir en sus programas contenidos de memoria histórica, incluido el PP. Sucederá igual que como el medio ambiente, que se ha incorporado a la agenda política aunque al principio mucha gente se rio sin darle valor.
¿Por convicción o afán electoral?
Por el sentimiento de recuperar lo sucedido hace décadas. Es una cuestión al alza; en nuestro caso hemos pasado de estar solos en actuaciones en las que no aparecían ni los sindicatos ni representantes políticos a ver casi el efecto contrario. No deben venir para darnos un aplauso a nosotros, que somos técnicos, sino por una cuestión cívica que refuerza los valores democráticos. El que no lo vea así es que no está entendiendo absolutamente nada.

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