Negrín, interviene en la Sociedad de Naciones, Ginebra. |
ARMHEX 15 Diciembre 2013
Ha llegado a Las Palmas de Gran Canaria el archivo original del último
Presidente del gobierno de la II República, D. JUAN NEGRÍN LÓPEZ.
Los fondos reconstruyen la actividad del Gobierno durante la guerra:
informes secretos, libros de contabilidad, fotos de bombardeos,
telegramas, planos y mapas del frente o listados de prisioneros.
En el exilio, Negrín acrecentó su fondo con material sobre la ayuda a
refugiados, los campos de concentración, además de cartas con distintas
personalidades.
Se trata del archivo más importante de los últimos años del gobierno
republicano, el del último presidente del gobierno de la II República
Española, D. Juan Negrín López. Llegó al puerto de La Luz en Las Palmas
de Gran Canaria el pasado 22 de noviembre. Han hecho falta 14 años de
gestiones para que este viaje se haga realidad.
El historiador Sergio
Millares, asesor histórico de la Fundación Juan Negrín, es uno de los
protagonistas de esta historia: "Yo veo los archivos en 1999. Todo
empieza cuando la Fundación Negrín me llama y proponen irme a Niza un
año a ver el archivo de Negrín por primera vez, inventariarlo,
escanearlo... Yo tenía mi familia y todo aquí en Las Palmas, pero se
trataba de una oportunidad excepcional".
En el archivo de Negrín había mucha información que el régimen de Hitler podría facilitar a Franco
El archivo se lo lleva
Juan Negrín hacia Valencia, después a Barcelona y finalmente con la
caída de la II República, a Francia. Ante la inminencia de la ocupación
nazi, el presidente de la República Española sale de Francia pero antes
esconde celosamente la documentación consciente de que había mucha
información de personas que el régimen de Hitler podría facilitar a
Franco. Negrín vuelve a Francia en 1947, se reencuentra con su archivo y
lo mantiene bajo su custodia hasta su muerte en 1956. Determinadas
circunstancias llevan parte del archivo al sur de Francia, donde tenía
su residencia su hijo, también médico, Juan Negrín. Lo siguiente nos lo
cuenta Millares: "Pepe Medina y Eligio Hernández que era el abogado que
le llevaba cosas de la herencia a este hijo, le convencen para que vaya a
ver la documentación en nombre de la Fundación Negrín. Me iba enseñando
esos documentos de la etapa de su padre como presidente del gobierno.
Fue un momento de gran emoción. Llamo a Pepe Medina, presidente de la
Fundación, y le digo 'acabo de tocar los documentos'".
Carmen Negrín |
Tras la muerte del hijo
de Negrín, es su sobrina y nieta del presidente, Carmen Negrín, quien se
hace cargo de toda la documentación. La Fundación Juan Negrín retoma
las conversaciones y finalmente, en 2006, llegan al acuerdo de que todo
el legado vaya a Las Palmas, se trata de un total de cerca de 200.000
documentos: "Ha sido una batalla para que viniese, pues el archivo ha
tenido mucho novios: varias universidades de Francia, el historiador
Gabriel Jackson también le quiso buscar un destino en los Estados
Unidos, el archivo de Salamanca, la Fundación Pablo Iglesias, etc...
Pero los que más hemos insistido hemos sido nosotros. Puede parecer
extraño que venga aquí, tan lejos de Madrid. Pero nosotros queremos que
esta ciudad se convierta en un centro de documentación de historia
contemporánea, ¿por qué debería estar en Madrid o en otro sitio si
Negrín era de Las Palmas?".
Está demostrado que todo el dinero se gastó en armas para defender la República
Uno de los asuntos más
controvertidos con los que ha cargado la memoria de Negrín ha sido el
destino del oro que la República envió a Moscú. Sergio Millares es
contundente: "El historiador Ángel Viñas ya demostró que la cuestión del
oro estaba clara. La familia y un ex ministro republicano, Mariano
Ansó, por indicación del propio Negrín, entregaron al consulado
franquista de España en París una documentación que se archivó en el
Banco de España y que lo aclara. Viñas la vio y lo explica en su libro
El oro de Moscú (Grijalbo, 1979), está demostrado que todo el dinero se
gastó en armas para defender la República, el papel de los rusos fue de
mero intermediario para pagar según las órdenes que le daba el gobierno
republicano. Lo que sí hay en la documentación que vamos a traer es un
libro interesante de entrada y salida de dinero, de contabilidad, que
habría que analizar con detalle".
En el archivo depositado
ahora en Canarias existe más documentación sobre aquel episodio,
incluida una nota manuscrita del propio Negrín sobre el asunto en la que
explica que la decisión no se tomó “para complacer a los rusos”. “Ellos
fueron los primeros sorprendidos cuando se les propuso”. Negrín escribe
que el primer objetivo consistía en poner a salvo el oro y el segundo
en convertirlo en divisas para necesidades de la República. La decisión
se tomó bajo la presión de una inminente llegada de las tropas
sublevadas a Madrid. “Los últimos envíos se hicieron estando la línea de
ferrocarril (por Aranjuez) bajo el fuego enemigo”. Y no solo les
perturbaban los rebeldes: “Nos mueve la preocupación de que grupos de
incontrolados se hicieran por un golpe de mano con los depósitos del
Banco (…) Cuando las fuerzas mandadas por Durruti fueran a Madrid se
supo por informaciones al parecer fidedignas que intentaban convertirse
en 'fuerzas de protección' del Banco de España. Felizmente ya entonces, y
sin que ellos lo supieran, ya el oro no estaba en Madrid, sino en
Cartagena”.
Los hechos represivos contra la derecha sucedían de forma autónoma al poder institucional republicano
Según parece, lo que más
destaca del archivo es la entrada y salida de documentos de presidencia
del gobierno. Ahí se encuentran, entre muchas cosas más, peticiones de
indulto o de clemencia que pueden ser de gran interés. El procedimiento
era que a Negrín le llegan esas peticiones, él escribe sus anotaciones
al margen y lo deriva al secretario quien lo pasa a limpio y lo cursa.
Millares nos adelanta
alguna de la información desconocida que se encuentra en el archivo: "En
estos documentos es muy importante observar la posición de Negrín sobre
la represión en la parte republicana, eso es muy interesante. Por
ejemplo su reacción ante la noticia del fusilamiento de determinados
derechistas en Barcelona. Desde Marsella le escribe un paisano canario,
Rafael Guerra del Río, del Partido Radical, de Lerroux. Negrín escribe
de su puño y letra una interrogación y se observa el lío que se montó
por el intento de Negrín de buscar responsabilidades. Eso nos sirve para
apreciar hasta qué punto los hechos represivos que pudieran apreciarse
contra la derecha sucedían de forma autónoma al poder institucional
republicano. Negrín tenía un sentido de la justicia tremendo, de ahí su
obsesión por seguir los procedimientos formales y legales".
Negrín, cansado de las acusaciones que circulan sobre él, decide escribir sus memorias
Otra información muy
valiosa es el borrador sobre sus memorias en el que estaba trabajando.
Negrín está cansado de todas las acusaciones que circulan sobre él: si
robo el oro, si estaba al servicio de la Unión Soviética, si era un
enviado de Stalin, si era el responsable de la muerte de Andreu Nin,
etc... Por ello a principios de los años cincuenta se decide a escribir
sus memorias. Una parte de esas memorias que destaca Millares es sobre
la muerte de Nin donde Negrín cuenta su enfrentamiento con el agente
soviético Alexander Orlov, quien poco después huiría a Estados Unidos
para evitar la purga estalinista que terminó con muchos de los rusos que
estuvieron durante la Guerra Civil en España, como el corresponsal de
Pravda, Mijaíl Koltsov. "Orlov fue quien dirigió el operativo para
asesinar a Andreu Nin, eso ya es conocido. En un momento determinado
Negrín pregunta a los soviéticos qué ha pasado con Nin, aparece Orlov
por el despacho e intenta convencerle de que Nin era un fascista aliado
de Franco, un traidor en las filas republicanas le dice. Y le enseña
unas supuestas pruebas: un escudo de la Falange que dicen que tenía,
documentos etc... Le cuentan que efectivamente apresaron a Nin pero que
lo rescataron unos falangistas y se fugó. Negrín le escucha
respetuosamente y a continuación le dice: '... de vez en cuando he leído
novelas detectivescas y la prueba que usted me somete es demasiado
contundente para que me parezca verosímil'. Orlov se levanta airado
diciendo que estaba insultando a la Unión Soviética, entonces Negrín le
dice que salga de su despacho porque está hablando con el presidente del
gobierno. Al poco tiempo viene el representante diplomático soviético,
Sergei Marchenko, a pedir perdón a Negrín por ese incidente. Todo esto
está en el archivo, de puño y letra de Negrín".
La Academia de la Historia es un cementerio de elefantes que hay que cerrar
El polémico Diccionario
Biográfico de la Real Academia de la Historia (RAH) presenta a el
presidente Juan Negrín como “prácticamente dictatorial", lo que
despierta en Sergio Millares una dura respuesta: "Mi opinión es que la
Academia de la Historia es un cementerio de elefantes que hay que
cerrar. Eso no sirve para nada. Le han dado protagonismo a la Fundación
Francisco Franco y a historiadores que podemos calificar suavemente de
revisionistas, por no decir franquistas o postfranquistas. Es una cosa
vergonzosa, luego intentaron rectificar y le pidieron creo que a Ángel
Viñas un texto más ecuánime, pero, claro, lo publicado es vergonzoso".
En opinión de Millares,
"Negrín es la figura más vilipendiada de la República, con el agravante
de que no tiene ni ha tenido tropa que le apoye de los infundios, tiene
partidarios, pero de forma transversal en varios partidos y grupos". Las
acusaciones se vieron agudizadas por el asunto del Vita: "En un momento
determinado Negrín manda un barco a México, el Vita, con mucho dinero y
riquezas para cubrir los gastos de los republicanos. Pero el enviado de
Negrín llega un día tarde al puerto de Veracruz y, cuando llega el
barco, los mexicanos al ver el contenido llaman a Indalecio Prieto,
quien ve todo aquello y asume la responsabilidad de ese dinero que
financió al exilio republicano en México y en Francia, el problema es
que Indalecio lo distribuyó con criterios partidistas según los
solicitantes fueran defensores o detractores de Negrín. Aquello
debilitó y desautorizó mucho a Negrín, a quien le negaron su legitimidad
de ser el presidente del gobierno en el exilio, eso está todo en la
documentación. El negrinismo va disolviéndose, aunque tiene partidarios
muy sólidos en el PSOE, pero la labor de zapa de Indalecio Prieto es
brutal, por eso lo expulsan del PSOE".
Negrín es la figura más vilipendiada de la República
Los acontecimientos que
siguieron a la guerra civil española también sirvieron para valorar en
su justa medida la política de Negrín al frente del gobierno español:
"Cuando los aliados vencen descubren que tienen muchos resabios contra
él alimentados por Indalecio Prieto. La Segunda Guerra Mundial demostró
que la estrategia de unidad con la Unión Soviética que apoyó Negrín era
la adecuada para combatir al fascismo. Esa idea se la criticaron los
aliados en los años 38, 39 y 40, sobre todo cuando Stalin firma el pacto
de no agresión con Hitler. Pero en 1944 se vio que tenía razón Negrín.
Si él hubiese estado en las conversaciones con los aliados tras el fin
de la Guerra Mundial hubiera sido muy diferente. Negrín tenía mucha
relación con los americanos, se carteaba con la mujer del presidente,
Eleanor Roosevelt, con De Gaulle, con Attle [primer ministro del Reino
Unido], etc. Era la persona ideal para presionar y para que se
reconociera al exilio español como interlocutor ante las instituciones
internacionales en el momento peor del franquismo, en el 44-45".
La pregunta que surge es
inevitable. ¿Con Negrín se podía haber conseguido el apoyo
internacional de los aliados tras las Segunda Guerra Mundial para
derrocar a Franco?. "Con Negrín hubiera habido más posibilidades, si con
Giral [José Giral, el sucesor de Negrín en la presidencia del gobierno
de la República en el exilio, desde 1945 a 1947] la posibilidad era de
un 0,1 %, con Negrín a lo mejor hubiera sido del 10 %. Negrín se hubiera
movido mejor en el mundo internacional, se manejaba como pez en el
agua".
La Fundación Negrín ya
cuenta con un equipo que ha empezado a catalogar la documentación.
Millares explica que "el archivo estará al servicio de la investigación,
cualquiera que lo desee se puede poner en contacto con la Fundación
Negrín y acceder a ella en un futuro. Queremos que la Fundación Juan
Negrín sea un centro de estudios contemporáneos, básicamente centrado en
la figura de Negrín, pero no solamente. La idea es abarcar un amplio
abanico que es el tiempo de Negrín. No debemos olvidar la faceta
científica del doctor Negrín. Como médico fisiólogo es el eslabón entre
la escuela de Ramón y Cajal y la de Severo Ochoa, dos premios Nobel.
Ramón y Cajal lo adopta y él trae a Severo Ochoa, Severo Ochoa es
impensable sin Negrín".
El siguiente obstáculo
al que se enfrentan en la Fundación Negrín es la necesidad de fondos
para gestionar ese gran archivo, detrás de esta institución solo hay
personas individuales que admiran el patrimonio de Negrín y quieren
defenderlo y difundirlo. "Debemos buscar ayudas en el cabildo y otras
instituciones canarias, esperamos que el gobierno central también sea
sensible a la memoria de Negrín, el de Zapatero lo fue. Hemos logrado
que la figura de Negrín sea aceptada y reconocida en la sociedad a pesar
de todo lo que se la ha atacado, especialmente en el franquismo. Hay un
hospital, el más grande de las islas, que se llama Hospital Doctor
Negrín, hay exposiciones, todos los grupos políticos están defendiendo
su figura, toda la sociedad. A pesar de la mala situación económica
nosotros hemos podido traer la documentación a Las Palmas, eso
representa un gran paso".
Por Ángel Viñas.
Ya ha llegado a Las Palmas de Gran Canaria el masivo archivo que Juan
Negrín conservó celosamente en el extranjero. Próximamente se hará su
recepción oficial y la legítima propietaria, su nieta Carmen, lo cederá
en un solemne acto al Cabildo de Gran Canaria, que lo depositará para su
custodia y uso en la futura nueva sede de la Fundación Juan Negrín.
Está sita en un edificio emblemático de la ciudad, totalmente
restaurado y acomodado para su función como lugar de estudio del archivo
y biblioteca (todavía no enviada en su totalidad pero prevista para el
futuro) de quién fue presidente del Gobierno republicano en la Guerra
Civil y en el exilio entre 1937 y 1945.
Esta operación ha sido apoyada por todas las fuerzas políticas canarias,
sin distinción ideológica alguna. Como corresponde. Se ha basado en los
acuerdos alcanzados por la anterior corporación insular presidida por
José Miguel Pérez, del PSOE, y la actual, presidida por José Miguel
Bravo de Laguna, del PP, que han hecho todo lo posible e imposible para
que el convenio suscrito con Carmen Negrín y la Fundación sea una
realidad. Han contado con la colaboración y entrega de muchas personas
que han escrito un capítulo señero, y sintomático, del esfuerzo
colectivo para recuperar el pasado: el presidente y vicepresidente de la
Fundación, José Medina Jiménez y Eligio Hernández Gutiérrez (exfiscal
general del Estado); el secretario Antonio Aguado Suárez, y el resto de
los miembros del patronato: Alfredo Herrera Piqué, Antonio González
Viéitiz y, en particular, el historiador Sergio Millares.
Una parte del archivo, en fotocopias que este último empezó a hacer en
Niza hace unos quince años con el consentimiento del hijo del antiguo
presidente, Juan Negrín Jr, afamado neurocirujano y titular de la máxima
distinción cívica norteamericana, ya fallecido, estaba disponible en
Las Palmas. Era una parte minúscula. El resto había quedado dividido
entre Niza, donde vivió sus últimos años el cirujano, y París, en el
domicilio particular del antiguo presidente.
El antiguo presidente nunca tuvo nada que temer de la historia. Esta
afirmación que ya publicó The New York Times al anunciar su
fallecimiento sigue teniendo hoy plena validez. Gracias a los riquísimos
archivos ahora repatriados, los historiadores podrán rellenar las
lagunas de que todavía adolecen las grandes biografías o bocetos
biográficos de Gabriel Jackson, Juan Marichal, Ricardo Miralles, Enrique Moradiellos
o, por la vía de su actuación, de quien esto escribe. Descubrirán
nuevas facetas que ninguno de los mencionados hemos abordado, pondrán de
manifiesto aspectos de su gestión en la paz, en la guerra y en el
exilio prácticamente desconocidos y ejercitarán sus dotes criptológicas
pues entre los papeles hay centenares de telegramas cifrados que nadie
ha descriptado. Afortunadamente, también se conservan algunas, si no
todas, de las necesarias tablas de conversión.
Negrín fue diputado en Cortes, formó parte de la comisión de transferencias a la Generalitat, ministro de Hacienda, presidente del Gobierno
y ministro de Defensa Nacional. Por su mesa pasó lo más granado de las
políticas de los Gobiernos de la República en guerra y en el exilio.
Al término de la Segunda Guerra Mundial, en un golpe de mano sucio e insuficientemente aclarado, un sector del PSOE expulsó del mismo a Negrín y a varias docenas de sus partidarios.
Hace algunos años, todos ellos, sin excepción y con independencia de su
trayectoria ideológica ulterior, fueron reincorporados simbólicamente a
la militancia a título póstumo. El PSOE cerró sus heridas y entonó el
correspondiente mea culpa. Todavía puede hacerse más.
En efecto, la totalidad del fondo documental se ha digitalizado
cuidadosamente. Los originales y una copia han llegado a Las Palmas
donde serán libremente consultables, salvo la pequeña parte posterior a
1939 que necesita autorización previa. En cumplimiento de las relevantes
disposiciones francesas, otra copia será depositada en los Archivos
Nacionales de Francia. Por último, la copia digitalizada de una gran
parte del fondo, la donó Carmen Negrín graciosamente al Centro Documental de la Memoria Histórica en Salamanca hace ya algunos años. Para ciertos aspectos no será necesario desplazarse a Las Palmas.
La explotación del material repatriado será tarea de una o dos
generaciones de historiadores. Por las amplias catas que Sergio Millares
y quien esto escribe hemos realizado no hay temor de que el honor de
Juan Negrín se vea empañado.
Al señalar esto, he de constatar una diferencia no ya sustancial sino
sustancialísima entre el proceder de Carmen Negrín y el de los herederos
del general Francisco Franco o de su primer valido, el abogado del
Estado Ramón Serrano Suñer. Nadie ha visto, en efecto, lo que todavía no
se haya destruido de los papeles privados del dictador español o de su
cuñado. Un caso insólito en los anales de cualquier país europeo.
¿Quién tiene miedo a la Historia? Puestos a hacer strip-tease hay
quienes se sienten impelidos a seguir ocultando sus vergüenzas. Mucho
otros no las tienen. Hoy por hoy los historiadores estamos de
enhorabuena. El honor de Juan Negrín seguirá despidiendo destellos
intensos mientras, por lo que ya se ha oteado, el recuerdo del
Generalísimo y del primer arquitecto del pretencioso “Nuevo Estado”
seguirá envuelto en el mal olor, por muchas esencias de Oriente que
continúen desparramando sus numerosos hagiógrafos.
Ángel Viñas es catedrático emérito de la UCM. Su último libro es Las armas y el oro. Palancas de la guerra, mitos del franquismo (Pasado&Presente).
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