Trece querellantes españoles testifican ante la magistrada María Servini de Cubría sobre los crímenes cometidos por la dictadura: desapariciones forzadas, exterminios, robo de bebés, deportaciones, detenciones ilegales, torturas y vejaciones
Querellantes españoles testificaron ante la jueza sobre los crímenes del franquismo. ANA DELICADO |
La magistrada María Servini de Cubría ya tiene en sus manos una representación de todo el abanico de delitos que cometió el régimen franquista
en la guerra civil y en la dictadura. Durante cuatro días han pasado
por su juzgado 13 querellantes españoles que testimoniaron sobre los
crímenes perpetrados durante el régimen de Franco: desapariciones
forzadas, exterminios, robo de bebés, deportaciones, detenciones
ilegales, torturas y vejaciones. Este viernes, los últimos tres
declarantes que acudieron al Palacio de Justicia de Buenos Aires fueron
Jon Arrizabalaga, Felipe Moreno y Ángela Fernández Carballeda.
El testimonio de Arrizabalaga es esencial porque es quien se querella contra el ex guardia civil Jesús Muñecas Aguilar (77 años), que por primera vez tuvo que declarar ante el juez Pablo Ruz por la orden de extradición, dictada desde Argentina, que pesa sobre él. "Me he quitado una mochila bastante pesada", reconoce a Público. "Se la he dejado ahora a los que torturaban".
Itziarren semea, un himno del País Vasco contra la tortura que fue compuesto por el histórico dirigente del PNV Telesforo Monzón, se inspira en el hermano del querellante, Andoni, quien fue detenido y torturado por Muñecas, y condenado a muerte por una sentencia que no llegó a cumplirse, pero que no le evitó más de 8 años de prisión.
"Tengo dos hermanos que también fueron torturados por Muñecas", revela Arrizabalaga. "Ellos han dado ya curso a la querella por los vejaciones que sufrieron en 1976. La verdad tiene que ir hacia delante".
Moreno hizo un repaso pormenorizado de los tormentos que sufrió durante los 13 días en los que fue interrogado en la Dirección General de Seguridad, en plena Puerta del Sol. "El Estado del poder franquista estaba nervioso porque sabía que Franco estaba por fallecer", indica. Billy el Niño era el que más se ensañó.
Después lo trasladaron a la cárcel de Carabanchel, donde pasó a una celda de castigo, incomunicado durante un mes y medio. En total, estuvo dos años en prisión, sin defensa jurídica. Todavía hoy sufre secuelas psicológicas y físicas: un testículo desprendido, una hernia de hiato, un talón roto y la pelvis desplazada. No salió de la cárcel hasta la Ley de Amnistía de 1977.
El querellante ha declarado en los tribunales un día después de que Billy el Niño fuera citado por el juez Pablo Ruz. "Lo vi asustado y con miedo", reflexiona Moreno. "Él mismo reconoce que ha sido un torturador y por eso tiene miedo de que le reconozcan los demás. Por eso se tapaba la cara. Eso demuestra un complejo que lo lleva a tener esas actitudes sádicas de pegar a los demás. Espero que la Justicia argentina lo extradite y lo juzgue aquí".
"He salido muy contenta pese al dolor que produce la movilización interna de contar los horrores que hemos sufrido", cuenta Fernández, que ha interpuesto tres querellas: "Una por la muerte de mi padre, de la que hago responsable a la dictadura y a la Iglesia", enumera. "Otra por un tío mío que pasó 20 años en la cárcel, al que querían condenar a muerte, y la tercera es por mí y por otras 200 mujeres que han dado su testimonio, porque fuimos víctima del trato espantoso que pasamos en el preventorio antituberculoso".
Originalmente eran quince querellantes las que denunciaron tratos vejatorios en estos centros, pero desde Buenos Aires ha recibido la noticia de que nuevas compañeras se han sumado a la denuncia, según le ha comentado su compañera Alicia García Romea, que sigue el caso desde Madrid.
"Denuncio a Falange española, que creó todo el tinglado de auxilio social que afectaba también a orfanatos y reformatorios con los que hicieron negocio. Tenían una meta: erradicar, mediante el pavor, todo vestigio y hálito de rebeldía frente a la dictadura, y para eso, nada mejor que empezar con los niños".
Fernández explica que cada tres meses llegaba un contingente de 500 niñas al preventorio de Guadarrama y 700 niños al de La Sabinosa (en Tarragona), por el que pasó su hermano. "Nos decían que nuestras madres nos habían dejado allí para hacer de putas, y que los que tuviéramos muertos o familiares en las cárceles éramos basura".
"Necesitamos un organismo como el que hay en Argentina", afirmó a este diario. "Se me saltaban las lágrimas cuando me contó Parenti en qué consistía su unidad, que está de parte de las víctimas. Con una sospecha, aquí ya se ponen a buscar, y llevan la investigación a manos del juez para solicitar las pruebas de ADN. Una familia denuncia una desaparición y en España se archiva el caso porque ha prescrito o no hay pruebas. ¿Qué nos pasa?".
La última actividad con la que los querellantes se despidieron de Argentina fue su visita a la exposición Presas de Franco, sobre las defensoras de la II República reprimidas por rojas y por mujeres, que está compuesta con archivos cedidos por la Fundación de Investigaciones Marxistas y por el Partido Comunista español.
Las víctimas del franquismo ha entregado a la jueza los documentos y las pruebas de crímenes de lesa humanidad que hasta ahora no habían podido presentar desde España. Mientras la Fiscalía española sostiene que los delitos de la dictadura franquista están prescritos, una magistrada en Buenos Aires aceptó llevar a la práctica el principio de justicia universal que reconoce la Constitución de su país e investigar los crímenes cometidos en España entre el 17 de julio de 1936 y el 15 de junio de 1977, fecha de las primeras elecciones democráticas.
La jueza ha ordenado hasta ahora dos órdenes de extradición contra los imputados Jesús Muñecas y Billy el Niño, pero quienes la han visto creen que llegará mucho más lejos. Tiene en sus manos la posibilidad de devolverle a España la memoria y la justicia que le fue arrebatado a este país, y ella parece que comienza a conciliarse con la idea de liderar el quiebre de los 78 años de impunidad del franquismo.
El testimonio de Arrizabalaga es esencial porque es quien se querella contra el ex guardia civil Jesús Muñecas Aguilar (77 años), que por primera vez tuvo que declarar ante el juez Pablo Ruz por la orden de extradición, dictada desde Argentina, que pesa sobre él. "Me he quitado una mochila bastante pesada", reconoce a Público. "Se la he dejado ahora a los que torturaban".
Itziarren semea, un himno del País Vasco contra la tortura que fue compuesto por el histórico dirigente del PNV Telesforo Monzón, se inspira en el hermano del querellante, Andoni, quien fue detenido y torturado por Muñecas, y condenado a muerte por una sentencia que no llegó a cumplirse, pero que no le evitó más de 8 años de prisión.
"Tengo dos hermanos que también fueron torturados por Muñecas", revela Arrizabalaga. "Ellos han dado ya curso a la querella por los vejaciones que sufrieron en 1976. La verdad tiene que ir hacia delante".
El sadismo de las torturas
Felipe Moreno, coordinador de las víctimas en Catalunya, se querella contra el otro imputado por la Justicia argentina, Antonio González Pacheco -Billy el Niño-, de 67 años.Moreno hizo un repaso pormenorizado de los tormentos que sufrió durante los 13 días en los que fue interrogado en la Dirección General de Seguridad, en plena Puerta del Sol. "El Estado del poder franquista estaba nervioso porque sabía que Franco estaba por fallecer", indica. Billy el Niño era el que más se ensañó.
Después lo trasladaron a la cárcel de Carabanchel, donde pasó a una celda de castigo, incomunicado durante un mes y medio. En total, estuvo dos años en prisión, sin defensa jurídica. Todavía hoy sufre secuelas psicológicas y físicas: un testículo desprendido, una hernia de hiato, un talón roto y la pelvis desplazada. No salió de la cárcel hasta la Ley de Amnistía de 1977.
El querellante ha declarado en los tribunales un día después de que Billy el Niño fuera citado por el juez Pablo Ruz. "Lo vi asustado y con miedo", reflexiona Moreno. "Él mismo reconoce que ha sido un torturador y por eso tiene miedo de que le reconozcan los demás. Por eso se tapaba la cara. Eso demuestra un complejo que lo lleva a tener esas actitudes sádicas de pegar a los demás. Espero que la Justicia argentina lo extradite y lo juzgue aquí".
"Campo de concentración y exterminio"
La última declarante en prestar su testimonio fue Ángela Fernández Carballeda, que denunció las torturas que sufrió en el preventorio infantil Guadarrama (Madrid), al que se ha referido como "un campo de concentración y de exterminio de identidad para niños pobres o pertenecientes a familias republicanas"."He salido muy contenta pese al dolor que produce la movilización interna de contar los horrores que hemos sufrido", cuenta Fernández, que ha interpuesto tres querellas: "Una por la muerte de mi padre, de la que hago responsable a la dictadura y a la Iglesia", enumera. "Otra por un tío mío que pasó 20 años en la cárcel, al que querían condenar a muerte, y la tercera es por mí y por otras 200 mujeres que han dado su testimonio, porque fuimos víctima del trato espantoso que pasamos en el preventorio antituberculoso".
Originalmente eran quince querellantes las que denunciaron tratos vejatorios en estos centros, pero desde Buenos Aires ha recibido la noticia de que nuevas compañeras se han sumado a la denuncia, según le ha comentado su compañera Alicia García Romea, que sigue el caso desde Madrid.
"Denuncio a Falange española, que creó todo el tinglado de auxilio social que afectaba también a orfanatos y reformatorios con los que hicieron negocio. Tenían una meta: erradicar, mediante el pavor, todo vestigio y hálito de rebeldía frente a la dictadura, y para eso, nada mejor que empezar con los niños".
Fernández explica que cada tres meses llegaba un contingente de 500 niñas al preventorio de Guadarrama y 700 niños al de La Sabinosa (en Tarragona), por el que pasó su hermano. "Nos decían que nuestras madres nos habían dejado allí para hacer de putas, y que los que tuviéramos muertos o familiares en las cárceles éramos basura".
Niños robados
Uno de los asuntos más ocultados durante la dictadura española fue la sustracción de menores a familias republicanas. El exjuez Baltasar Garzón cifró en 30.000 los niños robados. Por eso Soledad Luque Delgado, otra querellante que denunció ante la jueza la apropiación de su hermano mellizo, se reunió con Pablo Parenti, coordinador de la Unidad especializada en casos de apropiación de niños durante el terrorismo de Estado."Necesitamos un organismo como el que hay en Argentina", afirmó a este diario. "Se me saltaban las lágrimas cuando me contó Parenti en qué consistía su unidad, que está de parte de las víctimas. Con una sospecha, aquí ya se ponen a buscar, y llevan la investigación a manos del juez para solicitar las pruebas de ADN. Una familia denuncia una desaparición y en España se archiva el caso porque ha prescrito o no hay pruebas. ¿Qué nos pasa?".
La última actividad con la que los querellantes se despidieron de Argentina fue su visita a la exposición Presas de Franco, sobre las defensoras de la II República reprimidas por rojas y por mujeres, que está compuesta con archivos cedidos por la Fundación de Investigaciones Marxistas y por el Partido Comunista español.
Balance final
Casi 30 personas terminan aquí un viaje de gran trascendencia que tenía por finalidad impulsar la causa contra el franquismo abierta en Argentina y declarar ante Servini de Cubría.Las víctimas del franquismo ha entregado a la jueza los documentos y las pruebas de crímenes de lesa humanidad que hasta ahora no habían podido presentar desde España. Mientras la Fiscalía española sostiene que los delitos de la dictadura franquista están prescritos, una magistrada en Buenos Aires aceptó llevar a la práctica el principio de justicia universal que reconoce la Constitución de su país e investigar los crímenes cometidos en España entre el 17 de julio de 1936 y el 15 de junio de 1977, fecha de las primeras elecciones democráticas.
La jueza ha ordenado hasta ahora dos órdenes de extradición contra los imputados Jesús Muñecas y Billy el Niño, pero quienes la han visto creen que llegará mucho más lejos. Tiene en sus manos la posibilidad de devolverle a España la memoria y la justicia que le fue arrebatado a este país, y ella parece que comienza a conciliarse con la idea de liderar el quiebre de los 78 años de impunidad del franquismo.
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