Hoy se cumplen 75 años de la bomba que impactó en la entrada
del refugio antiaéreo de la plaza de la Llibertat dejando una cuarentena
de muertos. Fue la mayor tragedia de la Guerra Civil en Reus.
Diari de Tarragona.com / S.F. / 20-01-2013
La memoria histórica sigue viva en Reus. Hoy se conmemora el 75 aniversario de los bombardeos más sangrantes que sufrió la ciudad durante la Guerra Civil. El día 21 de enero de 1938 resta desde entonces en la memoria colectiva de la ciudad. Reus fue objetivo de los bombardeos de la aviación fascista, mayoritariamente perpetrados por la Savoia de l’Aviazione Legionaria al servicio del general Franco y, en ocasiones, por aviones de la Legión Cóndor alemana.
«Ser un centro industrial, contar con fábricas de armamento y de construcción de aviación republicana, y ser un importante nudo de comunicaciones a través de la red ferroviaria, convirtieron a Reus en un objetivo militar desde el principio», explica Ezequiel Gort, archivista de l’Arxiu Municipal de Reus y coautor conjuntamente con Salvador Palomar del libro Viure sota les bombes. Els Bombardeigs a Reus 1937-1939, que recoge la crónica de quienes sufrieron el bombardeo.
A todos estos factores se sumó el terror de la población civil. Ezequiel recuerda que «una de las ideas que se extendió en los años treinta era que los conflictos se podían ganar desde la retaguardia, con el terror y desmoralizando la población civil».
Las bombas
El primer bombardeo en Reus fue el 9 de abril de 1937 y el último el 15 de enero de 1939. Pero los ataques más trágicos fueron los de los días 21 y 24 de enero de 1938. La memoria colectiva todavía recuerda el impacto de una de las bombas en la entrada del refugio antiaéreo de la plaza de la Llibertat el día 21.
Este era el refugio más grande de la ciudad y se construyó debajo de la actual plaza de la Llibertat. Tenía diversas entradas que iban desde el andén de la estación del Norte (actual Parc de Sant Jordi) hasta el pie del Campanaret (en la intersección de las calles Llovera y Amargura). Era una red de galerías que atravesaban de largo la totalidad de la plaza y, aunque no se pudo terminar como estaba proyectado, las galerías abiertas ocupaban 957,60 metros cuadrados y permitían proteger a 3.351 personas.
El ataque fue el más mortífero. En el libro de Ezequiel Gort un hermano de uno de los que consiguió refugiarse en la plaza de la Llibertat relata que «tocaron las sirenas y todo el mundo corrió hacia el refugio. Cuando estuvo a bajo explotó la bomba arriba y le cayó la gente encima. No se sabe si eran muertos o eran vivos. Cuando quiso salir, no les dejaron hasta que recogieron a todos los muertos».
Otro de los testigos recuerda que «aquel día mi padre trabajaba allí cerca. Él estaba en la parte de afuera, pero cuando oyó las sirenas se fue hacia el interior del refugio. Cuando llegó a la esquina los demás ya no pudieron continuar hacia abajo. Murieron, les tocó la bomba».
Una cuarentena de muertos. Este fue el balance de fallecidos en el ataque en el refugio de la plaza de la Llibertat. Ezequiel explica que «el recuerdo de los supervivientes es que recogían los restos de los muertos con palas. Este hecho dejó a la ciudad marcada para siempre».
Otra de las jornadas trágicas fue el 24 de enero de 1938, cuando dos bombardeos aéreos, uno poco antes de las ocho de la mañana y el otro a la una del medio día, dejaron un balance de cerca de medio centenar de muertos en la ciudad.
Los refugios
A pesar del trágico suceso de la plaza de la Llibertat, Reus construyó durante la Guerra Civil una impresionante red de refugios antiaéreos, para asegurar la defensa de la población civil. El esfuerzo se realizó en apenas un año, mientras los bombardeos continuaban y las alarmas sonaban diariamente.
«Un millar de personas trabajaban diariamente en la construcción de los refugios para esconder a más de 25.000 personas», explica Ezequiel Gort, quien añade que previamente se realizaron estudios para determinar los materiales y el proceso de construcción que garantizara la protección de los ciudadanos. «También se creó la llamada Brigada de Defensa integrada por albañiles, bomberos, sanitarios, carpinteros,… para que auxiliaran a la gente», añade el archivista.
Después del de la plaza de la Llibertat, el refugio que mayor capacidad tenía era el construido en la plaza de Prim, con una superficie de 664 metros cuadrados y una capacidad para 2.324 personas. Finalmente se excavaron 18 refugios públicos y al menos 90 de particulares, impulsados por empresas que querían salvaguardar a sus empleados y vecinos que querían proteger su vida.
Tras finalizar la Guerra Civil, la ciudad quedó vacía. Ezequiel Gort cifra en 1.000 las viviendas afectadas, 330 las casas destruidas y más de 200 los muertos durante todo el conflicto causados por 67 bombardeos. Pero el archivista subraya que todo empeoró a partir del día 21 de enero cuando «el miedo fue entrando en cada una de las casas poco a poco. El día 21 de enero de 1938.
http://www.diaridetarragona.com/reus/073818/carniceria/21/enero/1938
Marzo de 1938 La aviación Italiana bombardea Reus |
Diari de Tarragona.com / S.F. / 20-01-2013
La memoria histórica sigue viva en Reus. Hoy se conmemora el 75 aniversario de los bombardeos más sangrantes que sufrió la ciudad durante la Guerra Civil. El día 21 de enero de 1938 resta desde entonces en la memoria colectiva de la ciudad. Reus fue objetivo de los bombardeos de la aviación fascista, mayoritariamente perpetrados por la Savoia de l’Aviazione Legionaria al servicio del general Franco y, en ocasiones, por aviones de la Legión Cóndor alemana.
«Ser un centro industrial, contar con fábricas de armamento y de construcción de aviación republicana, y ser un importante nudo de comunicaciones a través de la red ferroviaria, convirtieron a Reus en un objetivo militar desde el principio», explica Ezequiel Gort, archivista de l’Arxiu Municipal de Reus y coautor conjuntamente con Salvador Palomar del libro Viure sota les bombes. Els Bombardeigs a Reus 1937-1939, que recoge la crónica de quienes sufrieron el bombardeo.
A todos estos factores se sumó el terror de la población civil. Ezequiel recuerda que «una de las ideas que se extendió en los años treinta era que los conflictos se podían ganar desde la retaguardia, con el terror y desmoralizando la población civil».
Las bombas
El primer bombardeo en Reus fue el 9 de abril de 1937 y el último el 15 de enero de 1939. Pero los ataques más trágicos fueron los de los días 21 y 24 de enero de 1938. La memoria colectiva todavía recuerda el impacto de una de las bombas en la entrada del refugio antiaéreo de la plaza de la Llibertat el día 21.
Este era el refugio más grande de la ciudad y se construyó debajo de la actual plaza de la Llibertat. Tenía diversas entradas que iban desde el andén de la estación del Norte (actual Parc de Sant Jordi) hasta el pie del Campanaret (en la intersección de las calles Llovera y Amargura). Era una red de galerías que atravesaban de largo la totalidad de la plaza y, aunque no se pudo terminar como estaba proyectado, las galerías abiertas ocupaban 957,60 metros cuadrados y permitían proteger a 3.351 personas.
El ataque fue el más mortífero. En el libro de Ezequiel Gort un hermano de uno de los que consiguió refugiarse en la plaza de la Llibertat relata que «tocaron las sirenas y todo el mundo corrió hacia el refugio. Cuando estuvo a bajo explotó la bomba arriba y le cayó la gente encima. No se sabe si eran muertos o eran vivos. Cuando quiso salir, no les dejaron hasta que recogieron a todos los muertos».
Otro de los testigos recuerda que «aquel día mi padre trabajaba allí cerca. Él estaba en la parte de afuera, pero cuando oyó las sirenas se fue hacia el interior del refugio. Cuando llegó a la esquina los demás ya no pudieron continuar hacia abajo. Murieron, les tocó la bomba».
Una cuarentena de muertos. Este fue el balance de fallecidos en el ataque en el refugio de la plaza de la Llibertat. Ezequiel explica que «el recuerdo de los supervivientes es que recogían los restos de los muertos con palas. Este hecho dejó a la ciudad marcada para siempre».
Otra de las jornadas trágicas fue el 24 de enero de 1938, cuando dos bombardeos aéreos, uno poco antes de las ocho de la mañana y el otro a la una del medio día, dejaron un balance de cerca de medio centenar de muertos en la ciudad.
Los refugios
A pesar del trágico suceso de la plaza de la Llibertat, Reus construyó durante la Guerra Civil una impresionante red de refugios antiaéreos, para asegurar la defensa de la población civil. El esfuerzo se realizó en apenas un año, mientras los bombardeos continuaban y las alarmas sonaban diariamente.
«Un millar de personas trabajaban diariamente en la construcción de los refugios para esconder a más de 25.000 personas», explica Ezequiel Gort, quien añade que previamente se realizaron estudios para determinar los materiales y el proceso de construcción que garantizara la protección de los ciudadanos. «También se creó la llamada Brigada de Defensa integrada por albañiles, bomberos, sanitarios, carpinteros,… para que auxiliaran a la gente», añade el archivista.
Después del de la plaza de la Llibertat, el refugio que mayor capacidad tenía era el construido en la plaza de Prim, con una superficie de 664 metros cuadrados y una capacidad para 2.324 personas. Finalmente se excavaron 18 refugios públicos y al menos 90 de particulares, impulsados por empresas que querían salvaguardar a sus empleados y vecinos que querían proteger su vida.
Tras finalizar la Guerra Civil, la ciudad quedó vacía. Ezequiel Gort cifra en 1.000 las viviendas afectadas, 330 las casas destruidas y más de 200 los muertos durante todo el conflicto causados por 67 bombardeos. Pero el archivista subraya que todo empeoró a partir del día 21 de enero cuando «el miedo fue entrando en cada una de las casas poco a poco. El día 21 de enero de 1938.
http://www.diaridetarragona.com/reus/073818/carniceria/21/enero/1938
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