Ayuntamiento y vecinos recuperarán el escenario de una batalla en la que murieron cientos de combatientes.
elcorreo.com / ALBA CÁRCAMO / 11-01-2013
Lemoa rescata la memoria histórica |
Lemoa fue un punto estratégico de la resistencia en la Guerra Civil
española. La importancia de la cantera de Lemoa, comienzo del «cinturón
de hierro», atrajo a millares de combatientes -sobre todo asturianos-y
gudaris. Fue el último reducto fiel a la República junto a Bilbao, que
se rindió apenas dos meses después de «la sangrienta lucha» de Peña
Lemona. Cientos de milicianos y gudaris perdieron la vida en la batalla,
entre el 29 de mayo y el 15 de abril de 1937.
«Fue la batalla más sangrienta, murieron más de mil personas y
nunca se hizo nada para recordarlo», afirman los expertos. Dada la
importancia de la localidad en la contienda, un grupo de vecinos y el
Ayuntamiento han decidido que hay que investigar para «recuperar,
comprender y dar a conocer lo ocurrido en nuestro pueblo».
A través de una comisión de la memoria histórica que se conformará
este mes, entre otras actividades, el proyecto municipal incluye el
arreglo de la ermita que corona la cumbre de Peña Lemona, construida por
la duquesa del Infantado en honor de su hijo, que según afirman, fue un
alférez sobrino y ahijado del general Mola y cuyo cadáver nunca
apareció.
En su honor, ordenó construir el templo. «Queremos que la ermita de
la cima se convierta en museo de la batalla», han apuntado expertos de
Elizondo Lagunak. El objetivo pasa por que sea «una herramienta de
reconciliación para recuperar la memoria histórica».
Con la misma metodología que la Kultur-Gune de Elizondo, serán los
lemoarras los que devolverán el esplendor a un templo religioso casi
olvidado y ante todo «deteriorado», explicó el concejal de Deportes,
Cultura y Euskera, Aitor Erauzkin. Sin embargo, no será la única
edificación que será sometida a un lavado de cara.
Campos de trabajo
Otra de las actividades previstas pasa por celebrar en verano
campos de trabajo para jóvenes-tanto del pueblo como foráneos-en los que
se recuperen las trincheras en colaboración con la Sociedad de Ciencias
Aranzadi. Todo ello, precisó el edil, «con la aprobación de la comisión
popular», que se creará el día 24 en el hogar del jubilado, a las 19.30
horas, y que será una reunión abierta a todos los interesados.
El objetivo de estas labores veraniegas pasa por «concienciarnos a
los jóvenes de lo que ocurrió porque fue una batalla sangrienta»,
recordó Erauzkin antes de aclarar que «aparte de Durango, Otxandio,
Gernika y Bilbao, Lemoa fue una de las localidades que más sufrió y ha
quedado olvidada».
De hecho, se convirtió en la última posición en manos republicanas
antes de la rendición de Bilbao. Cientos de restos aún yacen en las
laderas de una montaña que fue testigo de intensos combates. La aviación
alemana e italiana regó de sangre este enclave del valle de Arratia.
Todavía hoy se encuentran restos de munición y diversos objetos por las
laderas. Recuerdos que vecinos y visitantes podrán ver en las
exposiciones que se programarán este año. «Se quiere recopilar
información de particulares, de revistas, periódicos,
fotografías...»-adelantó el concejal- para «arrojar algo de luz sobre
unos hechos tan oscuros».
Los responsables locales creen que, en el 76 aniversario de la
batalla, ha llegado el momento de profundizar en el pasado más triste de
la localidad aunque el momento no es casual. La exhumación del cuerpo
de un miliciano realizada en Lemoa por la sociedad de ciencias Aranzadi a
mediados de 2011 despertó la curiosidad y supuso un acicate para la
recuperación de la Memoria Histórica.
Enterrado en un pinar, en el que destacaron los antropólogos, «se
han hecho que sepamos tres repoblaciones», su cuerpo terminó saliendo a
la luz. Además, «estaba enterrado a muy poca profundidad por lo que se
puede concluir falleció en el cuerpo a cuerpo».
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