jueves, 11 de septiembre de 2014

Ex-presos políticos antifranquistas piden apoyo para que el penal de Palencia sea un Lugar de Memoria y no un Museo Policial

La cárcel de Palencia fue penal de presas y presos políticos de tercer grado


Penal-Palencia
Cárcel de Palencia

Enviado por ARAINFO | REDACCIÓN el 8 septiembre, 2014
Veteranos ex-presos políticos del penal de Palencia, agrupados en La Comuna Castilla/León, han hecho público un manifiesto ante el debate sobre el futuro de la antigua cárcel castellana. Entre los firmantes se encuentran José Aznar, Ángel Hernández Pardo (preso de agosto 1975 a julio 1976), Mariano López Monreal (de abril a octubre 1975), Manuel J. Martínez Salvador (de abril a agosto de 1976), Josep María Palomas (1975), Antonio Pérez Rodríguez (de octubre a diciembre 1975), Luis Puicercús Vázquez (de octubre a diciembre 1975), Luis Roncero Doña (de agosto a diciembre 1975), Luis Suárez-Carreño Lueje (de febrero a diciembre 1975) y Francesc Tubau (1975).
Las cárceles que durante el franquismo fueron destinadas a penales para presos y presas políticas constituyen “un testimonio físico y urbano fundamental de ese periodo histórico, en tanto que emblema y escenario destacado de la represión de la dictadura, así como de su inseparable corolario, la resistencia popular”, señalan en el texto.
La cárcel de Palencia fue penal de presas y presos políticos de tercer grado. En esa cárcel, al igual que en otras destinadas igualmente a penales de políticos y políticas (Segovia, Zamora, Zaragoza, Jaén, etc.), o de paso o tránsito en espera de juicio (Carabanchel, La Modelo), “se escribieron muchas páginas de crueldad y castigo del régimen fascista surgido tras el alzamiento militar de 1936, de una brutal guerra de aniquilamiento sistemático de cualquier resto democrático, apoyada por la Alemania nazi y la Italia fascista, y de la larga posguerra de represión y explotación”.
Y en esos mismos lugares se desarrollaron “sordas epopeyas de resistencia y supervivencia protagonizadas por represaliados y represaliadas: huelgas de hambre, celdas de castigo, torturas, censura y aislamiento…”
“Pero en relación a la aceptación de su pasado reciente, nuestro país constituye un lamentable caso de ocultación y falsificación histórica: Poderes políticos, también de muchos medios de comunicación, mantienen una empecinada indiferencia, cuando no abierto rechazo, a los principios elementales y universales de verdad, justicia y reparación”, denuncian los ex-presos en el manifiesto.
Desde la “sistemática negativa a perseguir los crímenes del franquismo”, a la “negación de cualquier ayuda para recuperar los cuerpos y la memoria de los represaliados y represaliadas”, o al mantenimiento de símbolos y narraciones fascistas de la historia… muy cerca de Palencia, en Aguilar de Campoo, “acabamos de sufrir el último y vergonzoso episodio” con el reciente homenaje (el 23 de agosto, autorizado por ayuntamiento y guardia civil), a la Legión Cóndor, escuadrilla nazi responsable del bombardeo de Gernika en el año 1937, entre otros “cobardes crímenes de lesa humanidad”.
Para el colectivo de veteranos, el tratamiento de las cárceles franquistas no constituye una excepción. “Así, tuvimos que asistir a la demolición de la cárcel de Carabanchel, un escandaloso atentado a nuestra historia maquillado patéticamente como operación urbanística modernizadora, al igual que ahora se pretende una reconversión y reutilización del penal de Palencia que oculte su relevante significado histórico, e incluso proponiendo usos que flagrantemente ofenden la memoria y la dignidad democrática de nuestro pueblo, como el de museo de la policía nacional”, aseveran.
En el manifiesto inciden en que vale la pena recordar que estos fueron escenarios de represión hasta la misma muerte del dictador a mediados de los años 70, como atestiguan los firmantes, ex-presos políticos del penal de Palencia, procedentes de distintos lugares del estado español y adscritos en su día a diferentes corrientes políticas e ideológicas, pero unidos en su lucha común contra la dictadura, y que en esos mismos años del tardofranquismo convivieron en este penal.
Como víctimas directas de la dictadura y en particular de su represión carcelaria en esta prisión, “nos consideramos con autoridad moral para expresar nuestra opinión ante el debate ciudadano abierto en torno al futuro de este hito urbano e histórico”.
En este sentido, se solidarizan “plenamente” con la reivindicación social de que la cárcel de Palencia sea un centro cultural y lugar de la memoria antifranquista y de la lucha por las libertades cívicas y derechos sociales. Y manifiestan su reconocimiento “a muchas personas que en Palencia, durante nuestros años de prisión, mostraron en múltiples formas su apoyo a los presos políticos, en particular ofreciendo puestos de trabajo para aquellos que pudieron acceder al llamado régimen abierto”.
Para este colectivo, la reconversión de un “lugar emblemático de la represión fascista”, como lo es una cárcel, en un espacio para “el desarrollo de la cultura, la creatividad, y, en definitiva, la libertad y la diversidad”, constituye “un ejercicio de afirmación democrática que dignificará al pueblo y las instituciones palentinas”. En el caso de la cárcel de Palencia, “el hecho de que en la misma pasaran alguna temporada encerrados por sus ideas y su compromiso con la libertad personalidades de la talla de Miguel Hernández, le otorga un valor especial a dicha reconversión”.
“Junto a ello, el respeto a nuestra historia, y a las víctimas de la dictadura, exige que se reconozca y difunda el papel que este inmueble ha jugado en el pasado reciente de nuestro país. Su función también como lugar de la memoria otorgará a este espacio singular una utilidad añadida como testimonio histórico, en particular para las jóvenes generaciones palentinas, sabiendo que un futuro de progreso solo se puede construir sobre el conocimiento honesto y cabal de nuestro pasado, con sus luces y sus sombras”, apostilla el manifiesto.
Por el contrario, “planes como el de albergar en la cárcel un museo policial, no solamente resulta un despropósito desde el punto de vista del aprovechamiento social y cultural de tal espacio, sino que, dado su historial durante la dictadura, no puede interpretarse más que como una afrenta a la memoria de los que padecimos prisión y represión entre sus muros”. “No hace falta recordar que la policía era el instrumento principal de la dictadura para sojuzgar a la población y perpetuarse. Ni es necesario insistir en que nuestras autoridades e instituciones se han negado hasta ahora a reconocer y reparar los crímenes cometidos por los cuerpos represivos franquistas”, subrayan.
La forma en que finalmente se materialice la reutilización de este espacio creen que debe ser “el resultado de un proceso amplio de consulta y participación cívica, una decisión, en definitiva, consensuada de la mayoría de la sociedad palentina”.
El manifiesto ya ha sido respaldado por la Unión Cívica por la República, la Plataforma Lugar de Memoria Antigua Cárcel de Carabanchel, la Plataforma Contra la Impunidad del franquismo, la Asociación de Amistad 1º de Mayo y el Ateneo Asambleario Segoviano.
Jornadas contra el museo y archivo de la policia
Desde el pasado 5 de septiembre se vienen desarrollando en Palencia, organizadas por la Asamblea contra el archivo-museo de la policía y con la colaboración de La Comuna, CNT, CGT e Izquierda Anticapitalista, unas jornadas de sensibilización con charlas y proyecciones que concluirán el 7 de octubre.

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