ADEMÁS DEL MONOLITO DE LAS CÍES, EN VIGO SE ELIMINARON ESCUDOS E INSCRIPCIONES EN UNA DOCENA DE IGLESIAS Y EN LA CASA DAS ARTES
Eliminación de vestigios franquistas de Colegiata. // J.M./R.G. |
MARTA FONTÁN VIGO 07.09.2014
La aprobación en 2007 de la Ley de la Memoria Histórica supuso el principio del fin de la simbología franquista. En territorio vigués es historia uno de los que fue uno de los grandes símbolos de la dictadura, el monolito de las islas Cíes, que se demolió el verano de 2008. Ya han desaparecido también otros vestigios: los superpuestos en las fachadas de más de una decena de iglesias de la ciudad, así como otros que había en edificios tan céntricos y emblemáticos como el del antiguo Rectorado de Areal o el de la Casa das Artes. Ahora, con la sentencia del juez de lo Contencioso-Administrativo, el Concello, que aún puede recurrirla, está obligado a demoler la controvertida Cruz de O Castro, ubicada frente a la explanada donde se ubica el propio Ayuntamiento.
La eliminación del monolito franquista de Cíes no fue fácil. Tras un primer intento fallido el 30 de junio de 2008, esta mole construida en 1961 cayó a la tercera voladura al día siguiente, 1 de julio, el mismo en el que la Xunta asumía la tutela del Parque Marítimo-Terrestre Illas Atlánticas de Galicia. En total, hicieron falta 50 kilos de explosivos para finiquitar lo que el entonces conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez, definió como “un auténtico pegote de hormigón”.
En 2010 se comenzó a retirar simbología de la dictadura en pleno centro de Vigo. Así, se procedía a la eliminación de vestigios en doce templos. Además de en Santiago de Vigo y en la Concatedral, se actuó en las iglesias de San Andrés de Comesaña, San Miguel de Bouzas, Santa María de Castrelos, San Salvador de Coruxo, San Salvador de Teis, Santo Tomé de Freixeiro, San Francisco de Asís, San Miguel de Oia, San Andrés de Valladares y Santa Cristina de Lavadores. Lo que no se pudo retirar entonces fueron los restos tallados en la piedra, ya que requerían de una autorización de la Xunta.
También se eliminó el escudo que presidía la fachada del antiguo Rectorado de Areal, que se sustituyó por el emblema del Concello cuando Corina Porro trasladó al edificio la Alcaldía -se mantuvo allí hasta el gobierno de Abel Caballero-. Y se actuó asimismo en otro inmueble emblemático de la ciudad, el de la Casa das Artes. “Año de la Victoria. Anno Domini MCMXXXIX”. Tanto estas inscripciones alusivas a la victoria del bando nacional en la Guerra Civil como el escudo preconstitucional que coronaban la fachada desaparecieron.
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