TOMARÁN UNA MUESTRA DE SANGRE AL
PADRE DE UNA VÍCTIMA DE LA DICTADURA Y EL PRESIDENTE DE LA INSTITUCIÓN
VIAJARÁ A ESPAÑA PARA ENTREGAR SU ADN
La querellante Inés García Delgado. |
ANA DELICADO BUENOS AIRES 07/06/2014
Inés García Holgado es una de los tres
querellantes que desde Argentina dieron comienzo a la causa contra los
crímenes franquistas. El Equipo de Antropología Forense de
Argentina intervendrá ahora en su caso para ayudarla a encontrar los
restos de su tío Vicente, desaparecido durante la guerra civil cuando
era teniente médico de la 11ª División republicana.
Con ese fin le tomarán una muestra de
sangre al padre de Inés, que será enviada a la Facultad de Medicina de
la Universitat de Barcelona. Allí, el Laboratorio de Genética Forense de
la Facultad de Medicina podría cotejarla con los restos que aparezcan
en futuras exhumaciones.
“En estos momentos estoy muy emocionada”,
admitía Inés a Público. “El Memorial Democràtic de Barcelona me ayudó a
buscar documentación pero hasta ahora no había resultados. Estoy
contenta de ser argentina porque el Equipo de Antropología Forense me va
a ayudar”.
Inés investiga desde hace 14 años el
fusilamiento de dos tíos abuelos asesinados durante la dictadura. Uno
era alcalde de Salamanca, el otro, concejal. El caso de su tío no es
menos significativo, aunque todavía no hay restos con los que comparar
el ADN que viajará desde Argentina. “Hay que esperar a que abran
fosas, pero en la Universitat están esperanzados de que el Gobierno
catalán lo haga tras las próximas elecciones”.
Las últimas noticias que su familia tuvo
de su tío fueron en 1938. “La última carta que recibió mi abuela fue
enviada desde Teruel, pero suponemos que él debió seguir viaje. Después
mi abuela lo estuvo buscando y no lo encontró más”, reflexiona Inés.
“Ahora mandaré la muestra de mi padre a Catalunya porque desde el
principio me ayudaron, y además, abarcan Aragón dentro de sus
investigaciones”.
La querellante rescata la voluntad de su
padre para ofrecer su ADN. “Desde que comenzó esto, mi padre no ha
querido salir en la prensa ni ir a los tribunales. Lo ha dejado todo en
mis manos por lo doloroso que es todo para él” reconoce esta
mujer. “Pero ahora dice que se puede morir tranquilo. El hecho de ir a
dar una muestra de sangre es para él un sosiego porque quedará para el
futuro”.
Con los ojos en España
“Inés y su padre vendrán el próximo
lunes, y yo mismo llevaré la muestra a España el 3 de julio para
remitirla al lugar que nos diga”, cuenta a este diario Luis Fondebrider,
presidente del equipo de antropología forense de Argentina. “Como
tenemos un laboratorio propio de genética y hemos recolectado más de
9.000 muestras de familiares de desaparecidos en Argentina, es habitual
para nosotros este procedimiento”.
Ésta es la segunda vez que su prestigiosa
institución ayuda a una víctima del franquismo. En 2013, los forenses
intervinieron por primera vez para tomar una muestra de sangre al padre
de Adriana Fernández, otra de los impulsores de la causa, que sirvió
para confirmar el hallazgo de los restos de su abuelo Antonio Fernández
García en una fosa común.
Desde que Fondebrider fundara hace 30
años este grupo de investigación, compuesto apenas por 65 personas, el
equipo ha recuperado unos 1.200 cuerpos en Argentina. La mitad ya han
sido identificados y restituidos a sus familiares. “Seguimos encontrando
cuerpos en distintas partes del país. Actualmente trabajamos en siete
provincias, de Buenos Aires hacia el Norte, que son las áreas donde más
personas hubo desaparecidas”, expone el forense. “Por eso tenemos
equipos trabajando en la búsqueda de fosas en lugares donde funcionaron
áreas militares y policiales, o en cementerios”.
ADN para el futuro
El presidente del Equipo Forense tiene
cálidas palabras para el forense vasco Francisco Etxeberría y para
Emilio Silva, uno de los fundadores de la Asociación Por la Recuperación
de la Memoria Histórica (ARMH). “Los conozco hace muchos años”, dice
en referencia a ambos. “Sé que ellos utilizan diferentes laboratorios de
genética en España que a veces les pueden hacer análisis, pero su
búsqueda se complica al no haber en España un banco nacional de datos
genéticos con las muestras de familiares de toda España”.
Lo dice con conocimiento de causa, él que
ha trabajado en 50 países del mundo. Además de casi todos los de
América Latina, su equipo se ha trasladado a Sudán, Sudáfrica, Libia,
Etiopía, Irán, Irak, Indonesia, los Balcanes y Timor Oriental, entre
otros. Es decir, a casi todos los países donde ha habido violencia
étnica o política en los últimos 40 años.
En cambio, en España es evidente el vacío
que existe. “España tiene excelentes genetistas forenses”, admite
Fondebrider. “Pero falta una decisión político y judicial para que todos
los familiares puedan dejar su muestra antes de que se mueran. Esa
genética es necesaria para el momento en que se realicen los análisis de
los restos óseos recuperados de fosas”.
El forense, de hecho, estará unos días en
Madrid para participar en una conferencia sobre exhumaciones. “España
tiene una asociación de memoria histórica que ha sido un motor clave en
todos los trabajos que se realizan en España”, aplaude. “Lo que le falta
es el acompañamiento del Estado, y que éste se haga cargo y dé una
respuesta a miles de familiares que quieren acceder a algo muy básico y
que es un derecho humano universal: saber qué pasó con sus seres
queridos, y que en esos casos la Justicia se haga cargo, como
corresponde”.
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