viernes, 1 de noviembre de 2013

Los 'niños de la guerra' de Moscú piden auxilio a Rajoy tras fallarles Putin

El Centro Español está a punto de cerrar su sede porque el ayuntamiento de la capital ha duplicado el precio del alquiler. Desde 2011 no recibe ninguna subvención por parte del Gobierno español. Solicitan obtener un trato similar al Circo de Moscú, que paga un "alquiler simbólico"

'Niños de la guerra' practicando gimnasia en una de las 'casa de niños españoles'en la URSS.- Cedido por Centro de España en Moscú

'Niños de la guerra' practicando gimnasia en una de las 'casa de niños españoles'en la URSS.- Cedido por Centro de España en Moscú

ALEJANDRO TORRÚS Madrid 01/11/2013 

Segundo 'match ball' en menos de un año para el Centro Español de Moscú. La antiguada sede del PCE en Rusia, y punto de encuentro desde 1965 de los niños de la Guerra Civil española que fueron llevados a la URSS, se encuentra en una situación dramática cercana al cierre. El ayuntamiento de Moscú, a través de una carta, ha duplicado el precio del alquiler del local con efectos retroactivos desde el pasado enero elevando el coste del local desde 1.236 euros al mes a algo más de 2.400 euros. La única explicación del ayuntamiento de Moscú ha sido una vaga referencia a un "acuerdo suplementario" con fecha del 23 de agosto.
"En caso de efectuarse esta subida de alquiler sería la puntilla para el Centro. No podemos afrontar más gastos", relata a Público Enrique Alonso, secretario del Centro, que tiene de plazo hasta el 5 de noviembre para efectuar el pago antes de ser penalizado con una multa económica. "Si el 5 no hemos recibido ayuda tendremos que cerrar. No podemos pagar esas multas", prosigue Alonso.
Tras recibir esta misiva del ayuntamiento moscovita, el Centro Español de Moscú ha pedido auxilio al presidente de Rusia, Vladimir Putin; al alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, y al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad a través del consulado general de España en Rusia. De momento, sólo Putin ha contestado a sus suplicas con una carta en la que se desentiende del tema. El Ministerio de Sanidad asegura el departamento no ha recibido ninguna misiva hasta el momento y el alcalde de Moscú debe responder, por ley, en el plazo máximo de un mes.
La petición de los niños de la guerra a Rusia es que el alquiler del local "sea simbólico", como ya ha hecho el ayuntamiento con otras organizaciones, como el circo de Moscú. Al Gobierno español, por su parte, el Centro Español de Moscú solicita que recupere la subvención que hasta el año 2010 el Estado español estuvo destinando a esta institución a través del IMSERSO.
La única institución española que, hasta el momento, ha prestado ayuda al Centro ha sido el Gobierno autonómico de Euskadi, que ha aprobado una subvención de 10.000 euros, que aún no ha sido abonada, según aseguran desde el Centro. "Si nos quitan este lugar desaparecemos de la faz de Rusia. Es como nuestra madre", explica Francisco Mansilla, presidente del Centro, a Público.

Primer 'match ball' salvado

No es la primera vez que el Centro Español de Moscú tiene problemas económicos. El pasado mes de abril, el Centro estuvo al borde del cierre al no poder hacer frente al pago de 9.000 euros en concepto de alquiler más gastos generales de luz y teléfono. En aquella ocasión, la institución logró salir adelante gracias a las aportaciones desinteresadas de ciudadanos españoles y rusos y del aumento de las cuotas de los socios. "Ya no podemos pedir más a los socios. Aquí en Rusia los ciudadanos tienen cada vez menos poder adquisitivo", se lamenta Enrique Alonso.

Exilio interior

La larga travesía hacia el olvido de estos españoles en perpetuo exilio comenzó en 1937. Alrededor de 3.000 menores españoles llegaron a Rusia huyendo de la Guerra Civil y fueron alojados en las llamadas 'Casas de niños españoles', residencias donde recibían educación y alimentos. La Unión Soviética procuró una carrera universitaria al que deseara estudiar y un oficio industrial a los que prefirieron trabajar. A pesar de las circunstancias, muchos de ellos reconocen haber sido unos privilegiados por el trato recibido de las autoridades soviéticas, sobre todo si se compara con los derechos del pueblo ruso.
La tragedia, sin embargo, iba por dentro. Han vivido la Guerra Civil cuando aún eran demasiado pequeños para entender qué estaba ocurriendo, pero también padecieron el horror de la II Guerra Mundial. Muchos de ellos, a pesar de su corta edad, tuvieron que trabajar en la construcción de aviones y armamento militar en la Unión Soviética. Se trataba de derrocar al fascismo, y la victoria de la URSS también les acercaría a su victoria personal: regresar a casa junto a papá y a mamá.
La comunidad española de 'niños de la guerra' fue la única familia para la mayoría de ellos y el Centro Español de Moscú, antigua sede del PCE reconvertida en centro cultural en 1965, su último suelo patrio. De los tres mil niños de la guerra que salieron de España con rumbo a la URSS durante y después de la Guerra Civil, quedan hoy en Rusia 105 personas (61 viviendo en Moscú, 16 en la región de Moscú y 28 en otras ciudades), 20 menos que a principios de enero de 2012.

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