domingo, 15 de septiembre de 2013

La importancia del acto de El Mazucu…

La agresión al monolito demuestra la necesidad de poner en marcha el triple principio: verdad, justicia y reparación


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Monolito  de homenaje en el Mazucu (Asturias)


 Rubén Norniella, 12 Sep 2013 

LA IMPORTANCIA DEL ACTO DE EL MAZUCU…
Un pueblo que olvida su historia es un pueblo sin futuro, ya que está condenado sin remisión a repetirla. Este aforismo resulta incuestionable cuando observamos hasta qué punto la Transición Política Española es ya un fracaso absoluto y la puesta en marcha de una segunda Transición es una evidencia cada vez menos cuestionada. En ese sentido, el acto que se va a celebrar este sábado en el Altu de El Mazucu se ofrece como un camino ineludible hacia la regeneración democrática.
Todos  los países europeos, incluso los latinoamericanos, que sufrieron el fascismo han realizado una ineludible catarsis democrática. El principio de “verdad, justicia y reparación” es el principio irrenunciable hacia una verdadera democracia.
En España no se estableció la verdad histórica sobre el franquismo, lo que ha permitido que el revisionismo histórico de pseudohistoriadores como Pio Moa traten de disfrazar lo ocurrido. Se recurre –como bien explicaba Gerardo Iglesias en la Mesa Redonda celebrada el pasado martes en Oviedo- a mentiras como que “en ambos bandos hubo cosas”, para tratar de igualar a los depositarios de la voluntad popular –la Republica-, con los golpistas que se alzaron contra dicha voluntad, con el apoyo del fascismo internacional –nazis y fascistas italianos-.
Tampoco se hizo justicia. Ni se juzgó al franquismo –ni siquiera ha habido una condena institucional al franquismo, ya que el PP lo ha impedido-, ni se anularon las sentencias del aquel Régimen. Algo que hace que los que lucharon por la única democracia plena que ha conocido España en toda su existencia, sean considerados legalmente como bandoleros. Curiosamente, esos mismos hombres son considerados héroes en toda Europa por su lucha contra el nazismo y han sido distinguidos con los máximos honores en la vecina Francia. Este hecho da una idea clara de nuestra calidad democrática.
Por último, tampoco ha existido una reparación a las víctimas. Al contrario: muchos de ellos continúan en las cunetas, no se ha realizado una investigación oficial sobre los asesinatos y desapariciones y el trabajo que debía realizar el Estado lo tienen que realizar penosamente y sin apenas recursos las Asociaciones Memorialistas. Tampoco se ha esclarecido ni reparado a las víctimas del trabajo esclavo, ni se han establecido indemnizaciones por parte de las empresas que se vieron favorecidas por dicho trabajo. Muchas de ellas son hoy algunas de las mayores y más prosperas empresas del país. Ahí tienen una de las claves por las cuales existe tanto miedo a la memoria histórica.
Además, las estructuras judiciales, económicas y financieras del franquismo han pervivido hasta hoy. La legalidad franquista sigue estando en vigor. Esa es la consecuencia de la máxima de Torcuato Suárez Miranda –el arquitecto asturiano de la Transición-: “de la ley a la ley”.
Ese pretendido paso de una dictadura fascista a una presunta democracia sin desmontar las estructuras de la dictadura tenían una consecuencia previsible aunque ignorada entonces: si  pervivían las estructuras, también lo harían los “vicios” del sistema, su corrupción… En esas estamos. Ahora, la crisis ha hecho reventar las alcantarillas del sistema y la mierda ha llegado a la calle.
Otra consecuencia lamentable de la Transición es la de ver como la difamación permanente que el franquismo hizo de la Republica continua hoy con la misma tónica. La II Republica supuso que, por primera vez en España, se pusieran en marcha reformas que ya se habían realizado en toda Europa tras la Revolución Francesa, pero que no llegaron a España, en la que manteníamos una estructura pseudofeudal. La resistencia a tales medidas por parte de dicha estructura, apoyadas por la derecha española –por la cual jamás pasaron las ideas de la Ilustración-, de corte integrista en lo religioso y nacional-centralista, en lo administrativo, fue tal que Gil Robles, líder de la Ceda, no tenía reparo alguno en amenazar en la prensa de la época, que acabarían con las citadas reformas “por las buenas o por las malas”. A ello se le sumaba la labor de la integrista iglesia católica española, que espoleaba a los suyos desde los púlpitos. La misma Iglesia que tuvo un labor protagonista –a veces, incluso, con pistola en mano- en la Represión. Jamás  han pedido perdón por esa participación.
Esa ignorancia no ha servido –sino todo lo contrario- para cerrar y cauterizar heridas, como se ha venido sosteniendo. La también muy manida frase de “esas cosas mejor no revolverlas” es una de las más lamentables de este periodo. Esta frase –como muy bien reseñaba Gerardo Iglesias el martes- no es sino una amenaza por parte de los vencedores de la Guerra. Si a esto lo llaman ellos “cerrar heridas”, ya me contaran ustedes…
Ahora, observamos como las  clases dirigentes europeas y mundiales están aboliendo a un ritmo frenético todas las conquistas sociales logradas por los trabajadores tras la II Guerra Mundial. Están haciendo exactamente lo mismo que lo que hizo la Ceda de Gil Robles durante el llamado “bienio negro” de la II Republica. No es nuevo: lo que está ocurriendo se parece como una gota de agua a otra a lo que ocurrió tras el “crack del 29” y que derivó después a la II Guerra Mundial.
Dicen que la Transición Española la diseñó Henry Kissinguer con el propio Franco. También se ha hablado muchas veces de la “conexión alemana”, una operación con Billy Brand a la cabeza, para refundar una socialdemocracia española “a la europea”. De hecho, tras el Congreso de Suresnes, el PSOE renovado logró desplazar al histórico. La deriva hacia posiciones liberales por parte del PSOE es un hecho indiscutible…
También el papel de Santiago Carrillo y el PCE ha sido ampliamente discutido. Su papel en la Transición ha sido muy cuestionado y está lleno de errores garrafales. La izquierda institucional española ha sido muchas veces cuestionada. Y no sin razón…
Por esto, porque si queremos tener de verdad una democracia sin corrupción, sin los viejos vicios de la dictadura, el establecimiento de una segunda Transición, en la que se pongan en valor los preceptos de “verdad, justicia y reparación” son absolutamente vitales. De ahí que el acto de este sábado en El Mazucu sea vital…
En estos momentos, rescatar la verdad y ponerla en el primer plano político de la actualidad es imprescindible. Es una labor previa para poder tener una democracia de calidad. El sábado se va a homenajear a los que combatieron por la única democracia plena que España ha conocido en toda su historia. Ellos lucharon por nuestros derechos, por un futuro mejor para nosotros. Y lo pagaron con su vida. Merecen nuestro eterno reconocimiento.
El acto sirve además como devolución de otro realizado en el municipio vasco de Larrabetxu, en el que recientemente se homenajeó a los combatientes asturianos que murieron en la batalla que se produjo en ese municipio. No es solo un homenaje a los combatientes vascos y asturianos, sino a todos los combatientes que dieron su vida en la batalla más importante del Frente Norte y que serviría de manera importantísima en cómo se combatiría en la II Guerra Mundial. La “Legión Condor” alemana fue determinante para que los rebeldes franquistas vencieran en aquella batalla.
Una placa fascista que homenajea a los aviadores nazis continua, incólume, en el Alto de El Mazucu desde hace 70 años. España debe de ser el único país en el que aún continúan en pié unos monumentos que son considerados delito en el resto de Europa….
Mientras tanto, el monolito colocado también en El Mazucu para homenajear a los combatientes republicanos ha sufrido un atentado fascista: la placa ha sido arrancada y el monolito se ha visto mancillado con una pintada franquista. Esto demuestra, una vez más, la necesidad de poner en marcha el triple principio: verdad, justicia y reparación.
Rubén Norniella,  Periodista y miembro de la Junta Directiva de FAMYR

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