Restos del ‘individuo número 13’ de la fosa común de los mineros paseados en Joarilla de las Matas |
Diario de León / ANA GAITERO / 08-04-2013
Nuria limpia con paciencia los restos del ‘individuo número 13’ de la fosa común de los mineros paseados en Joarilla de las Matas el 5 de noviembre de 1936. No tiene prisa. Ni horario. Su contrato terminó en diciembre.
El Gobierno del PP acabó con las ayudas estatales para actividades relacionadas con la recuperación de la memoria histórica. y queda paralizada la identificación de 45 cuerpos de desaparecidos por la represión franquista, exhumados en las últimas fosas excavadas en León y en otras provincias por falta de dinero.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica ha logrado identificar fehacientemente, mediante comprobación de ADN con sus familiares directos, a diez leoneses desaparecidos en las cunetas en León y en Galicia.
Antonio Fernández García, El Cesterín, de Villanueva de Valdueza es uno de ellos. Su nieta, Adriana Fernández, es impulsora de la querella que estudia en Argentina el procesamiento de dos ex ministros leoneses del tardofranquismo, Martín Villa y Fernando Suárez. Otros seis leoneses fueron identificados en las fosas gallegas de Vilabella y O Amenal, en esta última los guerrilleros bercianos Caitán García Vázquez, Andrés Filloy e Isidro Filloy López.
En cuatro casos la identificación ha sido negativa y otros cuatro cuerpos exhumados en Vallecillo y La Unión de Campos (Valladolid) están pendientes de resultados de laboratorio. Los análisis de ADN tienen un coste de 350 euros, siempre que se consiga la identificación a la primera.
No hay medios para afrontar la identificación de los 14 cuerpos exhumados en Joarilla de las Matas en el verano del 2011, otros diez exhumados en San Justo de la Vega el año pasado, dos de la fosa de Teilán, siete de Izagre, ocho de Matallana de Valmadrigal y cuatro de Abenójar (Ciudad Real).
Nuria Maqueda, auxiliar de arqueología, continua su labor como voluntaria, al igual que el arqueólogo René Pacheco y Marcos González, vicepresidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica: «Queremos dejar los restos en la antesala de los análisis de ADN por si en algún momento se puede retomar la investigación», explica.
El trabajo lo realiza en el Laboratorio de la ARMH en el campus de la Universidad de León en Ponferrada. Está en la calle Memoria Histórica —inaugurada por Riesco y Folgueral el año pasado sin avisar a la asociación— pero carece de dinero para seguir adelante con la tarea de identificar a los desaparecidos en las fosas del franquismo.
Sobre otra mesa está el esqueleto de un fusilado dela fosa de Matallana de Valmadrigal en diciembre de 2010, donde se hallaron ocho cuerpos. El anagrama de la Compañía de los Ferrocarriles del Noroeste está grabado en unos botones cosidos a los jirones de tela azul. En León hay desaparecidos más de 130 ferroviarios, cuerpo que fue militarizado durante la Guerra Civil y que sufrió una notable represión en la provincia.
Sin identidad
El cráneo de este individuo fue reconstruido con minuciosidad. «Es lo más laborioso», explica Maqueda mientras muestra sendos huecos en los occipitales. La trayectoria de la bala del tiro de gracia. Tiene un diente de oro, lo que denota que «disponía de medios económicos», matiza González.
Su identidad no se podrá conocer al menos por el momento. El Estado, al que se ha reclamado que se ocupe de oficio de la exhumación de las fosas, no ha tomado cartas en el asunto. Tampoco se ha permitido al poder judicial investigar los crímenes del franquismo —el juez Garzón fue inhabilitado por intentarlo— y ahora las asociaciones de la memoria no tienen acceso a dinero público.
El desentendimiento judicial respecto a las exhumaciones no lo entienden. «Tendría que venir un juez porque hay evidencias de muerte violenta, al menos para decir que el caso está prescrito», pero no ocurre así. «Como tienen más de 25 años de antigüedad no corresponden a Justicia y como no tienen más de 100 no pertenecen a Patrimonio». Las desapariciones del franquismo están en un limbo legal.
El Laboratorio de la Memoria Histórica de Ponferrada quiere dar todos los pasos necesarios y que se exigen internacionalmente para identificar a las víctimas con el fin de resarcir a las familias y también dejar la puerta abierta a futuras investigaciones de organismos judiciales nacionales o internacionales.
Las pruebas de ADN cumplen todos los requisitos de custodia que se exigen certificar la procedencia tanto de los restos como de las muestras genéticas que se toman de familiares vivos mediante hisopos. En el caso de El Cesterín intervienieron forenses argentinos para recoger las muestras de su hijo que se enviaron por valija.
De los restos exhumados hay que enviar al laboratorio un diente y un trozo de fémur. La ARMH ha centralizado en el laboratorio privado LabGenetics la recogida de muestras de personas vivas que buscan a sus familiares desaparecidos por la Guerra Civil y el franquismo.
El laboratorio de Ponferrada es uno de los tres que existen en España, en espacios públicos, dedicados a la investigación de los restos exhumados en las fosas franquistas. La Fundación Aranzadi tiene el de San Sebastián y en Madrid en la Universidad Autónoma.
En la pizarra del laboratorio berciano hay una relación de fosas a exhumar de forma prioritaria. ¿Cuándo? No hay fechas. En verano se afrontará algún proyecto, «a pico y pala. Utilizar una retroexcavadora va a ser imposible», admite el vicepresidente de la asociación.
Ahora busca apoyo económico en las universidades norteamericanas para continuar su labor entre los hispanistas que se han involucrado en sus proyectos a lo largo de estos años. Lo que tienen claro es que «las familias no deben de pagar ni un duro. Lo hace la asociación, pero lo debería estar pagando el Estado», precisa Marco González.
«Al principio no se planteaba la identificación mediante ADN porque no teníamos medios y tampoco había conciencia de su necesidad», explica. Las identificaciones se guiaban por las características morfológicas. Los hombres que habían hecho el servicio militar tienen ficha en el archivo de Guadalajara.
Laboratorio propio
La asociación ha exhumado 153 fosas, de las cuales 46 pertenecen a la provincia leonesa y se han recuperado 1.328 cuerpos, 160 de personas desaparecidas en León durante la dictadura. Hasta 2008, los restos exhumados se enviaban al laboratorio de San Sebastián. A partir de entonces, el grupo de Ponferrada se planteó limpiar, recomponer y analizar los restos en el Bierzo. Primero fue en un taller de cerámica y después en un local cedido por la UNversidad de León en un edificio vacío del campus de Ponferrada.
Entre el 2006 y el 2011 la asociación ha gestionado un total de 434.000 euros de subvenciones estatales para «la búsqueda, exhumación e identificación de víctimas de la Guerra Civil y el franquismo», añade. De esa cantidad anual, aparte de pagar a las personas contratadas, había que pagar a maquinistas de las retros, alquiler de una furgoneta, seguros de voluntarios y la manutención. A Joarilla desplazaron un equipo de 22 personas.
El dinero se distribuyó entre el equipo de Burgos y el de Ponferrada. En el Bierzo han estado contratadas entre tres y cuatro personas desde 2008 hasta enero de 2013, entre ellos Santiago Macías quien dejó al cargo de vicepresidente en 2011 al presentarse a las elecciones municipales como número 2 del PSOE en Ponferrada. Desde entonces es incompatible estar en la directiva de la asociación y tener un cargo público u orgánico ligado a un partido. «La independencia es nuestro patrimonio», recalca González.
«Los 2,5 millones de euros que se presupuestaron para el 2012 desaparecieron. Convocaron ayudas a fundaciones vinculadas a partidos políticos para estudios sobre la transición por el mismo importe», apostilla. La fundación Faes, del PP, e Ideas, del PSOE fueron las principales beneficiarias.
En su opinión, el principal logro de la asociación y todo el movimiento de recuperación de Memoria Histórica es que «muchos hombres y mujeres puedan hablar sin tapujos de la desaparición de su padre o de su madre», aunque «ha costado más de 10 años que la exhumación de una fosa común se normalice».
http://www.diariodeleon.es/noticias/afondo/la-memoria-se-queda-en-cuneta_785267.html
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