Entrevista a Lourenzo Fernández, Catedrático de Historia Contemporánea de la USC
Lourenzo Fernández. // R. Vázquez
Faro de Vigo, 02.04.2013
“Interrogarnos sobre los verdugos nos lleva a la conclusión de que fueron muy pocos, es difícil ser verdugo, matar a otras personas”
SUSANA REGUEIRA – PONTEVEDRA “En Galicia hubo, más que nada, un golpe de estado continuado, la lógica del golpe de estado, no de guerra civil, y en este golpe de estado continuado que fue el conflicto, a los más ricos y poderosos se los mató antes y legalmente”, explica Lourenzo Fernández, que invita a los interesados en conocer más sobre la represión a consultar la web www.nomesevoces.net. Ésta incluye un registro de represalias que hace distinciones de género porque “a las mujeres no se las mataba, sino que se las insultaba de distintos modos como raparles el pelo, violarlas etc”.
-El proyecto www.nomesevoces.net estudió a las víctimas y los verdugos de la represión tras el golpe de estado de 1936 y usted asegura que hay que hacerse nuevas preguntas…
-Durante los últimos diez años lo que se investigó en España fueron las víctimas y el objetivo de esa investigación eran las víctimas. Y creo que si, que hay que hacerse nuevas preguntas sobre ese pasado incómodo y justamente entre ellas está la necesidad de preguntarnos por los verdugos y lanzo una primera idea: los verdugos tras el golpe del 36 fueron muy pocos y eso más allá de ser una buena noticia contrasta con algo que se nos transmitió, que es que todos eran culpables, y no, los verdugos fueron muy pocos. Efectivamente hubo una persecución, una matanza, un holocausto del que habla Paul Preston, cuando en Galicia acaban con casi 5.000 personas eso se llama matanza, pero hay que preguntarse sobre las razones, cómo es posible que en un momento determinado ocurra algo así y parece ser que una parte de la respuesta está directamente ligada al golpe de estado que una parte del ejército lanza y éste tenía muy claro en aquel momento que debía ejercer una extrema violencia contra quien tenía el poder, no contra quien se oponía al golpe de estado, que también, sino contra quien tenía el poder porque se trataba de arrebatárselo, es la razón del proceso de persecución.
-¿Quién llevó a cabo las matanzas?
-Interrogarnos sobre los verdugos nos lleva esa conclusión que apuntaba, que fueron muy pocos, es muy difícil ser verdugo, es muy difícil matar a otras personas, fueron pocos.
-En cambio, asegura que fueron muchos los que intentaron frenarlos.
-Es que también hay que interrogarse sobre los salvadores, porque salvadores no fueron personas singulares y personajes samaritanos como los que aparecen en O lápiz do carpinteiro o Los soldados de Salamina, que son excepciones, sino que hay investigaciones en las que estoy trabajando ahora que muestran justamente lo contrario, que la inmensa mayoría de la sociedad se comportó como salvadora y quiso evitar el desastre que pasó tras el golpe del 36, otro punto radicalmente contrario a la idea que se nos transmitió y que fue construida por el franquismo.
-¿En la Transición era necesario el olvido?
-Los historiadores intentamos explicar el pasado, no cambiarlo, el presente podemos cambiarlo pero el pasado no. En aquel momento había una enorme voluntad por parte de la inmensa mayoría de la sociedad, no solo de cuatro políticos, por olvidar el pasado, se consideraba algo que no se tenía que recordar, era el hambre, la época gris, el sometimiento de la mujer, en general algo que se quería olvidar para entrar en un futuro, había mucha gente de una determinada edad, sobre unos 35 años, que fueron los que hicieron la Transición, que querían tirar para adelante, romper con sus padres. Esa ruptura trajo consigo el olvido, entre otras razones porque no querían evocar la guerra, que en ese momento era además un instrumento de amenaza, una amenaza tan material que se materializó en el golpe de estado, una amenaza verosímil: “si esto no funciona, volvemos al 36″, esa era la amenaza de una parte del poder establecido que salía del franquismo.
-¿Y en la actualidad recordar es abrir un conflicto o intentar sacar a los muertos de las cunetas?
-En absoluto, recordar como pretende recordar hoy la sociedad y los historiadores es conocer, y saber nunca es negativo, todo lo contrario, claro que hay que reabrir el pasado, claro que hay que investigarlo, renovarlo, revisarlo, superar el modelo que se nos transmitió, que justamente nos permitía hablar de las víctimas pero no de los verdugos y ni nos permitía siquiera hablar de los salvadores. La visión que tenemos de nuestro pasado está totalmente deformada por el franquismo que controló lo que podíamos pensar de nuestro pasado y nos dijo en qué consistía: que todos eran culpables, que no fue posible la paz, que se pelearon hermanos contra hermanos, que la gente se mataba por rencillas, que fue una locura colectiva… Todo eso fue propaganda, pura propaganda política del franquismo, que construyó nuestra memoria. Nuestras investigaciones nos dan pie para nuevas preguntas, y entre ellas hay que plantearse que verdugos fueron pocos, y colaboracionistas con el golpe de julio del 36 también pocos. Otra cosa es que la gente a lo largo del franquismo tuvo que sobrevivir, tuvo que vivir, no ser franquista, no es tampoco que fuesen resistentes pero eso es otra historia.
http://www.farodevigo.es/portada-pontevedra/2013/04/02/inmensa-mayoria-sociedad-comporto-salvadora-quiso-evitar-represion-36/783617.html
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